La conmemoración de un textil que no claudicó cuando todo el mundo lanzaba malos augurios para el sector.
Una fiesta muy breve en el tiempo, 3 y 4 de octubre, sólo dos días, pero rica y diversa en cumpleaños superpuestos y en evocaciones para el sector textil.
Por supuesto, era la convocatoria número 50 de un evento bianual, el propio Modtissimo, que es la piedra de referencia para jalonar la andadura triunfal de un sector que estuvo casidesaparecido y que ha resucitado, y que ahora lleva una velocidad de crucero impresionante. Y además: los 25 años (ese mismo período) de la creación de la ASM, Asociación Selectiva Moda, promotora directa (en colaboración al principio con un grupo de industriales franceses) del propio Modtissimo; los 15 años de los programas de internacionalización «From Portugal»; los 10 de la celebración de la Porto Fashion Week (que lleva en su seno diversos eventos, no todos de moda). Todo esto se estaba celebrando a la vez.
Dos asociaciones patronales sostienen en la actualidad la organización del salón Modtissimo, el eje principal de todo: la Asociación Textil y de Vestuario de Portugal, ATP, y la Asociación Nacional de los Industriales Laneros, ANIL, cuyos presidentes respectivos son Paulo Melo y J.A. Robalo; ambas federadas en la ASM, antes citada, cuyo CEO es Manuel Serrão, responsable de sus actividades promocionales en el exterior; teniendo por otra parte como primer ejecutivo común a Paulo Vaz, vicepresidente de ASM y director general de ATP. Entre las entidades colaboradoras externas destaca, por otra parte, el Centro Tecnológico Citeve, pieza clave del resurgimiento del textil portugués, que participaba en el hecho ferial haciendo demostración de sus desarrollos técnicos.
Hasta aquí la génesis y el esquema formal, y ahora, el contenido.
En esta ocasión Modtíssimo era la síntesis de una fiesta y de una feria, la comemoración y el negocio.
Como fiesta, había comenzado en junio con un encuentro empresarial en la Quinta de Malafaia, en el Minho, para seguir ahora con una cena de fraternidad en la Alfándega a la que asistían los congresistas de Euratex (evento que se estaba celebrando en paralelo, y del que damos otra información en este número), y culminará en noviembre con una gala en el Casino de Póvoa do Varzim, cerrando un año verdaderamente redondo para el sector.
Hablaremos ahora, aquí, del negocio (el objetivo esencial de toda feria).
Ante todo había un salón de tejidos y accesorios. Participaban 110 firmas (aproximadamente la mitad extranjeras, con predominio de italianas y españolas) y 12 agentes. Los expositores españoles eran 17: Diverchildren, Dogi Spain, División Textil, Grupo Dimas, Marutx (Indigo), Industrias Murtra, Ingenitex, Luca Cuccolini, Modibiba, Mokuba by Ribbon Line, Rutex, Sidogras, TaylorTrading, Textil Girona, Textil Juan Moragas, Unitin y Unitr3s Studio.
Otro salón, prácticamente nacional, estaba dedicado a la confección, con dos secciones: una para adultos, con 63 firmas participantes, y otra infantil, con 22 firmas; más un foro de nuevos talentos, con nueve expositores, y 33 firmas de servicios.
El Citeve, protagonista especial, presentaba el Forum de Textiles Técnicos e Innovadores (iTechtStyle Showcase), con sus vertientes de productos confeccionados y de accesorios, y 67 protagonistas en total. Una aportación muy interesante por sí misma.
El efecto de conjunto de la manifestación daba una excelente imagen, y el producto expuesto era de gran calidad. Algo que en los últimos tiempos se ha convertido ya en una constante de la oferta portuguesa.
Los organizadores habían hecho una previsión de 6.500 compradores, de los que más de 500 serían extranjeros. No se ha distribuido una información de clausura.
Y el porqué de todo.
Esta síntesis informativa del 50 Modtissimo, que tiene tanto de meta alcanzada como de base de lanzamiento para una nueva efemérides, se puede cerrar con unas palabras del CEO de la propia manifestación, Manuel Serrão, acerca de lo que los 25 años transcurridos significaban:
«Es el resultado del esfuerzo de una gente menos nueva, hombres y mujeres en la flor de la vida, que en 1992 no aceptó la derrota prometida por los augures, y las profecías de desgracias para el sector, personas que nacieron en el textil y morirán en él (pero el sector no morirá), y otras personas emergentes en este negocio que promete un futuro risueño para los que lo viven ahora con pasión».
Y no sólo el 92. Sino el 2000, con el desafío chino. Y más tarde, con la crisis global de toda la economía. Varias generaciones, pues, que han mantenido la apuesta incluso cuando aumentaban los desafíos del entorno.
Publicado en TEXTIL EXPRES - Revista Número 233
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