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Un año después, la factoría de Miranda de Ebro sigue inactiva, por imposibilidad de ponerla de nuevo en marcha.

TEXTILEXPRES-REVISTA-226

El paralelismo, no deseado pero fáctico, de las dos iniciativas empresariales recientes en el textil (y más exactamente en el mundo de las fibras) del hombre de negocios catalán Alfonso Cirera Santasusana, presidente del grupo inversor Praedium, lo ha convertido en protagonista de informaciones periodísticas parejas entre sí, y de difícil abordaje, en algunos períodos recientes de la actualidad.

Ocurrió sobre todo en el verano de 2015, por las vicisitudes (entonces) del negocio Nylstar y las de Montefibre, y vuelve a suceder ahora, a un año de distancia, por las nuevas incidencias de los mismos negocios. En otro lugar de este número se verán, sobre todo, las peripecias más recientes de Nylstar. Y aquí mismo, las del otro protagonista.

La lidia de Praedium con Montefibre Hispania, filial del grupo italiano del mismo nombre en nuestro país, poseedora de una fábrica de fibras acrílicas Leacril (por entonces ya inactiva desde hacía dos años) en Miranda de Ebro, parecía haber llegado a su punto culminante el 25 de mayo de 2015 con la entrada de Praedium en el capital de Montefibre Hispania mediante una ampliación del mismo por dos millones de euros, equivalentes al 90% de la sociedad, conservando el 10% restante la antigua matriz italiana. Alfonso Cirera pasaba a ser presidente de la filial española. Y, dando por resuelto el problema del concurso de acreedores al que previamente se había acogido la matriz (en el cual se había alcanzado entre tanto el correspondiente convenio), anunció su propósito de relanzar la fábrica inmediatamente, con la intención de producir 45.600 toneladas anuales de fibra acrílica, para más de 210 clientes de todo el mundo, generando un negocio de 110 millones de euros.

Este paso adelante le aportó además al adquirente una sorpresa: Montefibre disponía de tecnología propia para ser precursora en la obtención de fibra de carbono a partir de acrilo-nitrilo (la materia prima de la fibra acrílica), posibilidad que el grupo italiano nunca había tomado en consideración, pero que Cirera se disponía a explotar inmediatamente, convirtiendo a esa planta en una de las más importantes de Europa en la especialidad.

Esto abriría un ámbito de actividad mucho más allá de la moda, en campos como los de infraestructuras, automoción, eólico, naval y de la defensa. Era como soñar, pues la eventualidad de esa diversificación no había sido intuida (Montefibre Italia no la había tomado en consideración).

Ahora bien: fue en ese momento, a mediados de 2015, cuando se puso de manifiesto una circunstancia que había pasado desapercibida al negociar el convenio de acreedores: la posición privilegiada que en este convenio tenía, como acreedor, la compañía eléctrica Endesa, que le daba una posición de bloqueo respecto al uso de la planta de cogeneración eléctrica (de propiedad compartida) existente en Miranda, hasta que su crédito en particular, que supone el 70% del endeudamiento total, hubiera sido íntegramente satisfecho (dejando sin efectos prácticos el período de carencia convenido para el resto del pasivo).

Un año largo después de haberse posesionado Cirera nominalmente de los activos de Montefibre, la factoría de Miranda de Ebro sigue inactiva por la imposibilidad de ponerla en movimiento. Un largo paréntesis, que ha llevado a los trabajadores a expresar en ocasiones la teoría de que el interés de Praedium por Montefibre era puramente especulativo, para dejar las cosas pudrirse (a lo mejor por simple conciencia de que no hay muchas posibilidades de salvación) hasta que pueda deshacerse de cargas y vender otra clase de activos. Así lo han trasladado a los medios pero, seamos justos, suponer que Praedium tiene ahí un interés especulativo no es más que, precisamente, una especulación.

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[Publicado en TEXTIL EXPRES - REVISTA 226 - Septiembre 2016 ].

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