No es la primera vez en la historia de la moda que el éxito masivo de un estilo elitista acaba arruinando el negocio de los guardianes de la excelencia.
Hoy todo el mundo hace deporte o, cuando menos, quiere dar esa impresión. Hombres y mujeres, jóvenes o maduros, brillantes ejecutivos o administrativos de base. Para sostener el mito es importante cultivar la imagen, sobre todo a través de la indumentaria.
Las grandes marcas especializadas se esfuerzan por crear prendas ideales, de alto rendimiento, de cualidades técnicas increíbles… y con la estética de los campeones.
Pero, como todo el mundo quiere responder a ese estilo y dar la imagen social de la desenvoltura y el éxito, los fabricantes de moda masiva se afanan por reproducir las creaciones de las grandes marcas a precio del mercado de masas.
Prendas de rendimiento superior concebidas en los estadios de alta competición o en las pistas de esquí son multiplicadas en colecciones de sportswear o lifestyle (palabras mágicas) de todo llevar, que imitan casi a la perfección la apariencia y el estilo, pero con materiales y en condiciones técnicas de producción mucho más democráticas, de los grandes suministradores de equipamiento deportivo de calidad como Puma o Adidas.
La mención de estas marcas no es casual, pues precisamente se encuentran entre las que están atravesando en los últimos años una severa crisis económica a pesar de que sus creaciones gozan de la mayor estima social.
No nos referimos aquí a las falsificaciones de modelos concretos con usurpación de marca, que por supuesto también sufren; sino a la multiplicación de su estilo o apariencia en colecciones que han salido (sin falsear su origen) de otros talleres.
Si todo el mundo quiere vestir con apariencia deportiva, todo el mundo querrá, sin ser especialista, satisfacer esa necesidad y, obviamente, en la medida de lo posible, a un precio inferior para ganar mercado. Unos crean ese mercado, otros lo explotan. Los primeros han configurado un sector, los otros se incorporan a él. Y se crea una situación movediza entre el alto de gama y la gran difusión.
[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 209 — octubre 2013 ].