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El concepto de «clúster» (que en inglés significa «racimo» o, simplemente, grupo»), fue empleado por Michael Porter en el ámbito económico para designar situaciones de hecho: la existencia de tejidos de empresas, proveedoras de bienes y servicios, en una misma zona geográfica y en torno a un sector que las vertebra.
En el caso que nos ocupa ahora, y a partir de un tejido que, fruto de la globalización y una crisis estructural, en los últimos tiempos es menos tupido, se ha creado una sociedad de derecho: una asociación de perfil un tanto difuso incluso para sus propios integrantes (ver noticia al respecto en Textil Exprés, boletín quincenal 578, 1/15 de noviembre), cuyo objeto es dotar de mayor robustez asociativa, a los efectos de representación institucional, a las industrias del vestir de Cataluña... con lo que se preserva el carácter territorial inherente a todo «clúster» que se precie.
Fundamentalmente, propone una solución de engarce con la super-patronal sectorial Intertextil a las empresas confeccionistas que, tras la disolución del Gremio de Barcelona, habían quedado sin voz corporativa. Aunque de momento la mayoría de sus componentes son empresas de género de punto, que ya militaban en las asociaciones comarcales de la especialidad y en la Agrupación nacional del ramo.
La nueva ACTM, «clúster Textil Moda de Catalunya», fomentará la competitividad de las empresas del clúster textil/confección/moda de la comunidad autónoma, y cuenta con el apoyo de la Agrupación Española del Género de Punto (en cuya sede tiene su domicilio), de la Federación Estatal de Industrias de la Confección (Fedecón), el Centro Tecnológico Fitex (de Igualada) y las asociaciones de género de punto de las comarcas de la Anoia (Fagepi) y el Maresme (Asegema), ambas en la provincia de Barcelona. Su finalidad es fomentar la competitividad de las empresas integrantes, mediante la promoción y la creación de servicios e iniciativas de internacionalización, formación, investigación, desarrollo e innovación. El núcleo promotor está integrado por catorce empresas (a las que se espera que se añadan otras en el futuro inmediato): Yerse (Sabadell), Cóndor (Arenys de Mar), Bóboli, Avet y CP Aulart (Mataró), Cetriko y Denier (Barcelona), Giró (Badalona), Guasch (Capellades), y Punto Blanco, Tex51, Sita Murt, Diacar/Linn y Escorpión (de Igualada), que en la lista oficial han sido mencionados en unos casos por su razón social y en otros por su marca. Suman una facturación de más de 250 millones de euros y emplean a 1.500 personas.
Son, pues, una pequeña parte de lo que, según la agrupación, constituiría el auténtico clúster textil-moda de hecho, formado por más de 1.700 empresas y 100.000 trabajadores, que aportan el 4,6% del PIB industrial y el 1,49% del PIB total de Cataluña. Hay que decir que se refieren a un colectivo amplio, que comprende a la distribución textil.
La presentación oficial tuvo lugar el 28 de octubre, en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, con la asistencia del presidente de la Generalidad, Artur Mas, quien afirmó que «es cierto que ha habido un descenso significativo, y no sólo en estos tres últimos años, en el textil de Cataluña, pero el sector tiene presencia y alguna fortaleza, y en algún aspecto (no en todos), más fortaleza que antes, como en su capacidad de proyección internacional, aunque tenga menos masa crítica ». Añadió que posiblemente estamos en vísperas de un resurgimiento del textil, incluso industrial, y recordó el valor de la «marca Barcelona» en el mundo, que el textil catalán deberá aprovechar.
La presidenta de la nueva agrupación es Roser Ramos Badia, de Aretex («Cóndor»).
[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 198 — diciembre 2011 ].
