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El salón y desfiles de novias de Barcelona pierde también al líder de moda nupcial.

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Showroom Pronovias - foto oficial.

Hubo un tiempo en que entre el salón de moda nupcial de Barcelona, que comenzó llamándose Noviaespaña y desde hace años se conoce como Barcelona Bridal Fashion Week (BBFW), y el grupo Pronovias, había una sinergia más o menos explícita.

Sin la fortaleza de Pronovias, que traía a sus principales clientes a su sede en Barcelona para una presentación especial, el salón de Barcelona (y sus desfiles) habría sido poca cosa. De hecho, muchos visitantes del salón eran los compradores invitados por Pronovias, que ampliaban su visión de contexto del negocio nupcial.

A la inversa, Pronovias, que en realidad no necesitaba la existencia del evento ferial, de todos modos se revestía de un mayor empaque al destacar dentro de un conjunto de presentaciones, mostrándose como algo más que un «primus inter pares».

Esa alianza tácita funcionó a lo largo de los años, incluso en alguna ocasión en que Pronovias no estaba directamente en el evento ferial, o lo estaba solo con un stand muy testimonial, o desfilaba completamente por separado, pero dentro del programa oficial del acontecimiento.

Actualmente, BBFW tiene un vasto reconocimiento mundial, gracias a la tarea de anteriores directivos de Fira de Barcelona, desde que esta tomó las riendas de un evento que nació y creció bajo la responsabilidad de Flaqué Internacional (organizadora que tuvo un final abrupto). Nos referimos a Miquel Serrano, primero (2014-2015), y, sobre todo, Esther María Laruccia (2015-2022). Naturalmente, la actual directora, Albasarí Caro, heredó y mantuvo esa vocación internacional, reconociendo ya en sus primeros días de ejecutoria, con asombro, la notoriedad que tenía el evento en el exterior: tuvo ocasión de comprobarlo en su primera visita a la New York Bridal Fashion Week, cuando grandes nombres de la moda se arremolinaban ante ella al saber que estaba allí la directora de la BBFW.

El año pasado, como se recordará, en la BBFW se produjo una primera baja significativa, la de Rosa Clará. La creadora, que fue una figura importante precisamente en Pronovias antes de independizarse y crear su marca y su colección propia, informó que dejaba de tomar parte en la BBFW, arguyendo que sus fechas a finales de abril son tardías. Aquel año sustituyó su presencia en BBFW por una presentación propia a clientes de todo el mundo, en la primera quincena de febrero, en su showroom de Barcelona, seguida de un desfile en el recinto de las Drassanes, para un millar de asistentes.

Ahora se produce otra baja más significativa, y es justamente la de Pronovias. Las razones son parecidas. Pronovias ha invertido dos millones de euros en la ampliación de su sede de El Prat de Llobregat, Barcelona, donde, entre otras cosas, dispondrá de un showroom mucho más amplio que el anterior. En sus 2.200 m2 repartidos en dos plantas podrá desplegar una exposición permanente, desempeñar tareas de innovación y mostrar, en enero y abril (dos eventos por año) sus colecciones, a unos 500 clientes.

Cabe recordar ahora la gran sintonía que tuvieron en su momento la entonces directora de BBFW, Esther Maria Laruccia, y la entonces consejera delegada de Pronovias, Amandine Ohayon, actualmente CD de Stella McCartney.

Aunque los respectivos responsables son ahora otros (Albasarí Caro en BBFW, Marc Calabia en Pronovias), las razones de la ruptura no son de índole personal sino, sencillamente (como en el caso de Rosa Clará), de distinta época y distintos enfoques frente al mercado.

BBFW seguirá contando con unas 450 marcas en la edición del próximo abril, y tendrá como estrella invitada a la casa Vivienne Westwood, célebre diseñadora fallecida en 2022.

El evento BBWF cuenta con un apoyo económico de la Generalidad de Cataluña, y aparte de su dimensión internacional se plantea, también, como una plataforma de impulso a los diseñadores y fabricantes de ropa nupcial catalanes.

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