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En enero de 2012 fue la primera vez en que los salones de moda exterior femenina de París, que en diversas ocasiones habían coincidido en el tiempo y en los propósitos, respondían además a estrategias comunes y a criterios organizativos semejantes, bajo una dirección unificada (después de que la Federación Francesa del Prêt-à-Porter Femenino hubiera vendido la titularidad de su certamen), en el habitual escenario del Parque de Exposiciones de la Puerta de Versalles.

Bajo el nombre sintetizado de Who’s Next Prêt-à-Porter París, en cuatro pabellones con siete niveles, y con unas pautas de organización en las que predominaban acusadamente los criterios y estilos tradicionales de Who’s Next, en detrimento de lo que había sido el aire reconocible histórico del Prêt-à-Porter (consecuencia de que el nuevo equipo ejecutivo estuviera férreamente controlado por Xavier Clergerie, el cerebro técnico de Who’s Next), se agrupaban un conjunto de 2.775 expositores ocupando 120.000 m2.

La cifra de visitantes comunicada con notable retraso fue de 65.682, franceses en un 68%. Los datos precedentes de los dos salones participantes en la integración daban unas cifras de audiencia de entre 45.000 y 50.000 visitantes cada uno, según las temporadas, pero se desconocía el factor de reiteración: cuántos de los visitantes eran comunes.

La segunda experiencia de la integración tuvo lugar en julio de 2012, e incluyó otro importante factor de cambio; precisamente el del mes de celebración, puesto que habitualmente la segunda convocatoria anual de estas manifestaciones se celebraba en septiembre. Antes de la fusión, el Prêt-à-Porter se había mostrado siempre reticente a este adelanto, mientras que Who’s Next había llegado a realizar alguna experiencia en solitario. Unificada ahora la capacidad de decisión, se pudo abordar el cambio de fechas sin complejos.

Los resultados fueron considerados satisfactorios, aunque no eran concluyentes. Hubo 47.064 visitantes, menos que en invierno desde luego, pero también menos que en el septiembre anterior. Sin embargo, los organizadores lo estimaron suficiente para perseverar. Incluso opinaron que la vertiente más desfavorable, que es el retroceso de la audiencia francesa (parece que es muy difícil movilizar al comerciante francés en verano), resulta positiva, pues entienden que hay que modificar el perfil demasiado «nacionalista» que hasta ahora tenía la manifestación.

La tercera experiencia, en enero de 2013, fue absolutamente atípica porque tuvo el protagonismo inesperado de una nevada que vino a desvirtuar todos los razonamientos posibles sobre frecuentación y fidelidad. La nieve hizo acto de presencia en los días centrales de la manifestación.

Copiamos de nuestra crónica del momento: «El 40% de los vuelos internacionales fueron suspendidos y el servicio de Eurostar anulado. En el espacio nacional fue peor: cancelación de vuelos internos, corte del tráfico por carretera y ferrocarril, suspensión de transportes urbanos en la capital. Los parisinos se quedaron en sus casas. Pero los asiáticos y americanos habían llegado en los dos días anteriores a la nevada, ya estaban allí y no se refugiaron en sus hoteles. En la feria, dieron un registro de audiencia excelente. Los japoneses en cabeza. Para gran satisfacción de los ejecutivos feriales, no sólo porque salvaban la concurrencia de esta edición específica, sino por lo que pueden significar como señal duradera de una nueva orientación de aquellos públicos hacia Europa (y, en este caso, París). Jornadas afortunadas, pese al problema general».

Y así llegamos a julio de 2013: una edición de verano, auténticamente celebrada en verano, la cuarta desde la unificación de los salones franceses de prêt-à-porter, y ésta ya, referente definitiva.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 208 — septiembre 2013 ].


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