A menudo no somos conscientes de cuánto ha cambiado el sector del calzado a lo largo de estos últimos años.
Para la Institución Ferial de Madrid, Ifema, el primer mes de su año comercial, que empieza en septiembre, está marcado por la moda. La apertura de programa, para la campaña de otoño de 2017, corrió a cargo del certamen Momad Metrópolis, de moda de vestir (esencialmente para mujer), que discurrió durante los días del 1 al 3, cuya crónica se verá en otro lugar de este número, y el cierre del mes correspondió al certamen Momad Shoes, de moda para calzar, celebrado del 22 al 24, del que nos ocupamos en esta crónica.
Entre ambos eventos tuvieron lugar los desfiles de la Semana de la Moda que antes se apellidó Cibeles y luego (hasta ahora) Mercedes Benz, llegada en esta ocasión a su número 66 (y de la que hemos hablado especialmente en nuestros boletines quincenales).
Ahora, más o menos en paralelo con la exposición de calzado, hubo los salones Intergift (artículos de regalo, en cinco pabellones), Bisutex (bisutería) y Madridjoya (joyería), complementarios en algún grado respecto a la moda propiamente dicha.
Una vez hecho, en las líneas que preceden, el encuadre general de lo que fue la moda en el primer mes de la temporada, informaremos con detalle a continuación de Momad Shoes en particular, Salón Internacional del Calzado y Accesorios, que llegaba a su cuarta edición bajo ese nombre, y que es el verdadero protagonista de esta crónica. Un certamen que tenía como presidente a Juan Carlos Fernández de Salort, de la empresa menorquina Pons Quintana, y como director a Jaime de la Figuera.
Un tipo de salón muy nuevo, para una oferta revolucionaria y un sector casi desconocido.
Discurrió este salón de viernes a domingo, en los pabellones feriales 4 y 6. Participaron 220 expositores y 400 marcas, de once países, con empresas de calzado, marroquinería, complementos de moda y servicios para el punto de venta, pensando en un colectivo de visitantes que estaría formado por detallistas, almacenistas, cadenas de tiendas, grandes superficies, empresas de venta por correo y agencias de importación-exportación: toda la cadena de distribución comercial. Ocupaban 8.400 m2.
Pero el contenido y el continente, y el certamen en sí mismo, eran desconocidos (como, por otra parte, ya habíamos empezado a advertir en la última edición anterior, de la que informamos en su momento), porque el sector, en poco tiempo, dentro y fuera de España, ha cambiado radicalmente. Hablar de calzado ahora tiene poco que ver con lo que era hablar de calzado hace pocos años.
En lo que se refiere al salón, han cambiado aquellos stands que a veces hemos calificado como mausoleos, cerrados, sobrios, con portero controlando quién podía entrar y quién no. Bien es verdad que ofrecían un producto regio, de materia y de acabado, y los propietarios de los stands, como los aceituneros de Jaén de la copla, se sentían altivos. Ahora quedan muy pocos de ese nivel, o los que quedan no participan (y, desde luego, no corporativamente).
Cuando hacemos estas reflexiones, comparativas en el tiempo, es evidente que nos estamos refiriendo a un período pasado de este mismo certamen, cuando tenía otro nombre y otro contenido (y respondía evidentemente a otras concepciones del mercado).
En todo caso, nada que ver entre el calzado rigurosamente canónico del pasado y la libertad de conceptos que lo llena hoy todo, con materias más ágiles que se prestan a la fantasía de apliques y elementos embellecedores.
Estos nuevos estilos de calzado, cada vez más cómodo, se pueden llevar con cualquier prenda, desde la de deporte hasta la de vestir… e incluso la de fiesta, lo que antes hubiera parecido increíble.
El salón ofrecía stands vivos, dinámicos, con mil ofertas (dentro de este estilo general), entre las cuales el comprador podía siempre encontrar lo que buscaba. Los stands, dentro de una tónica de sencillez y totalmente abiertos, invitaban a vivir el momento con alegría, acompañándoles en este espíritu una moqueta de agradable colorido.
Este cambio de estilo formal parecía corresponderse, por otra parte, con un cambio de la representatividad institucional del sector en el propio certamen, incluso de la representatividad geográfica, ya observable en las últimas ediciones.
En otro orden de cosas, el espacio dedicado a las charlas era esta vez acertado, mucho más acogedor y dinámico que el de la zona equivalente del salón de la confección a comienzos de mes.
La oferta y la moda, el panorama sectorial.
En sentido general, el salón presentaba las colecciones de primavera-verano de 2018, y la oferta estaba ordenada en seis sectores:
Urban & Young, firmas destinadas al público más joven, de calzado deportivo y actual. Casual, calzado informal, urbano, fisiológico y de confort. Contemporáneo, calzado basado en la artesanía y el cuidado de los materiales. Espacio Metro, con destacadas marcas de calzado y bolsos. Ego, nuevos diseñadores y firmas de reciente creación. Y Kids, de calzado infantil.
Hubo una exposición de «Bolsos con historia» y otra dedicada al «Yute de Caravaca», y la del Museo de Elda sobre el calzado fetichista; así como la pasarela Momad en la que algunas firmas presentaban sus colecciones. Y otros concursos y exposiciones varias.
El 22 de septiembre, el top model y actor Andrés Velencoso presentó la nueva colección de la marca Xti, en el sector Urban & Young. Y la agencia de la ONU para el Desarrollo Industrial expuso el proyecto «Creative Mediterranean».
La firma especializada Sartia presentó su avance de tendencias, con cinco líneas de inspiración: Simply Minimal, Fusión, Beach to Tropic, Energy y City Sport; aunque la propia literatura de la feria lo simplificó, traducido, así: minimalismo, adornos metálicos y fusión cultural. Y hubo por otra parte diversas conferencias, exposiciones y talleres.
Como ya es habitual, había una presencia relevante de la Moda Sostenible, en el espacio divulgativo dispuesto al efecto bajo el título Sustainable Experience, y en los stands corporativos de las cinco asociaciones regionales existentes (Andalucía, Barcelona, Extremadura, Madrid y Murcia). Con una mesa redonda dedicada al tema.
Los visitantes fueron 5.097, un 5% más que en septiembre anterior, lo que el presidente de la Federación de Industrias del Calzado Español, José Monzonís, encontró satisfactorio. Entre los compradores internacionales había una representación iberoamericana que era visitante habitual de la feria CPD de Düsseldorf, ahora cancelada. Cabría que fueran, en sustitución, al Micam milanés, pero parece que tienen cierta alergia atávica al certamen italiano. Podría suceder, por tanto, que se hicieran habituales de Madrid (pues la impresión de este primer contacto ha sido satisfactoria).
Para el año que viene, una de las novedades que los organizadores piensan introducir es un modelo de stand conceptual, más atractivo y mejor adaptado a las necesidades del sector, con mejoras como la iluminación con leds, que permitirá un reparto equilibrado de la luz sobre los productos a exhibir.
Las fechas de Momad Shoes para 2018 han sido ya fijadas: del 2 al 4 de marzo, y del 22 al 24 de septiembre, en el Parque Ferial de Ifema.
Publicado en TEXTIL EXPRES - Revista Número 233
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