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Jesús Peiró.


  • Refrescando la imagen de que la moda nupcial es un sector de lujo.
  • Récord de internacionalidad, con Estados Unidos como país invitado.
  • El 25% de los expositores eran de nueva incorporación.

Fue en mayo de 2014 cuando se celebró la edición número 24 de una manifestación de moda nupcial ya clásica en España, pero que se convocaba por primera vez con un nombre internacional, Barcelona Bridal Week, bajo la organización de Fira de Barcelona. Aunque ya era habitual, como decimos, del calendario ferial barcelonés, hasta entonces había estado a cargo de un promotor externo.

La institución ferial acababa de hacerse cargo del certamen, y mantuvo su cadencia anual con las fechas en primavera, con un Comité Organizador presidido por un industrial del sector, Raimon Bundó, heredado del período precedente. Pero puso al frente de la ejecución técnica a un director nuevo, Miquel Serrano, perteneciente al cuadro de ejecutivos profesionales de la propia Fira, con éxito ya demostrado en novedades y relanzamientos de otros sectores.

Fundado en el año 1991, el certamen debería cumplir en mayo de 2015 sus 25 años, y celebrar por tanto sus propias bodas de plata. Correspondió, pues, a Miquel Serrano asumir, en su segundo año de protagonismo en esta manifestación, el desafío de conmemorar la efemérides brillantemente, con un Comité renovado en su presidencia, ocupada ahora por otra empresaria del ramo, Marta Raich, de la firma Novia d’Art, que había relevado a Bundó a comienzos del presente año.

Tanto en el ejercicio de transición de 2014 como en el actual, el certamen mantuvo su estructura dual de períodos anteriores, con una cadencia de dos tiempos. Este año discurrió así: Pasarela Gaudí Novias, programa de desfiles, del 5 al 8 de mayo, y Salón Internacional Noviaespaña, feria comercial, del 8 al 10; superponiéndose ambos eventos (como era tradición) en el día central, fecha de engarce en la que, siguiendo la norma establecida, se celebraría la inauguración oficial con visita de autoridades.

El escenario de la manifestación, excepto para acontecimientos especiales con marco propio, fue el pabellón 2 del recinto ferial de Gran Vía, perteneciente en realidad al término municipal de L’Hospitalet de Llobregat, aunque considerado barcelonés a los efectos prácticos.

 

El ambiente festivo se expandió por la ciudad. Una primera invitación a fiesta en las calles de Barcelona se vivió ya del 24 de abril al 4 de mayo, con la exposición de 26 fotografías de gran formato que, bajo el lema «Look at the Bride Style», ocuparon el tramo central del Paseo de Gracia, entre las calles Diputació y Consell de Cent, con un acto inaugural en el hotel Mandarín Oriental.

Eran ilustraciones nupciales de época reciente, realizadas por algunos de los profesionales más conocidos del momento, publicadas en medios de comunicación con ocasión de las respectivas bodas, y pertenecientes hoy a las colecciones privadas de los propios autores o de los clientes de sus trabajos. El 5 de mayo fueron trasladadas a la explanada del pabellón 2 del recinto ferial, donde permanecieron hasta el final de la manifestación.

Otra celebración muy importante fue el acto conmemorativo propiamente dicho del 25 aniversario del certamen, que tuvo lugar el 6 de mayo en el Palacio de Pedralbes, con asistencia de industriales, diseñadores, detallistas, informadores y representantes de todos los colectivos profesionales implicados en el mundo de las novias, y en el que una selección de 25 maniquíes exhibían emblemáticos vestidos de novia de diversos creadores de las últimas décadas, representativos del período histórico que se conmemoraba.

 

A partir del 5 de mayo, la magia de la pasarela. A las 6 de la tarde del día 5 de mayo, pondría en marcha su programa de desfiles la serie de marcas y creadores participante en la Pasarela Gaudí, con 23 protagonistas, que presentarían más de 400 outfits de boda y ceremonia. En esa primera jornada, como viene siendo habitual desde hace tiempo, sólo hubo un desfilante, en sesión vespertina: Rosa Clará, indiscutida figura número dos (desde el punto de vista del volumen de negocio) del panorama nacional del sector. Con ella empezó el despliegue de las colecciones de novia para 2016. Y, como siempre ocurre con esta firma, su presentación no fue solo un desfile, sino una fiesta, un bullicioso acto social.

El programa del día 6 de mayo fue el primero normal, con seis desfiles. Comenzaron a las 10:30 con el pase de novias de Barcelona Couture by #Mylookrowenta (Natalie Capell y Cristina Tamborero), un nuevo proyecto patrocinado por la marca de pequeño electrodoméstico que pretende dar visibilidad a talleres artesanos con capacidad para confeccionar pequeñas colecciones para otras empresas aparte de servir a sus clientes particulares. Se supone que es una iniciativa a desarrollar. Siguieron Miquel Suay (que ese día inauguró tienda nueva en Barcelona) y Sabrina Saree, ambos con fiesta y novia; Jesús Peiró (riqueza en las materias, simplicidad en las formas), con novia estricta; Yolan Cris, con un lujo de estilos, incluyendo la colección de prêt-à-couture, unos tejidos muy ricos trabajados con maestría, con salidas de impacto, en cada modelo un cuadro pintado por un artista recordando el baúl de la abuela… Colección de fiesta de Isabel Sanchís, con un toque de elegancia en cada salida; confección esmeradísima, una delicia en pasarela. Cerrando el día las novias de Inmaculada García, y también su colección de fiesta (mejor esta última, con cierta ostentación).

Abrió el día 7 Cymbeline Forever, queaportó su oferta de fiesta tradicional, con repetición del tejido, pero tratado con sensibilidad en distintas aplicaciones, y proyectado con gracia sobre el cuerpo femenino; Isabel Zapardiez, novia y fiesta, mujeres encantadoras, un pregonero con un romance, el taller de los sueños; que prorroga, en el apartado de fiesta, Ana Torres, trayendo colores del malecón de La Habana, y luego Cabotine by Gema Nicolás, y Matilde Cano… y las aportaciones de los canarios Marco & María, muy trabajadas y a veces espectaculares. Imaginativo en novias, aunque breve, Jordi Dalmau.

Desde su sede en Vigo, con cuatro tiendas propias en España y un showroom en Moscú, y una amplia distribución comercial internacional que le proporciona ya el 20% de su cifra de negocios, Patricia Avendaño, que ha añadido las marcas Gablons y Fiori, y que presentaba su abundante oferta de ropa nupcial y de fiesta. En este último apartado, Sonia Peña cerraba la jornada.

El día 8, en fin, coexistiendo ya con la apertura del salón comercial, tuvo lugar la cuarta y última jornada de desfiles, en la que participaron Carla Ruiz (fiesta), Fuentecapala (novio, único en oferta masculina), Houghton (novia y general) y Justin Alexander (novia); y, por la noche, en un brillante acto social en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, en el Palacio Nacional de Montjuïc, Pronovias. De los cuatro últimos protagonistas se informa por separado en otros espacios de este número.

Añadiremos un par de observaciones: la mayor presencia este año, en los desfiles, de colecciones de fiesta, y la ausencia de las «colecciones de autor» de moda nupcial, que el año pasado habían sido las de los diseñadores Francis Montesinos y Hannibal Laguna (y en años anteriores otros, como Victorio & Luchino), consecuencia de la crisis económica que se ha cernido en los últimos tiempos sobre el sector de los modistos.

En suma: más de 450 vestidos según una nota de prensa difundida al comienzo, o cerca de 500 (que es otra forma de decir lo mismo) según el comunicado difundido al final, desfilaron sobre la pasarela en los cuatro días en que esta permaneció activa.

 

Y del 8 al 10 de mayo, la feria (es decir, el negocio). La oferta del salón, por su parte, ha sido una de las más completas de las últimas ediciones: se han expuesto más de 12.000 trajes de novia y unos 3.000 de fiesta, aportados por 230 marcas (de 138 expositores), un 15% más que el año pasado, la mitad de ellas internacionales de más de 15 países.

Esta edición fue especialmente emblemática dentro de la trayectoria histórica del salón, y la que reunió el abanico de visitantes más diversificado, con los Estados Unidos como país invitado (incluyendo a la primera «special guest designer», Katharine Polk de Houghton Bride) y el 60% de visitantes internacionales, además de los 200 «vip buyers» de diversas procedencias convocados por el certamen. Se había seguido en cambio un criterio de selección más riguroso para una pequeña parte de los expositores nacionales que antes disponía de ciertas licencias.

Una de las normas de selección seguidas para valorar cualitativamente la comentó el director así: «La feria se ha puesto al día y ha retomado el posicionamiento que había tenido. Nos habíamos olvidado de que estábamos hablando de un segmento del lujo, y era necesario devolverle a su lugar».

Los principales países de procedencia de las colecciones expuestas eran Francia (30 expositores), Italia, Alemania, Estados Unidos, Portugal, Federación Rusa y Brasil, además de un colectivo promocional, de novia y ceremonia, de Rumania.

Una treintena de expositores de carácter muy especial configuraba el sector bautizado como Euro Fashion Bijoux, herencia de una colaboración iniciada en la edición del año anterior. Por otra parte, el 25% de los expositores de oferta normal participaban por primera vez, algunos agrupados en el área What’s New.

En cuanto a los visitantes no expositores, su procedencia geográfica tenía una gran diversidad. Se computaron 200 grandes compradores extranjeros, cuatro veces más que en 2014, procedentes sobre todo de Estados Unidos, Italia, Reino Unido, Qatar y Alemania.

La apuesta de la organización por los Estados Unidos como tierra de promisión para empezar a proyectarse en el mundo fue estratégica, por ser considerado aquel país un mercado clave para el sector y también por su eficacia como caja de resonancia.

Poco antes del cierre se calculaba que los visitantes eran, entre los que acudieron a la pasarela y los que lo hicieron al salón, más de 16.000.

Y falta mencionar el nivel de negocio: a la hora de cierre del certamen, el último día, la sensación de satisfacción entre los expositores era la más intensa que se recordaba en varios años.

Algunos participantes lamentaban que los tres expositores considerados estelares siguieran desempeñando en la feria un papel sólo alegórico. Se trata de Pronovias y Jesús Peiró, que ponen stands equipados y con colecciones simbólicas pero sin personal (para cerrar pedidos trasladan a la clientela a otros escenarios ajenos a la feria), y Rosa Clará, que sólo vende en el stand una colección no estrictamente nupcial, la de vestidos de fiesta con la marca Aire.

 

Apéndice: una pincelada económica. Los servicios informativos de la propia Fira de Barcelona recogieron en sus notas diferentes datos que reflejaban las dimensiones y circunstancias actuales del sector nupcial. Particularmente satisfactorio es el comportamiento de las exportaciones. Las de moda nupcial española, globalmente considerada, crecieron un 22,4% en 2014, alcanzando a cifrar 877 millones de euros. Las de vestidos de novia en particular subieron un 16,4%, totalizando 507,4 millones de euros. Obviamente, la propia Fira se ve a sí misma como un importante agente dinamizador de este potencial.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 219 — junio 2015 ].


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