Intencionadamente alejada en fechas del Pitti Bimbo, y en colaboración con Ifema: una edición distinta, con muchas posibilidades.
Se abrió el 1 de febrero, para durar tres días. Una feria breve e intensa, de interés concentrado, prototipo de una colaboración interferial de nuevo estilo.
Las protagonistas de la alianza eran, por primera vez ahora (y se supone que para mucho tiempo), dos entidades feriales: la Feria de Valencia, promotora tradicional en nuestro país de, entre otras, las manifestaciones del sector de los niños, y concretamente de la conocida como Fimi (Feria Internacional de la Moda Infantil y Juvenil, cuya última palabra con el tiempo desaparecería, aunque este año volvía a figurar, pero no en el anagrama), la cual alcanzaba ahora su edición número 88, después de haberse celebrado durante muchos años en la entidad ferial levantina que fue su promotora (y sigue siendo su propietaria), y después, en el período reciente, en recintos paraferiales madrileños del entorno de la Casa de Campo; para venir este año 2019, por primera vez, al recinto de la Institución Ferial de Madrid propiamente dicha (Ifema), con intención de permanecer.
En esta edición compartida Ifema aportaba, en el marco de su excelente parque de exposiciones, el que será el nuevo alojamiento de esta manifestación; en cuya promoción colaborarán ambas entidades feriales de jurisdicción diferente (Madrid y Valencia), cosa que, al parecer, es la primera vez que ocurre en nuestro país, poco propicio a la colaboración entre instituciones feriales de Comunidades Autónomas.
Fimi e Ifema, colaborando, subieron de categoría las dos.
La feria de nuevo estilo a la que nos estamos refiriendo se inauguró (como se decía al comienzo) el día 1 de febrero, y se cerraría el 3, un fin de semana intenso; y es justo que lo digamos ya de entrada: muy agradable. El marco exacto era el pabellón 14, que acogía a más de 200 firmas (230 marcas), de nueve países. Algunos observadores señalaban la ausencia de dos firmas internacionales muy importantes, el grupo Zannier y el de Children´s Worldwide Fashion, que habían estado en otras convocatorias.
Aparte de nombres concretos, se notaba inmediatamente una subida de categoría. Haciendo una cierta evocación histórica, la sensación que se recibía este año era la de haber llegado de pronto a un salón de alta gama, pero no por ello imponente, sino lleno de ternura: donde se respiraba inocencia, dulzura, creatividad, armonía, sueño infantil. Era una delicia recorrer sus pasillos, amplios pero no vacíos, porque el público, yendo y viniendo, animaba constantemente los stands, en los que se trabajaba intensamente. El cambio de escenario le vino muy bien, no sólo a Fimi, sino también a la propia Ifema, que tuvo la ocasión de transpirar en su ambiente mismo la creatividad y frescura del mundo de los niños, que hasta ahora le era ajeno.
El desfile del grupo Nuditos, todo creatividad y fantasía, era una delicia para tentación del mundo infantil, que se ve inmerso en un ambiente de Alicia en el País de las Maravillas, con un producto a la vez muy llevable y muy tentador para los propios niños.
Con todo, esta vez el desfile de los diseñadores industriales (dejando aparte la singularidad de Nuditos) había subido también mucho de categoría y de estilo, con una pasarela de diseño muy comercial, y tentadora tanto para los peques a los que iba destinada como para sus papás, satisfechos unos y otros del producto a lucir.
En otro orden de cosas, Fimi inauguró en esta edición el Club del Agente Comercial, un paso más en la atención a estos profesionales, que son una pieza fundamental del intercambio de información (y de negocio) en el mundo de la moda infantil. Esta novedad había sido objeto de una presentación previa en el Colegio de Agentes Comerciales de Sevilla. La elección de este punto de encuentro no era casual: Andalucía sigue siendo la Comunidad Autónoma que mayor número de compradores aporta a Fimi, seguida por la Comunidad Valenciana y Cataluña.
La información de tendencias de moda para la próxima temporada de otoño-invierno 2019/20 fue aportada por la editora de tendencias Promostyl, según la cual las cuatro líneas básicas serán Respeto (vivir en armonía con el bienestar natural), Impulso (recurriendo a las emociones sugeridas por la televisión y los juegos virtuales), Funcional (con el atractivo de todas las cosas workwear) y Exótico (volviendo a los días de las salas de juegos, con la estética distintiva de los 80).
Para la adecuada presentación de las colecciones representativas de las tendencias de moda, Fimi se transformó en un poblado indio (por alguna razón, probablemente errónea, lo llamaron «indie», voz que se reserva en realidad para la música o la creación independiente, fuera de circuitos comerciales), con el pabellón 14 de la Feria de Madrid «tomado» por tribus acampadas en diferentes áreas del propio pabellón, creando espacios de descanso con ambientes específicos.
En otro orden de cosas, Fimi apuesta fuerte por la responsabilidad social. Es obvio que se trata de una feria; pero también lo es que rebasa ese concepto. Cada vez juega con más fuerza a defender los derechos de la infancia y a generar un entorno de solidaridad social. Y sostiene diferentes fundaciones benéficas.
El negocio de la moda infantil, a debate en Fimi.
Tendencias, moda, sostenibilidad, negocio, relaciones públicas, márketing, son temas que suscitan un gran interés entre los profesionales que acuden a Fimi: visitantes, expositores, medios de comunicación y estudiantes. La feria responde a esos campos de interés abriéndoles terrenos de juego que, en este caso, quiere decir terrenos de debate. Es lo que llama «Fimi 360º, charlas con la moda».
En esta ocasión hubo un participante histórico, el reconocido diseñador Francis Montesinos, que habló de sus cincuenta años de ejecutoria profesional, pero también aportaba la novedad de su primera colección específicamente infantil. Y otros diversos conferenciantes sobre aspectos muy actuales relacionados con cómo elaborar un buen plan de comunicación, cómo crear moda con sostenibilidad y negocio, cómo potenciar una marca o, en fin, cómo trasladar al público el poder de la imagen.
Los pasillos, que eran amplios, lo parecían más aún por lo despejados. Y es que la gente llenaba los stands porque estaba en Fimi para trabajar, embeberse de creatividad y comprar. Es esta una imagen (de la amplitud de las calles) novedosa en Fimi, por un cambio de proporciones en los espacios.
Otro dato muy interesante ha sido la abundancia de visitantes internacionales, procedentes de más de cuarenta países, la mayoría italianos, seguidos de británicos, alemanes o rusos. En total se han computado 3.000 compradores. En el extremo opuesto de este abanico se debe citar la novedad del acceso al gran público, es decir, a visitantes no profesionales, que pudiéramos llamar curiosos de la moda.
El incremento de la audiencia internacional se vio favorecido porque esta edición estuvo alejada en el calendario, intencionadamente, de la de los demás salones directamente competidores en la misma temporada en Europa, sobre todo del Pitti Bimbo de Florencia (que hasta ahora era una sombra imborrable que teníamos siempre encima) y del Play Time de París.
El trasfondo económico del sector.
Los organizadores del certamen distribuyeron una síntesis informativa del estado del sector, siguiendo un informe elaborado por Asepri, que es muy oportuno conocer justamente al comienzo de un nuevo ejercicio.
Las últimas cifras superan los 1.200 millones de euros de facturación, y consolidan la tendencia a la supremacía de las ventas internacionales frente a las nacionales. Las exportaciones concentraron el 54% de la cifra total de facturación, alcanzando los 665 millones de euros, superando por tercer año consecutivo a las ventas realizadas en España y mostrando un incremento del 6%.
La Unión Europea sigue siendo el principal destino de las ventas, aunque sigue perdiendo peso (66% frente al 79% de 2011) como consecuencia del mayor dinamismo mostrado por los nuevos mercados, como los de América del Norte. Italia continúa configurándose como el principal cliente, concentrando alrededor de la sexta parte de las exportaciones. A gran distancia le siguen Portugal (11%), Reino Unido (8%) y Grecia (7%). Fuera de la UE, aparecen Méjico, Rusia y Estados Unidos concentrando el 16% de las ventas totales en el exterior (con ganancia de dos puntos).
Con respecto al mercado nacional, su recuperación no termina de producirse debido a la inestabilidad económica y los cambios de consumo que se han establecido tras las crisis. De este modo, las ventas en el mercado español descendieron un 5,4% en 2017 hasta los 563 millones de euros. El sector no afronta el riesgo de hacer previsiones.
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