Afirma que provocó la crisis para quedarse las tiendas a precio de saldo.
A finales de 2021, el fabricante estadounidense de las zapatillas New Balance decidió no renovar el contrato de distribución que tenía con el grupo Experience Store, que durante diez años gestionó en exclusiva las tiendas de la marca en España y Portugal, con licencia para vender ropa, calzado y accesorios de la marca. Tras ello, el grupo presentó concurso de acreedores que ha desembocado en la extinción de Experience Store y Experience Stores Outlet, dos sociedades que han entrado ahora en liquidación.El grupo ha presentado una querella ante el Juzgado de Instrucción Nº 9 de Madrid, acusando a New Balance de coacciones, delito contra el mercado, y acceso a información privilegiada. Argumentan que New Balance le habría sugerido que la colaboración continuaría por lo menos hasta 2025, lo que animó a Experience a mantener un ritmo de inversión y apertura de tiendas. Y creen que New Balance, que opera en España con la sociedad Alfico domiciliada en Pontevedra, quiso quedarse a bajo precio con la red de tiendas, puesto que, una vez rescindido (casi por sorpresa) el contrato, ofrecieron a Experience comprarle el negocio, con una oferta que este grupo consideró muy baja. Valoran el perjuicio ocasionado en algo más de 40 millones de euros.
Directivos de New Balance han sido citados para declarar, como investigados, el próximo 7 de noviembre.
Experience había presentado una demanda anterior en Redondela (Pontevedra) pidiendo medidas cautelares que el Juzgado de la localidad rechazó. New Balance sostiene que no renovó el contrato a causa de que Experience le debía unos seis millones de euros y no cumplía el calendario de pagos contemplado.
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