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Ha creado la agencia «Fuera de la Ley», que lanzó a una recién llegada, en la Semana de la Moda de Nueva York de septiembre 23.

En los tiempos que corren, algunos consideran el comportamiento de la influencer y estafadora Anna Sorokin como un ejemplo de «empoderamiento femenino», y tal vez se la vea como una Robin(a) Hood contemporánea, lo que siempre resulta atrayente. Para otros simplemente será una muestra de lo enfermiza que está llegando a ser la sociedad actual.

Anna Sorokin, de origen ruso, se hizo pasar por una rica heredera alemana, de nombre Anna Delvey, y bajo esa identidad estafó a hoteles, bancos, y personas de posibles en Manhattan. Era atractiva y deseada (hay una clase de varones a las que ese tipo de mujer eslava, rubia y de pómulos anchos, les gusta), y esas circunstancias le hicieron aprovecharse de la debilidad o la ignorancia. Detenida en 2017, dos años después fue condenada por hurto y robo a entre cuatro y doce años de prisión, más una multa y la obligación de restituir dinero a sus víctimas. Estuvo menos de dos años en dos correccionales. Fue puesta en libertad pero devuelta a un centro de detención para inmigrantes por caducidad del visado.

Estos días se la ha visto en el juzgado por este asunto del visado. Pero ha llamado particularmente la atención por lucir modelitos, en lo que ha sido una especie de anuncio atípico, al convertir el juzgado en pasarela o plató de fotos. Y aquí está la relación con el textil y la moda, puesto que ha creado una empresa de relaciones públicas y desde ella promueve una marca de ropa. La agencia se llama «Fuera de la Ley» (Outlaw), y ha sido montada en sociedad con una experta en moda (Kelly Cutrone).

Uno de sus primeros clientes es Shao, una marca nueva, de la creadora Shao Yang. Las expertas en la materia dicen que los diseños son buenos, pero nadie les hubiera prestado atención en el programa de la Semana de la Moda Nueva York si no fuera porque la presentación se hizo en la azotea de la vivienda de Anna Sorokin (que sigue haciéndose llamar, ahora como nombre artístico, «Anna Delvey») en el East Village de Nueva York. Por cierto, Sorokin todavía estaba en arresto domiciliario. Eso fue en septiembre de 2023.

Ahora ha hecho saber a todo el mundo que la ropa que llevaba en el juzgado, por el caso del visado, es también de Shao. Una audacia y un descaro que salen rentables, puesto que todos (incluidos nosotros) estamos hablando de ello.

Todo eso suena feo. Pero, ¿no cabe decir también que todo el mundo, por supuesto también los presidiarios, merecen una segunda oportunidad?

Por cierto, Kelly Cutrone dijo de su desfile de azotea que «this is gonna be a show that people remember for the rest of their fucked lifes». Traduzcan ustedes, que es fácil.

Cuidado, hay más cosas que se llaman «Outlaw», y no tienen nada que ver con este caso. Por ejemplo, una agencia de modelos (OAM, Outlaw Agency Management), de Liselott Pettersson, con oficinas en Los Ángeles y Nueva York; otra agencia de modelos sudafricana (en plural, «Outlaws») y otra británica, esta con sede en Bristol.

© TEXTIL EXPRES


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