La firma automovilística alemana Mercedes-Benz tuvo alguno de estos años pasados un instinto romántico, y asoció su nombre a la moda, convirtiéndolo en marca compartida de varias pasarelas relevantes, especialmente las de Nueva York y Berlín. En febrero último hizo lo mismo con la de Madrid, suplantando el castizo nombre de Cibeles al frente de sus desfiles. Y ahora abanderó, del 30 de agosto al 4 de septiembre de 2012, una segunda edición de la pasarela española bajo ese largo nombre resultante, de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid (MBFWM, anagrama realmente indigerible, pero difícil de mejorar dados los componentes). Fue un evento envolvente en relación con la feria SIMM, celebrada en salones adyacentes del 1 al 3 de septiembre y a la cual, por tanto, precedió, se superpuso y siguió.
Oficialmente empezaba el 31 de agosto. Se le anticipó al 30, cuando ya esta fecha estaba encima, para dar cobertura a un protagonista inesperado de última hora, pero sólo hasta cierto punto, puesto que el interesado se fue por libre a un escenario distinto del oficial, elegido por él mismo: el Jardín del Capricho, del siglo XVIII, en la Alameda de Osuna. Era un protagonista de difícil identificación: como marca, Jesús del Pozo, cuyo titular falleció un año atrás, en agosto de 2011; como modisto, autor real, el catalán Josep Font, incorporado a la empresa en febrero de 2012.
El capitalista es la empresa Perfumes y Diseño, S.A., que preside Pedro Trolez. Tenía de atrás las licencias para perfumería de Tous, de Vittorio y Luchino y del propio Jesús del Pozo; cuando éste muríó, compró la firma del modisto desaparecido, que llevaba su mismo nombre, y la marca inherente; fue una inversión de cinco millones de euros. Pero había que seguir desarrollando las colecciones, y fichó al catalán Josep Font, retornado el año anterior de París, donde conquistó fama (llegó a desfilar tres temporadas con la Cámara de Alta Costura), pero se arruinó. Tenía como supuesta socia a Carmen Ayats, que era la propietaria de su nombre artístico, y de la que en realidad era empleado; la relación terminó en despido, y con el nombre enajenado. La oportunidad de ser en otra parte un director creativo remunerado, para realizar colecciones que no iba a firmar, era sencillamente una solución vital. En cambio, alguien que no será Font firmará en el futuro las colecciones Josep Font para Carmen Ayats, si ésta decide explotar la enseña, y cobrará por ello. Un trueque de papeles, cosas de la vida.
Por el momento lo que se vio fue una espléndida sorpresa: la primera colección Jesús del Pozo diseñada por Josep Font era una maravilla, que dejó estupefactos a los invitados y a la prensa especializada; incluyendo algunas prendas de factura costosísima como una torera construida con 4.500 piezas bordadas a mano que ha costado tres meses terminar. Este pase que pudiéramos decir pre-inaugural de la pasarela MBFWM fue con mucho lo mejor de todo el programa. Estableció un nivel que nada de lo exhibido después en la pasarela podría igualar. Y marca un derrotero post-mortem formidablemente prometedor para la marca Jesús del Pozo, aunque posiblemente no se pueda mantener a ese nivel como estándar de creatividad y de calidad, por una razón de costes y de comercialización.
En el ambiente había una pregunta previa: ¿se reconocerá el espíritu de Jesús del Pozo en la obra de su sucesor? Pues bien: Font no le traicionó, pero sí le rebasó; en cierto modo era inevitable. Por otro lado, el mismo autor calificó su trabajo como «prêt-à-couture», más fresco que la alta costura, más solemne que el prêt-à-porter.
Por cierto que cuatro días más tarde, el 3 de septiembre, se abriría ya un showroom de Jesús del Pozo en Nueva York, con presencia de esta colección, iniciando un proceso de expansión internacional.
La primera jornada del calendario real. El 31 de agosto se vieron sobre la pasarela siete colecciones de primeros espadas, todos valores seguros en sus respectivos estilos, aunque atemperados por la crisis; es decir, más sobrios de lo habitual para evitar los costes que no aportan valor.
Eran Roberto Verino, Francis Montesinos, Hannibal Laguna, Agatha Ruiz de la Prada, Victorio & Lucchino, Devota & Lomba y Angel Schlesser. Para terminar con una colección conmemorativa de Elio Berhanyer 1960-2012, como homenaje ofrecido por Mahou.
Modesto Lomba, en su condición de presidente de los diseñadores (ACME), llegó acompañando a Candy Pratts, una gurú neoyorquina de la moda online en la órbita de Vogue, de la que confiaban obtener cierta resonancia mediática en Estados Unidos para los valores españoles actuales; después de haber visto el salón SIMM y la pasarela MB, el único nombre hispano de la moda que la invitada había retenido era el que ya traía en la cabeza cuando volaba hacia Madrid: Balenciaga. De las aportaciones actuales, miraba alternativamente al techo y al suelo sin enterarse de nada, simplemente porque no se interesaba por nada, no era su mundo.
Volviendo a Lomba: sus ventas, centradas sobre todo en las licencias, llevan cinco años bajando; y pudo presentar colección aquí gracias a una subvención del Ayuntamiento de Vitoria, su ciudad natal. La economía está apretando al mundo de la creación.
Con Victorio & Lucchino, los cronistas se centraron más en conocer el estado de sus cuentas que los ejes inspiradores de su colección. Y es que han tenido que negociar finamente para salvarse de un concurso de acreedores al que ya estaban abocados. Van a centrarse en lo creativo y delegar la gestión, mientras por otra parte afirman que donde está la rentabilidad es en las franquicias para perfumes que tienen con Puig.
Roberto Verino y Hannibal Laguna, invocando la necesidad de pisar seguro, se afirmaron en sus valores de siempre sin permitirse ninguna alegría; no son tiempos de malabarismos. El primero, apoyándose en evocaciones de lo español. Para Montesinos y Agatha, lo de girar con garbo sobre sus valores es ya habitual, puesto que cada uno de ellos tiene un mundo propio, en el que puede repetirse reinventándose una y otra vez. Schlesser fue el que de manera más coherente desarrolló de verdad una colección.
Y dieciocho desfiles más. El 1 de septiembre fue el turno para Lemoniez, Amaya Arzuaga (con su colección AA, pues la principal la reserva para París), Juanjo Oliva, Miguel Palacio (estrechamente asociado a la marca Hoss), Davidelfín (que celebraba su décimo aniversario en la pasarela, y que recibiría el premio de L’Oréal al mejor diseñador, aunque estuvo muy lejos de sus mejores tiempos), Teresa Helbig y Juan Duyos (que está volviendo a la costura, a un cierto refinamiento).
El día 2, para Ana Locking, Roberto Torretta, Ion Fiz y Maya Hansen, Juana Martín y Martin Lamothe, Ailanto, Kina Fernández, y María Barros y Sara Coleman. Algunos hacen la colección por cubrir un trámite, es decir, sin entusiasmo, y esto se ve en su obra.
Y el dia 3, para Carlos Díez y María Escoté, TCN, Sita Murt, y el tándem de Dolores Cortés y Guillermina Baeza. En este grupo, de nuevo, un trío de marcas catalanas (lencería y baño de TCN y de Baeza, punto de Murt) que conforma un cierre ya clásico del calendario madrileño. En el que, por cierto, ha dejado de participar otro catalán de moda íntima, Andrés Sardá, verdaderamente estelar en su especialidad.
Entre este mismo día y el siguiente hubo, completando el programa de presentaciones, los diez desfiles correspondientes al calendario especial de diseñadores emergentes bautizado como Ego.
Con tres grandes patrocinadores… uno de ellos hipotético. La pasarela Cibeles había tenido desde hacía mucho tiempo un patrocinador principal, L’Oréal. Al incorporarse hace medio año Mercedes-Benz, tomó ese lugar, con L’Oréal en una segunda posición bastante próxima. Pero ahora aparecieron tres nombres como patrocinadores dominantes, con el tercero solamente enunciado, sin explicación ninguna. Se trataba de Inditex. No se dijo qué pintaba allí, hasta el punto de que cabía pensar que se trataba sólo de un despiste del rotulista. Si en la próxima edición, que será ya en 2013, vuelve a aparecer, hay que esperar que por lo menos sea con cuenta y razón: que se sepa qué aporta.
[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 203 — octubre 2012 ].