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Más de 900 marcas recibieron a más de 15.000 visitantes, que, el último día, desafiaron a la nieve.

TEXTILEXPRES-REVISTA-235

El año ferial de 2018, en la Feria de Madrid, Ifema, ha empezado para nuestro sector con el Salón Internacional de la Moda femenina, Momad Metrópolis, en su quinta edición, que acaba de discurrir del 2 al 4 de febrero, de viernes a domingo, en los pabellones 2, 12 y 14 (15.000 m2 de superficie) de su Parque de Exposiciones. Se ha celebrado en paralelo con los certámenes Bisutex, Intergift y Madridjoya, que en algunos aspectos tenían cierta afinidad de contenidos. La actividad ferial de la moda ya había tenido este año una manifestación madrileña a mediados de enero, la de moda infantil (de la que también informamos en este número), pero no era en el recinto de Ifema.

En Momad Metrópolis, cuya inauguración estuvo a cargo de Francisco Javier Garzón, consejero delegado del ICEX, participaron 454 expositores directos, incluyendo la aportación internacional de 14 países, presentando en total más de 900 marcas.

Se distribuían en 12 sectores. En el pabellón 2, el sector de Eventos (cóctel, noche y ceremonia). En el pabellón 12, los de Moda Sostenible (Sustainable Experience, empresas socialmente responsables en la producción y comercialización de sus propias colecciones), Accesorios, Casual & Warm (colecciones avanzadas, moda informal, urbana y confort), Contemporáneo (últimas tendencias, colecciones innovadoras) y Moda en Piel, Man (moda de hombre y estilo de vida) y Espacio Metro (últimas tendencias, y marcas internacionales de alta gama que anteriormente estuvieron reunidas en los showrooms). En el pabellón 14, los sectores de Baño y Lencería, Now (moda informal y urbana, moda pronta para entrega inmediata), Servicios para el Retail, y otrosector de nueva introducción: Momad 4.0, por otro nombre «economía circular» (soluciones innovadoras, en este caso para la distribución comercial o la logística principalmente).

Las comunidades autónomas más representadas en el conjunto de los expositores fueron Cataluña, Madrid y Andalucía. Son las predominantes en la mayoría de los certámenes textiles españoles, aunque a veces por orden diferente según las especialidades.

En cuanto al marco material del evento, se habían mejorado algunos equipamientos técnicos del recinto ferial, entre ellos, por ejemplo, los sistemas de iluminación, los paneles de los stands, la ambientación. El efecto resultante era muy ágil y agradable, y propio de un gran salón internacional; reforzado, en algunas de las áreas, por la presencia de un producto de gran calidad.

En el espacio exterior estaban la Winter Terrace y la Pasarela Momad, en la que más de 50 firmas presentaban sus colecciones individualmente (aunque no había desfiles formales del certamen). Las pasarelas podían ser seguidas, por otra parte, en streaming en pantallas gigantes de los pabellones 2, 12 y 14. Y se pudo comprobar que muchas de las presentaciones individuales, a lo largo del día, tenían una audiencia numerosa y animada, lo cual es siempre muy positivo en este tipo de salones.

Por otra parte, los servicios informativos de la Feria difundieron la información de prensa relativa a la previsión general de tendencias para la temporada de otoño-invierno de 2018/19, con independencia de los pases de colecciones privadas en la pasarela.

El Centro Superior de Diseño y Moda de Madrid, y la Escuela de Moda Sevilla, habían organizado muestras de diseños de sus alumnados respectivos. Otra exposición mostraba los diseños ganadores del Concurso de Talentos convocado por Momad Metrópolis.

Hubo un programa, con el nombre global de Foro Momad, muy nutrido, de eventos del certamen (conferencias, exposiciones, mesas redondas, concursos, talleres, presentaciones sociales de diversa naturaleza, con especial relieve para el ciclo de Experiencias de Moda Sostenible). En este último capítulo eran protagonistas añadidas las Asociaciones de la especialidad de Andalucía, Barcelona, Extremadura, Madrid y Murcia, y las empresas especializadas Ecoalf, Skunfunk, Recover y El Naturalista. Las firmas expositoras que se acogían a esa modalidad a título individual eran ya unas 40.

Como en cada nuevo ejercicio, todas las entidades corporativas del sector textil-confección español, presentes en el Comité Organizador, renovaron su tradicional vinculación con la entidad ferial madrileña, materializada en torno a su director general, Jaime de la Figuera. Por cierto que los presidentes de dos de las entidades más representativas del bullir del sector (Ángel Asensio, de los confecccionistas, y Eduardo Zamácola, de los comerciantes) coincidían en considerar al año que acaba de transcurrir como especialmente traumático para los negocios, porque ha dejado la impresión de que todo el discurrir del mundo de la moda es una carrera de descuentos y promociones a lo largo del año, «lo cual pulveriza los márgenes, y sin márgenes no hay inversión». Aunque el ambiente de la feria estaba muy lejos de ser pesimista.

Hasta aquí, la descripción de conjunto, el marco. Y ahora, las sensaciones.

El primer día hubo muchos visitantes, dicho sea esto como impresión de espectador ferial, y no como dato estadístico. Y el segundo día la afluencia parecía ser de nuevo excelente, aunque quizá más de pasillos. El expositor tuvo, en general, muy buenos contactos, con unos resultados posiblemente excelentes. Acudía un tipo de visitante nuevo, distinto, lejos del que se había hecho clásico de estos certámenes en el último período. Y con sentido práctico: si le gusta el producto, o encaja con el pensamiento que traía al acudir a la feria, lo pide sin pararse a pensar si es caro o barato; ha desaparecido la exigencia de regatear en el precio.

Las charlas de los foros no estaban exentas de contradicciones, como con frecuencia sucede. Que un ponente diga en una feria como Momad que hay que consumir menos pero de buena calidad (que en su caso se refería al factor ecológico) es una manera de limitar el negocio, justo lo contrario de lo que el expositor desea (porque a la feria se viene a vender lo más posible, y lo de la calidad se sobreentiende). Hubo desfiles con una ecuación de diseño creativo/comercial en sus colecciones muy vendible. Pero no todas las presencias eran afortunadas. Por ejemplo, la moda anunciada como de Ibiza podía ser de cualquier parte; la sutileza del estilo ibicenco ha desaparecido, lo cual es una lástima.

Parece que la que se bautizó como la era Trump con sus alardes de productos brillantes y llamativos encandiló por esas fechas (hace ahora un año) a algunos diseñadores, que le siguen adictos y, tanto en Madrid como en Barcelona, presentaron el oro brillante y sedujeron a compradores norteamericanos. Se dijo que entre 40 y50 compradores internacionales de procedencia ultramarina hicieron en Madrid un 10 ó 12% de los negocios del salón, siguiendo la estela del brillo.

Los expositores de la moda sostenible (que eran el doble que en la edición anterior) no estaban especialmente contentos, pues apenas tenían visitantes en sentido comercial (otra cosa es que tuvieran algunos curiosos y, lógicamente, los especialistas del sector). El concepto de la sostenibilidad no tiene romanticismo. Es propicio al debate entre profesionales, pero no a crear un ámbito de seducción. Su ambiente tendría mejor entorno en ferias minoritarias especializadas (en Francia ya hacen algunas), o en las de denim, que en los grandes certámenes generales.

El informe final: 15.000 personas, y mucha animación a pesar de la nieve.

En las dos primeras jornadas la afluencia de público fue, como antes se ha dicho, muy satisfactoria. El tercer día, domingo, apareció la nieve y, como es natural, deslució la jornada; pero el balance del salón, con 15.000 visitantes y dos días iniciales muy activos, fue francamente bueno.

La próxima convocatoria será en septiembre, y el director ya prevé ampliar actividades, con iniciativas como el sector de barbería, ya presentado con carácter experimental en esta edición, y la ampliación de espacios dedicados al hombre y a los niños (en una feria que tradicionalmente ha sido, durante años, muy específica de moda de mujer).

En la edición de este invierno, el director de la feria ha resaltado la incorporación de marcas como Devernois, Devota&Lomba, Fransa, Hannibal Laguna, Javier Larraínzar, Viriato, Manakas, Marella/Emme, MrMusk, Parakian Paris, Paul Brial, Surkana, Van Dos y MD’M, algunas de ellas internacionales.

De las habituales del certamen, el propio director resaltó la presencia de Oky, Alba Conde, Vilagallo, Sonia Peña, Simorra, Mercedes de Miguel, Ada Gatti, Culito from Spain, Canadian Peak, Coronel Tapiocca, Nekane, Escorpión e Isabel de Pedro.

TEXTILEXPRES-REVISTA-235Hannibal Laguna.

TEXTILEXPRES-REVISTA-235Coronel Tapiocca.


[Publicado en TEXTIL EXPRES - Revista Número 235 - FEBRERO 2018 ].

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