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Evolucionan los contenidos y las formas del salón, al tiempo que el sector se transforma.

La moda femenina está en el origen mismo de la vocación ferial de Madrid, y al lanzarse ahora la ciudad a tumba abierta en un nuevo protagonismo ferial bajo el rótulo de Momad, ha querido ratificar esa vocación de una forma muy explícita. Ha querido hacer una feria para la moda centrándose en un compromiso absoluto con esa función, expresado en fomentar una producción respetuosa con el medio ambiente, la innovación tecnológica, y la sostenibilidad; por tanto, no una feria de moda genérica, sino avanzada al futuro.

La industria de la moda en el vestir se hermana con la de calzado y accesorios, sumando las novedades de creatividad y tecnología de 800 empresas muy diversas (con un 34,5% de marcas nuevas). Se trataba de ofrecer atuendos para otoño-invierno de 2019/20, es decir, con lanas nobles y abrigos de pelaje rasurado, con cuatro líneas de tendencia principales: Master, Ride, Oddity y Spirit, presentadas como referencia de tendencias por la firma Nelly Rodi. Ropa y calzado sobre todo, marroquinería incluida, con todo tipo de accesorios, para un público muy diverso y que cada día multiplica sus canales de adquisición. Reinventando los trajes de espíritu ochentero y una vuelta, con fuerza, al estilo Art Nouveau. Añadiendo por otra parte la moda-pronta para el otoño/invierno inmediato.

Los que describen la moda con un sentido poético han dicho cosas como estas: un ambiente sensual repleto de curvas y fluidez, conseguido a través de velours opulentos, plumas, pompones, brocados y pasamanería, enriquecerán el nuevo estilo, con materiales que se superponen creando extraños y elegantes origamis para conseguir un aire de reina de las nieves.

La feria desplegó su oferta del 8 al 10 de febrero por los pabellones 2, 12 y 14 de las instalaciones de Ifema. El 34% de dicha oferta correspondía a marcas nuevas. No es fácil encontrar de pronto un grado tan alto de nuevos protagonistas. Son, necesariamente, aventuras empresariales que encierran promesas de desarrollo. El presidente de la patronal Acotex piensa que el sector necesita una serie de transformaciones para volver a la senda de la rentabilidad, incluyendo la adecuación de las colecciones en tiempo y forma a las circunstancias del mercado real.

Las últimas cifras de facturación hablan de 10.796 millones de euros (incremento interanual muy ligero, del 1,5%), con un censo del sector que es de8.337 empresas y 137.000 trabajadores. El comercio electrónico es el que mejor se comporta, y las ventas online aumentan un 10%. Según los datos más recientes de CNMC Data, las prendas de vestir aparecen en el tercer lugar de los sectores con mayor actividad en comercio electrónico durante el año pasado, con un 5,5% de la facturación total, sólo por detrás de las agencias de viajes y del transporte aéreo.

En el marco del salón, el negocio del e.commerce era un sector en alza, en un certamen con vocación de 4.0, situado en el núcleo de conexión con el salón Bisutex (ajeno a Momad, pero con una semejanza de contenidos, elementos polivalentes, en el sector de los accesorios). Los sectores de oferta propios eran los siguientes: Mujer, Hombre, Infantil, Calzado, Marroquinería, Baño, Bisutería, Accesorios, Complementos e Industria Auxiliar. En un interesante programa de conferencias paralelo a la feria, se analizaron las circunstancias actuales del mercado de todos ellos.

El sector hizo en esta edición una apuesta muy clara por la oferta de Moda Sostenible(Sustainable Experience), donde había una veintena de firmas de esta particular categoría, poniendo en marcha el Premio Moda, Sostenibilidad y Negocio. El salón patrocinó, por otra parte, junto con otras firmas y por las mismas fechas, la VIII Jornada de Moda Sostenible en el Museo del Traje de Madrid (tuvo lugar concretamente el 9 de febrero). Y en el propio marco del certamen Momad hubo una jornada de debates dedicada a la moda sostenible.

Los países extranjeros representados fueron Alemania, Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Francia, Grecia, Hong Kong, Italia, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Suiza y Turquía.

Hubo numerosos desfiles de modas de marcas individuales y algunos colectivos, especialmente el de Moda Adlib Ibiza, el de la Asociación de Moda Sostenible de España, y el de la Agrupación de Firmas Baño Brasil.

Y ahora, el tiempo para la reflexión.

Con esto podríamos decir que la descripción del salón ya está hecha. Pero nuestros lectores saben que a menudo tenemos una debilidad: ir más allá de la simple descripción; nos dejamos dominar por la tendencia a la reflexión.

Un primer motivo para meditar lo facilita, hoy día, la tienda misma (es decir, el supuesto comprador), que a menudo llega a la feria con moral de horas bajas. Tanto es así, que en ocasiones el expositor, que acogía a ese presunto cliente, tenía que empezar por darle ánimos. La gran boutique que compraba ochenta abrigos ahora comprará cinco, convencida de que eso es lo que venderá. O peor: anunciará de entrada que «hoy no he venido a comprar, sólo quería encontrarme con los amigos».

Diríamos que el Forum puede ser el ámbito de salvación... o de redención. En determinados casos y hasta cierto punto. Algunas charlas que prometen ser interesantes pierden credibilidad a medida que las escuchas. En una ponencia sobre tejidos se pudo ver enseguida que el orador tenía un conocimiento muy superficial del sector textil. A veces se aconsejan como fórmulas milagrosas ciertas soluciones de puro simplismo, a nivel de intercambio de productos.

En las ferias textiles españolas de esta primavera de 2019 se asistía a un juego de contradicciones. Confeccionistas que han ganado mucho dinero, tienen una economía saneada y no piensan en depreciar su producto, seguirán ofreciendo un buen artículo a un precio razonable, y el mercado decidirá. La mayoría se siguen resistiendo a vender online (al menos de momento, o al menos de forma sustantiva). Pero todo parece indicar que estamos en un tiempo de reflexiones variables.

En el Forum había charlas que prometían ser interesantes y que, volviendo a lo que acabamos de mencionar, resultaron ser más bien ocurrencias de brainstorming, como sugerir que una hipotética boutique de Sevilla, a la que le queden cinco abrigos sobrantes de campaña, los compense con una boutique de Bilbao a la que le falten (y a la que le sobrará, se supone, alguna otra cosa). Proponer al comercio individual soluciones de comercio en cadena sale gratis para quien lo formula, pero ¿quién se ocupa de las implicaciones prácticas? En definitiva se trata de una cuestión de buenas voluntades, y tampoco hay que condenar el ejercicio de la imaginación. De propuestas ingenuas nacieron startups de éxito, así que todo vale, al menos a nivel de charla.

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