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Circularidad, sostenibilidad, innovación responsable, como tema subyacente.

Breve e intenso, el salón de los hilados y las fibras, Filo, comprime en dos días (esta vez el 27 y el 28 de septiembre, en su 48ª edición), la gestación de los negocios que darán vida a medio año del quehacer textil. La convocatoria se había hecho esta vez bajo el lema de «Il Filo delle filiere sostenibili», con lo que hoy día parece ser un compromiso generalizado para todos los acontecimientos del mundo de la moda, la sostenibilidad (que ya había sido relevante en la edición de primavera, pero ahora más). Fue naturalmente el tema conductor del debate en la sesión académica del primer día, en la que se hizo hincapié en la innovación responsable, no sólo para el textil mismo, sino también para todas las materias y actividades contiguas, que se desarrollan en su entorno, en lo que se describió como el triángulo moda-casa-diseño.

Otro tema de reflexión y debate, asimismo de gran actualidad en estos momentos en la vida empresarial (no sólo de este sector), fue la economía circular, representada por el concepto simbólico 4.0, que en principio no tiene nada que ver con la circularidad (relacionada con el reciclado) sino con la conectividad de las máquinas, aunque todo ello aparece estrechamente ligado al desarrollo tecnológico, y está empezando a revolucionar los modos de producción.

El espacio «Focus Paese», otro elemento habitual de los salones Filo, estuvo dedicado esta vez a Rusia, que atraviesa ahora, al parecer, una fase de recuperación del consumo después de una relativa depresión y, por tanto, está abierta a las aportaciones que pueda hacerle la oferta internacional.

Una oferta que en esta ocasión era más diversa, pues acudieron 93 expositores en total, quince más que en la edición equivalente del año pasado, debiéndose el crecimiento, en su mayor parte, al aumento de los internacionales (que pasaron, a ediciones comparables, de 24 en 2016 a 33 ahora); y también mayor –la de extranjeros- que la intermedia de la última primavera, que tuvo 26.

Habrá influido por otro lado la política iniciada por los organizadores para diversificar la representación sectorial, pues se ha dado entrada como expositores a los tintoreros y a los suministradores de servicios para el propio sector, muy selectivos en cuanto a calidad.

Con esta apertura se quería dar, desde luego, una visión más completa del potencial industrial que está involucrado en el sector italiano de hilatura y su entorno, tanto al servicio de la propia industria textil italiana como con vistas al mercado mundial.

Los países extranjeros más representados eran Turquía y Alemania (un tercio de la participación internacional). De España, tercer país en presencia, había cuatro expositores: Antex (de Anglés), Gerona Textil (de Salt), Hilaturas Ferré (de Banyeres de Mariola), e Intercot (de Sant Feliu Saserra)¸ los dos primeros especialmente asiduos.

En cuanto a los aspectos estilísticos, el área de tendencias de Filo se inspiraba en esta edición número 48 en el Planeta Tierra, en línea con el tema de la sostenibilidad que daba soporte a toda la filosofía del salón, como ya hemos dicho al principio, pero con una variable muy curiosa: tomando la poesía que emana de nuestro «planeta azul», que es origen y parte de nuestro DNA; es decir, una invitación a ser positivos.

En todo caso, la presentación era más austera, más sobria, que en las últimas ediciones, en alguna de las cuales los paneles de tendencias tenían un derroche de creatividad. Por supuesto, ahora eran también creativos, algo que, por lo demás, es inherente al espíritu italiano; pero con más sobriedad.


  

Publicado en TEXTIL EXPRES - Revista Número 233

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