Único encuentro de sus características en la Península Ibérica, tiene un marcado acento internacional.
De nuevo este año, el aeropuerto Francisco Sá Carneiro, de Oporto, cedió su marco a la industria textil portuguesa para celebrar, en los dos días finales de febrero, el 27 y el 28, su encuentro Modtissimo, la fiesta mayor de la moda, que actualmente se presenta como el único evento de ese tipo, no sólo en Portugal, sino en la Península Ibérica y, por otra parte, el único del mundo que se celebra en un aeropuerto en funcionamiento.
La zona que iba a ser afectada se encontraba ya en situación de overbooking desde algunos meses antes, con los preparativos para recibir a más de 400 colecciones en un área de exhibición de 4.500 m2, en la planta de salidas, para acoger a 6.000 compradores, en buena parte internacionales (había más de 300 registrados con antelación, a través de las diversas delegaciones de la asociación patronal Aicep por el mundo).
Para estos últimos, se trataba del único certamen que permitía, por el hecho de celebrarse en un aeropuerto, llegar, saludar a las mejores empresas portuguesas, conocer todas las colecciones, efectuar sus pedidos, y retornar a casa al final de la jornada desde el mismo aeropuerto sin haber tenido que hacer ninguna reserva de hotel.
En el área especial iTechtStyle Showcase se exponían 30 firmas de tejidos, 14 de productos singulares, 10 empresas de accesorios y algunos galardonados como Best Product en la última edición de los Ispo Awards que había tenido lugar en Múnich al comienzo del mes. En el mismo espacio se podía obtener información sobre la próxima edición de la iTechStyle Summit 2019 (conferencia internacional de textil y vestuario) que debería tener lugar del 2 al 4 de abril siguiente en la Terminal de Cruceros de Leixões.
En cuanto al espacio de exposición propiamente ferial de este certamen, comprendía, en catálogo, 114 expositores de tejidos y accesorios, 78 expositores de confección (13 de ellos para niño), y 27 de servicios; incluyendo, en el conjunto, una docena de firmas españolas, participación moderadamente significativa.
Sin embargo, ocurría en esta ocasión que Portugal se había comprometido, para el actual ejercicio, en un esfuerzo ferial del todo extraordinario, marginal a su conocido salón-estandarte de Modtissimo. Y pregonaba así un calendario de presencias en ferias internacionales para el período julio-diciembre de 2019, comprendiendo 18 salones de moda de vestir en general, 6 de «private label», 9 de tejidos, 3 de materiales textiles en sentido genérico («fileira tessile»), 8 de tejidos de hogar y decoración, y 6 de textiles técnicos: 50 certámenes de 16 países en seis meses, formando la campaña «From Portugal». Algo realmente extraordinario.
Volviendo al ámbito estricto del actual Modtissimo, daremos nuestras impresiones fundamentales: Era una feria con movimiento, nada de mirones estáticos; con gente que ostensiblemente venía a trabajar. Los stands estaban casi siempre activos. La superficie aeroportuaria ocupada por la feria era más amplia que en otras ediciones, y los sectores estaban mejor distribuidos. Había, por otra parte, como ya hemos dicho, una importante afluencia de compradores internacionales.
En lo que se refiere a los visitantes internacionales de carácter corporativo, debe mencionarse en particular la presencia de una misión de empresarios marroquíes del textil-confección, con sus directivos de Casablanca, que acudían a Oporto por primera vez y que sin duda correspondían a las visitas que sus colegas portugueses han hecho en los últimos tiempos a sus propios eventos feriales de Marrakech. Un movimiento de simpatía recíproca.
Y lo más importante de todo: el textil portugués del futuro va a ser diferente.
El sistema textil-confección portugués (ITV), termina prácticamente este año (en rigor, a comienzos de 2020) la historia de su reconstrucción, casi increíble y en alguna medida heroica, en la que el país dio una lección sorprendente de resistencia y voluntad, y en la que España resultó ser un aliado excelente por encima de todo lo que se había podido esperar, gracias al protagonismo aportado por ese socio inigualable que se llamó Inditex y, por extensión, todo el bloque español. Y gracias sobre todo a unos directivos empresariales y sectoriales realmente asombrosos que alimentó en su seno el propio Portugal y que fueron capaces de protagonizar y dirigir su increíble renacimiento.
Con una producción anual de 7.500 millones de euros, la línea del milagro la marcan las exportaciones. El total se encuentra ahora por los 5.300 millones de euros anuales (3.200 en vestuario, 1.400 en tejidos para confección, 700 en textiles de hogar). Con España como primer comprador, 1.700 millones, y redistribuidor (el 30% del total mundial), seguida por Francia con un 12%, lo que marca la diferencia de escala entre los países de cabecera.
Pero los propios portugueses están ya pensando que deben diseñar a toda prisa un nuevo segundo milagro, vista la rapidez con que se ha ido autoconfigurando en el mundo un nuevo entorno que apenas era imaginable ayer. Un panorama para después de 2020 (que hasta ahora era para los portugueses el límite de referencia). Y a ese tema dedicamos otro sucinto análisis (ese, extraferial) en este mismo número.
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