Por causa de la inflación, las ventas aumentan en valor, pero se contraen en volumen.
Ciertamente Eroski no es un especialista del sector pero, tras haberse centrado en alimentación y gran consumo (después de su aguda crisis de deuda de comienzos de este milenio), sigue teniendo cierto peso en textil, al modo que antaño ocurría (y sigue ocurriendo) con el canal del mercadillo.
Su último (y vigente) acuerdo de refinanciación tiene todavía algo más de un año por delante, pues habrá que renovarlo en julio de 2024. El grupo ya ha comenzado a contactar al respecto con acreedores, y la directora general del mismo, Rosa Carabel, ha anticipado que esta vez no se contemplarán ni nuevas desinversiones ni la entrada de otros socios, extremos que en la negociación anterior formaban parte de los planteamientos. Aun así, no descarta la posible venta de su negocio Forum (tiendas de deporte, estas sí con incidencia en el textil). Actualmente la deuda es de 909 millones de euros.
Todo esto se comunicó con motivo de adelantar cifras del último ejercicio, 2022 (cerrado en 31 de enero de 2023), en que Grupo Eroski logró un beneficio neto de 64 millones de euros (39% menos), sobre ventas que aumentaron un 7%, hasta 5.476 millones, aunque en volumen descendieron un 2%, en parte porque el consumidor se aprieta el cinturón.
La facturación asciende sobre todo por el efecto de la inflación, pero los aumentos de costes (12% en el grupo, tres puntos menos que en la media del sector) no se están repercutiendo suficientemente, por lo que el margen bruto ha disminuido en un punto.
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