El patriarca de los Benetton ficha nuevo CEO y, seguidamente, se jubila, por segunda vez, a los 89 años.
En el pasado hubo series de televisión muy entretenidas por narrar las historias de familias empresarias, con los entresijos de las ambiciones y relaciones personales. Los mayores recordarán desde Falcon Crest hasta Dallas. Ese género hoy está menos explotado, al menos en la producción audiovisual occidental. Sin embargo hay películas basadas en historias reales, que siguen produciéndose y emitiéndose hoy en día.
Sin llegar a esos niveles, el caso que nos ocupa daría para un episodio fílmico. Sin el morbo intrafamiliar, pero con ingredientes novelescos. Y el caso es que nada sabemos de lo que verdaderamente ha ocurrido, puesto que se ha dejado deliberadamente en un terreno difuso.
Benetton, un grupo mítico de la moda italiana, que sufrió un bache y tomó medidas para enderezarse, ha visto demorada su salida del mismo... a causa de un imprevisto financiero del que desde fuera nadie sabe qué pensar. ¿Un desfalco? Parece que no: más bien sería una ocultación... ¿por ignorancia?, ¿por afán de encubrir una incompetencia?
En fin, uno de los fundadores del grupo, Luciano Benetton, que había retomado las riendas hace ocho años, va a despedirse del mismo con un adiós amargo, tras haber denunciado un «agujero» en las cuentas. Pero ¿«agujero»? ¿Qué es eso exactamente? Sí, claro, un desfase patrimonial. Pero ¿de qué tipo?
Ojo, no se va solo. Se lleva por delante al máximo ejecutivo, al que considera autor de una gestión, al menos, irresponsable.
El grupo Benetton está a punto de cumplir sesenta años. Los hará el año que viene. Fue fundado en 1965 por cuatro hermanos: Luciano, Carlo, Gilberto y Giuliana Benetton. El primero era la imagen y la voz del líder. Carlo y Gilberto fallecieron, ambos en 2018.