Fallece la hija del fundador, que llevaba veinticinco años en la empresa familiar.
Fue el 31 de julio cuando la firma Roberto Verino comunicó a los medios el fallecimiento de la directora de Marca de la empresa, Cristina Mariño, hija del diseñador y fundador, Manuel Marino, este más conocido del público por su marca, que se ha convertido casi en su nombre y apellido oficial.
Cristina, nacida en Orense en 1970 y fallecida en Barcelona, contaba con 52 años. Desarrolló su carrera profesional en la empresa familiar a lo largo de un cuarto de siglo. Hace un año, en agosto de 2021, se informó de su nombramiento como directora de Marca, en lo que se interpretaba como un primer paso hacia el relevo generacional, aunque formando tándem con Dora Casal, que asumía la Dirección Ejecutiva, y que seguirá en el puesto trabajando ahora directamente con Manuel Mariño.
Cristina se estrenó en el negocio trabajando los fines de semana en la tienda de Roberto Verino en la calle de Claudio Coello, de Madrid, mientras cursaba estudios. Desde hacía unos meses estaba siendo tratada de leucemia, a caballo de Verín (donde está la sede de la empresa) y Barcelona, donde ha fallecido. La noticia es inesperada, por la relativa juventud de la directiva, y por la discreción con la que llevó su enfermedad.
Cristina Mariño, a quien despidieron sus padres y su hermano (que no está en la empresa), deja esposo y tres hijos.
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