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Hay ciudades y regiones de Francia que están indisolublemente asociadas a etapas históricas del desarrollo textil. Una de ellas, en el norte del país, es Lille, célebre en la creación de tejidos, y que todavía hoy es el centro neurálgico del diseño textil (desde aquí se organizan los salones parisinos de la especialidad llamados Indigo), asociada por otra parte durante años al inmediato complejo industrial de Roubaix-Turcoing, hoy profundamente transformado. Lille es la cabecera de la región Nord Pas de Calais, que sigue siendo la segunda de Francia por el número de asalariados del sector.

Durante la revolución estructural del textil operada en la segunda mitad del siglo XX, el sistema económico de esta parte de Francia sufrió una profunda transformación, y el protagonismo de las fábricas fue en parte sustituido por el de las comercializadoras (igualmente muy poderosas, pero de estructura bien distinta) llamadas «las centrales», grandes cadenas de distribución que impondrían hegemónicamente un nuevo ordenamiento horizontal del mercado.

Fue entonces cuando la Fédération Française de la Maille (actualmente también de la Lingerie) asumió una función de coordinadora de este nuevo movimiento llamado de la «distribución organizada» (como si el resto de la distribución estuviera desorganizada, dijo alguien con ironía cuando nació este fenómeno), y pensó un tipo de certámenes concebidos en función de los ritmos y necesidades de estos nuevos actores económicos, creando al efecto su división ferial Eurovet, que tuvo entre otras ideas la de hacer salones en Lille.

Y así esta ciudad se convirtió en un centro fijo de exposiciones de la moda en el Norte de Francia, hasta cierto punto emulando a París (obviamente a otra escala), con un estilo muy peculiar que ha echado raíces. Se consagró como escaparate muy tempranero, para una oferta de tejidos ajustada a los supuestos ritmos de trabajo de la gran distribución, bajo el nombre de Tissu Premier, que durante varios años era literalmente cierto (es decir, el más madrugador), hasta el punto de que alguien bromeó diciendo que, después de lo de Lille, el gran certamen Première Vision tendría que pasar a llamarse «Dernière Vision»; y aunque tal cosa, por supuesto, nunca llegó a ocurrir, el salón de los primeros tejidos ha seguido siendo el trompetero de cada temporada tras los diversos reajustes efectuados una y otra vez por todos los competidores y por la propia Lille.

En los últimos tiempos, Eurovet ha desplegado por otra parte algunas iniciativas feriales complementarias para acompañar a Tissu Premier, siempre con las premisas de ser manifestaciones muy breves y concentradas, y de responder a intereses comunes de ese mercado tan definido que se supone que es el suyo, que con el tiempo ha ido tomando el nombre de «fast fashion»¸ es decir, no sólo moda temprana o primeriza, sino de rápida ejecución y reproducción.

Así es como se ha celebrado esta primavera, los días 5 y 6 de junio, en el escenario ferial ya consagrado del Grand Palais de Lille, una nueva edición de Tissu Premier, feria internacional de tejidos de moda y accesorios, y, conjuntamente, la nueva manifestación Collections, feria internacional de colecciones de ropa y accesorios para el comercio detallista de moda (the fashion retail). Ambas manifestaciones, por tercera vez bajo el rótulo común de Fast Fashion Lille, llevando por lema Moda-Negocios-Creatividad.

 

Tissu Premier, como siempre: los tejidos y materias. En un período ya un poco lejano, Tissu Premier llegó a reunir más de 300 expositores. Inicialmente eran todos europeos. Luego se incorporaron los asiáticos (chinos básicamente), lo cual no fue bien acogido por los que se consideraban miembros fundacionales, entre los cuales el grupo español llegó a ser, por cierto, relevante (y el italiano lo era por naturaleza).

Posteriormente las cosas han cambiado mucho. Los orientales han desaparecido. Desde luego, los españoles también, seguramente por distintas razones. Ha habido por supuesto nuevas incorporaciones, pero el conjunto ha decrecido. La edición de este año comprendía 126 expositores, siendo franceses 42 y extranjeros 84. Entre éstos predominaban 35 turcos y 17 italianos, y pequeñas representaciones de otras nueve nacionalidades. Es una composición lógica: Turquía se ha convertido en la potencia textil ascendente en esta parte del mundo, e Italia es siempre un referente incluso en sus declives. Es lamentable la retirada de los tejedores españoles, que en la etapa anterior habían obtenido incluso menciones de la ciudad de Lille por su perseverancia y calidad. Por cierto que nuestra revista Textil Exprés recibió por aquella época la Medalla de la Ciudad en atención a los reportajes dedicados al textil de Pas de Calais.

Retirada española no del todo absoluta, por otra parte, pues contábamos ahora con dos expositores: Cintugal e Indet, ambos de fornituras, pero que constituían, claro está, una presencia testimonial en relación con el pasado.

El salón se complementaba con foros de tendencias, conferencias y coloquios varios, y los recorridos guiados según temáticas.

 

Colecciones: prèt-à-porter para el servicio rápido. Los expositores de colecciones de vestir (y sus accesorios), eran 87 de diez nacionalidades, elevando a 213 la cifra de participantes en el doble evento.

En este territorio del prêt-à-porter los franceses eran 35 y los extranjeros 52, de nueve países; casi la mitad de ellos de nueva incorporación. Predominaban los marroquíes (14), los portugueses (13), los tunecinos y los italianos (ocho de cada país). En general, los expertos en el negocio del circuito corto.

La presencia más destacada de Marruecos y Portugal es lógica, porque los marroquíes deben asegurarse la primacía como proveedores del área del Magreb ahora que los competidores tunecinos se encuentran en horas bajas por circunstancias internas, y, en lo que se refiere a los portugueses, porque están recuperando a toda máquina una preponderancia de abastecedores internos de la Unión Europea que siempre habían tenido. Los españoles nunca habíamos jugado a trabajar «à façon» más arriba de los Pirineos. Pero nuestros vecinos del Occidente ibérico, que siempre hicieron una subcontratación de calidad, han mantenido sus capacidades intactas y buena agilidad de respuesta cuando las cosas han dado un nuevo giro.

La ofensiva internacional de los portugueses, por otra parte, no se está ejerciendo sólo en el campo del fast fashion, sino en todo el abanico del negocio textil, incluidos ámbitos tan delicados como los textiles de uso técnico.

En el transcurso del certamen estaba previsto celebrar el acto fundacional de la comunidad denominada «La Vallée du Recyclaje», coordinadora de los polos de competitividad y de excelencia (en el orden tecnológico) existentes en la región.

 

Las citas siguientes. Estos certámenes de junio se complementarían, entre los organizados por Eurovet, con los eventos de «sourcing» denominados Fatex, del 7 al 9 de julio, y Zoom, del 17 al 19 de septiembre.

En cuanto a las ediciones siguientes de Tissu Premier y Collections, es decir, la cuarta edición de Fast Fashion Lille, tendrán lugar los días 27 y 28 de noviembre de 2013.

En el campo de los proyectos (pero sólo proyectos todavía) figura para abril de 2014 el acontecimiento Made in France, que estará consagrado, si es que madura, al servicio de «soustraitance» para la alta costura parisina: «Salon de la Haute-Façon».

Sin embargo, sobre proyectos de futuro hay que poner en este punto un interrogante, ya que el 17 de julio se ha comunicado la firma de un acuerdo entre la entidad ferial Eurovet y la sociedad gestora de Premiére Vision (el gran salón parisino de tejidos), por el cual la primera cede a la segunda la propiedad de todos los salones de la constelación Fatex, así como Tissu Premier y Collection (los específicos de Lille).

Habrá que esperar a ver si el nuevo dueño confirma las convocatorias.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 208 — septiembre 2013 ].


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