- «Veo al sector en un momento de cambio absoluto. Pero en la moda para novias esto es lo normal: la evolución permanente».
- Un fenómeno revolucionario es la aparición de los «diseñadores-Instagram». Una fragmentación enriquecedora pero sin duda un reto.
- La Covid ha traído, entre otras cosas, una planificación de bodas con plazos más cortos. Eso afecta a la producción y comercialización.
- Es posible que se hayan ajustado presupuestos de boda, pero el traje de novia y los vestidos de quienes asisten a la ceremonia están asociados a una ilusión que merece el gasto.
- El mundo de la novia es diferente al resto de la moda. Entre otras cosas es más multimarquista.
La nueva directora de Barcelona Bridal Fashion Week se presenta y nos ofrece su análisis del momento del sector.
El mundo de las novias tiene mucho de magia y de ilusión. Y el párrafo que vamos a contarles parece llegarnos de una película de fantasía.
En el altiplano donde se asienta Bogotá, la capital de Colombia, habitaban los muiscas, a los que también se nombra a veces por el idioma que comparten con otras comunidades indígenas, el chibcha. La nueva directora de la Semana de la Moda Nupcial de Barcelona, BBFW, nacida en Colombia, nos dice que su padre combinó el nombre Sarí, que en chibcha evoca a una princesa, y la voz española «alba», cuyo significado, opuesto a ocaso, no hace falta que les expliquemos. De este modo, su hija Albasarí vendría a ser la «princesa del amanecer».
Pues bien, una princesa del alba acaba de tomar las riendas de un salón cuyo universo es la ceremonia más hermosa, la boda, aquella en la que todas las mujeres son por un día princesas y los hombres príncipes, o, puesto que los cónyuges del mismo género forman parte del mismo universo, ambos contrayentes son por un día estrellas de cine compartiendo un día mágico.
Albasarí Caro nació, en efecto, en Colombia. Con siete años la familia se mudó a Miami Beach, y posteriormente a Miami, que comparten el nombre pero no el apellido, y son dos localidades con diferente personalidad. Se licenció con honores en Políticas por la Universidad Internacional de Florida, y completó los estudios en Washington DC con un máster en Periodismo y Comunicación por la American University. Siempre estuvo muy conectada con Nueva York, ciudad con la que Miami tiene prácticamente un puente aéreo, pues hay vuelos con gran frecuencia.
Ha trabajado para firmas españolas en el mundo de la moda y los complementos: Bimba&Lola, Mango, Tendam, Tous, generalmente como responsable de expansión y apertura de mercados. Habla inglés y español nativos, alemán y chino mandarín, que aprendió en la Universidad de Pekín. Últimamente, y durante diez años, ha sido responsable de expansión de la red de franquicias internacionales de Pronovias. Esto último le proporciona una base muy especial para acometer su nuevo cargo, como máxima responsable, en Fira de Barcelona, del salón y la pasarela Barcelona Bridal Fashion Week, BBFW.
Textil Exprés: Hemos pasado unos años de Covid, que han afectado a la celebración de bodas, y ahora creemos ver un momento muy confuso, con un «boom» de celebraciones, incluyendo a las denominadas re-bodas, pero también con informes sobre unos presupuestos más ajustados. Y suponemos que también otros factores que afectarán al negocio de la moda nupcial, al margen de lo que haya podido influir la pandemia. ¿Cómo ves el momento actual del sector?
Albasarí Caro: Veo al sector de la novia en un momento de cambio absoluto. Aunque es preciso decir que lo natural en esta industria es estar evolucionando permanentemente, porque la consumidora es siempre una clienta joven en constante renovación.
Hay otros ámbitos de la moda en las que adquieres una clienta a los 26 años, luego repite contigo, y puedes fidelizarla porque compra ropa, zapatos o bolsos de tu marca varias veces a lo largo de su vida. Esto no es lo habitual en el «bridal». Lo normal es que ahora estés vistiendo a las novias millennial, y mañana a las de la Generación Z. Es un mercado en movimiento, y cada nueva generación tiene sus estilos y sus preferencias, y la industria se adapta siempre a la dinámica de la clientela.
También la industria está en evolución. Algo revolucionario en la actualidad es el nacimiento, casi a diario, de nuevas marcas y nuevos creadores, chicos o chicas que lanzan su pequeña colección de cuatro a diez vestidos, que nace en el salón de su casa y que presentan en Instagram. No es que estos actores emergentes vayan a amenazar a las grandes marcas consagradas, pero sin duda van capturando pequeñas partes del mercado, y eso es importante.
En algunas zonas puede haber cada año 2.000 bodas, una parte de ellas por lo civil y de forma más íntima, y el resto, con ceremonia completa, que es la tarta que se reparten las tiendas del sector. Hay comercios que en la mejor temporada reciben a 40 novias al mes. Que dos o tres se vayan a uno de los nuevos «diseñadores-instagram» no les creará grandes problemas, pero no deja de ser una fragmentación que por un lado veo enriquecedora pero que también supone otro reto a afrontar.
La Covid, desde luego, constituyó un reto muy importante, primero por la anulación de ceremonias, y después por la distinta velocidad que ha creado en la organización de las mismas. Cada vez van a las tiendas más novias con mayor urgencia, es decir, con menos tiempo de preparación. Esto ya lo vi en Turquía y en Oriente Medio, donde las novias llegaban diciendo que se casaban dentro de dos meses. En Europa y sobre todo en los países latinos lo normal era planificar con casi con un año de antelación.
Ese cambio plantea nuevos modelos de producción y comercialización. Hay que apostar por mayor profundidad de stock. Si la novia llega con un plazo de tres meses, y tu tiempo de producción es de cuatro o cinco, no queda más remedio que disponer de un surtido más o menos montado, para hacerle los arreglos y los toques finales.
TE: Muy interesante esta visión de cambios en el mercado: más fragmentado, más rápido… pero ¿también con más presión sobre el precio? Mencionaba antes lo de los presupuestos ajustados. Hemos recibido informes sobre un menor gasto de los contrayentes. Claro que el gasto comprende muchas cosas, sobre todo el banquete, no sé si las novias ahorrarán también en el vestido.
AC: En Centroeuropa y países nórdicos siempre las novias han sido muy pragmáticas y suelen ajustarse a un presupuesto de traje de novia. Esto no es nuevo. En los países latinos y todos los de la cuenca del Mediterráneo hay un factor de ilusión que está por encima de todo. Una novia no va a escatimar, si puede pagarlo, por verse más bonita que nunca en el día de su boda. La ocasión bien lo merece. Entonces es más probable que, si hace ajustes, reduzca otros gastos de la boda. Y lo mismo puede decirse de las damas de honor y de otras personas que acuden a la boda.
TE: La verdad es que muchas bodas son auténticos escenarios de exhibición social, no en vano de muchas bodas nacen otros enlaces.
AC: Yo misma conocí a mi marido en la boda de mi prima, no sé si te puede servir de ejemplo.
TE: ¡Desde luego! Por eso decía que tal vez todos los asistentes a una boda tengan motivos para procurar sentirse, por una u otra razón, guapos y atractivos ese día, y vestir lo mejor posible.
AC: Eso se comprueba también en la tienda, donde se produce mucha venta cruzada. Acude la novia con sus amigas o su madre, y al final no solo la novia compra el vestido, sino que se vende ropa para la madrina, las damas de honor, las acompañantes, y no solo vestidos sino accesorios: bolsos, diademas, todo lo que contribuye a vestirse de una manera especial para un día muy especial.
TE: Llegas ahora desde el mundo de las novias, y con un «background» previo en otras áreas de la moda, al de las ferias. Tu conocimiento del sector nupcial está claro. Actualmente los salones de moda B2B están en un momento de interrogantes, entre otras cosas por la disminución del comercio multimarca. Entiendo que el momento de los salones de novias es diferente al de otros salones de moda.
AC: Es que en realidad es otro mundo. Cuando entré en Pronovias, una de las primeras cosas que me dijeron fue: «nos parece muy bien que provengas de otras empresas de la moda, tienes una referencia y un buen punto de partida, pero debes saber que esto es muy diferente». Y una de las cosas que son diferentes es que hay menos monomarcas que ofrezcan un repertorio completo.
En realidad, el señor Palatchi fue el primero que tuvo la gran idea de lanzar un monomarca que presenta en un mismo lugar de venta una gran variedad de estilos con diferentes puntos de precio. En general, el sector de la novia siempre ha sido muy «multimarquero», y el multimarca seguirá llevándose un buen porcentaje de las ventas.
La novia quiere ver opciones, y los distintos creadores se caracterizan por un sello personal, por un estilo propio. Aunque creen líneas y propuestas diferentes, siempre se ve su «signature». La tienda es el lugar donde puedes descubrir mejor qué estilo es el que mejor se adapta a la personalidad de la novia, y a lo que desea para ese día tan importante.
Del mismo modo, una feria de moda para novia y ceremonia como la Barcelona Bridal Fashion Week es el lugar idóneo para que el comercio de moda nupcial descubra las colecciones que va a presentar en su tienda, intercambie ideas y respire ese ambiente tan enriquecedor.
En ese sentido, puedo trasladarte mi propia experiencia personal desde la industria. Estando en Pronovias acudí a la última edición de la BBFW, que fue el primer día en que las personas del sector pudimos reencontrarnos sin mascarillas. Fue realmente emocionante, la gente estaba pletórica. Un punto de encuentro físico para la moda nupcial es realmente importante para el sector. Y la Barcelona Bridal Fashion Week aporta un excelente escenario para ese encuentro, una auténtica referencia internacional para el sector de las novias.
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