Mayor claridad, combinación de competitividad y selección, y unos resultados mejores de lo esperado, en la convocatoria de septiembre en Le Bourget.
Sabiendo ya que el público había disminuido, las palabras con las que Michael Scherpe, el presidente de Messe Frankfurt France (entidad organizadora de Texworld), inició su balance de la edición última se prestaba a error. «No nos esperábamos un resultado así».
Así... ¡de bueno!, cabe precisar de inmediato. O, para ser justos, así de no tan malo como temíamos. Y eso también es un éxito.
La feria recibió un 4,6% menos de visitantes en la última convocatoria, desarrollada del 12 al 15 de septiembre en el recinto ferial de Le Bourget, a las afueras de París, contabilizando así 13.591 compradores. Las comparaciones son odiosas y sin duda no resultan fiables por tratarse de perímetros diferentes, pero el salón comparable Première Vision, que recibe cuatro veces más compradores que Texworld, anotó una caída interanual de visitantes casi doble que la de este encuentro (–8,8%). Así que la mala noticia de un retroceso de compradores supuso en realidad un alivio.
¿Por qué se esperaba un resultado peor? Los avisos de seguridad respecto a Francia emitidos por algunos países, las restricciones en los procedimientos de exigencia de visado a otros... Esto, junto con la coincidencia de una festividad religiosa, explicaría por ejemplo el fuerte descenso de vistas de compradores turcos (–35%), en buena parte porque muchos de quienes querían asistir no recibieron visado dentro de plazo.
Quizá es un poco desordenado hablar primero de visitas antes que de contenido, pero ya que estamos en ello digamos, para completar, que las posiciones de cabeza en cuanto a visitantes siguen siendo más o menos las mismas: Francia, Reino Unido, España, Italia y Turquía. Que la internacionalidad de la audiencia es muy elevada (80%) aunque el público francés también crece (+11%). Y que la estabilidad en las cifras de compradores de España e incluso de Rusia (que en otros salones decae fruto del mal momento económico del país), junto con el ascenso de países menores o periféricos (Bélgica, Finlandia, Suiza, Rumania, Ucrania, Bielorrusia) ha ayudado a contener la disminución de visitantes europeos, que en conjunto fue del 6%. A destacar el notable crecimiento de visitantes de Marruecos (22%).
La feria en sí mostró las propuestas de 987 expositores de 27 países. Pero hay que señalar de inmediato que la convocatoria es cada vez más un conjunto de salones que ganan señas de identidad, en un proceso quizá inverso, al menos en cuanto a intención organizativa (porque en la práctica sucede lo mismo que en su rival, con absoluta inexistencia de fronteras internas dentro del recinto de exposición), al que ha seguido Première Vision. Esta ha convertido antiguos salones en sectores. Texworld ha dado personalidad de salón a lo que, por continuidad de espacio ferial, podrían muy bien ser sectores. Con ello, crea citas de referencia para especialidades que así cobran relevancia internacional.
Un caso evidente es el de Shawls & Scarves (chales y pañuelos de cuello), que constituye probablemente uno de los mayores puntos de encuentro dedicados a este producto en el panorama ferial europeo, aunque haya otros salones de complementos de moda que toquen el producto. Medio centenar de expositores tomaron parte en el mismo este mes de septiembre, y la organización proporciona una anécdota que informa del nivel de actividad del mismo: la firma LA Double 7 seguía recogiendo pedidos cuando estaba desmontando el stand. Impresionante.
Avantex es otra sub-feria muy reciente, estrenada en septiembre de 2015, que reúne oferta tanto de tejido como de indumentaria técnica, y prendas de lo que se ha dado en llamar «e-clothing». Estaba dispuesta, esta última vez, en torno a un foro circular denominado Agora, en el que diariamente tenían lugar charlas de expertos. Su oferta se ha ampliado ahora a servicios técnicos y tecnológicos. En conjunto, Avantex presenta mucha innovación, desde tejidos antibacterianos con ingredientes de almendra y canela, hasta gorras con altavoces integrados. Se presentaron dos trabajos interesantes de colaboración, uno de la sección de lencería de la escuela de diseño Esmod, que utilizaba textiles técnicos en colecciones de moda íntima femenina, y otro de la Federación Francesa de Creación y Costura a la Medida, que hizo lo propio: incorporar tejidos de expositores de Avantex a vestidos de alta costura.
Ya con carta de veteranía, el primer salón emanado de Texworld fue Apparel Sourcing (aprovisionamiento en el vestir), una convocatoria de subcontratación que mantiene toda su fuerza y sigue creciendo. Nació con una fortísima presencia china, que ya cumple diez años, por lo que esta vez se celebró con una gala y la concesión de premios a 15 expositores, entregados conjuntamente por el vicepresidente para ferias textiles de Messe Frankfurt, Olaf Schmidt, y el adjunto a presidente de la asociación CNTAC de China, Xu Yingxin. A destacar también esta vez la creciente presencia de expositores de Hong Kong y Vietnam, el estreno de una pequeña representación de Guatemala (más habituados a trabajar a maquila para los EEUU), y el retorno de expositores de Túnez y Marruecos, en esta ocasión por vez primera con la colaboración de la asociación marroquí Amith, con la que Messe Frankfurt France firmó, durante el acontecimiento, un acuerdo de colaboración estratégica.
Curioso: en subcontratación se percibe un aumento de dos corrientes paralelas, dentro de lo que proponen los expositores de Apparel Sourcing y demanda el sector de la moda.
—Por un lado, un mayor flujo de proximidad. Ahí la periferia europea gana por rapidez.
—Por otro, el negocio de la sastrería a distancia. En España ya es conocida la oferta de «sastrería online», sistema por el que el usuario facilita sus medidas, escoge tejido sobre catálogo y hechura, y al cabo de unos días obtiene en su domicilio la prenda confeccionada. Sorprendentemente, este sistema suele apoyarse en manufactura china. Es coherente con aquella vieja experiencia de los viajeros a Hong Kong, que pasaban una semana de negocios por allá y encargaban al sastre del hotel un traje, para volver a casa con un conjunto de calidad más económico que hecho en su país. Coherente, pero extraño, ya que el traje ha de viajar ahora por su cuenta, y su transporte, sumado al coste de manufactura, ha de ser competitivo.
Volviendo a Texworld, que sigue constituyendo el elemento nuclear de todo el conjunto de ferias de Messe Frankfurt France en Le Bourget, debe dejarse constancia de la evolución estética y de imagen que ha vivido en los últimos tiempos. Por circunstancias inesperadas, en febrero este cronista no pudo acudir a la cita, y eso ha tenido un efecto beneficioso sobre la mirada que ha puesto en el salón. Una pausa sirve para no dar nada por asumido ni convertir el paseo en rutina, y descubrir así con mayor evidencia cómo ha cambiado la disposición en los últimos tiempos: más clara, más luminosa, mejor organizada, más moderna.
Hay puntos donde el cambio resalta más, como el nuevo sector Élite, que ciertamente está cercado de cristales, lo que apunta a transparencia, pero que en el fondo busca mayor confidencialidad. Con escenografía del famoso Olivier Lapidus, allí se congregan expositores que destacan por su dimensión, por su conocimiento o por su servicio, o por todo ello a la vez. Texworld ya no sólo es la expresión del producto competitivo, sino de la innovación (Avantex), la riqueza en el complemento (Shawls & Scarves), la subcontratación de proximidad o de volumen, y, también, el tejido selecto.
La próxima cita, del 6 al 9 de febrero de 2017, en Le Bourget.
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[Publicado en TEXTIL EXPRES REVISTA 227 - Octubre 2016 ].
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