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  • De Valencia a Madrid en un primer paso, y después quizá al mundo.
  • Ya no Moda Infantil y Juvenil, sino el Universo de la Infancia.

 

Fimi

 

Primera edición del salón de moda infantil, fuera de Valencia.


La Feria Internacional de Moda Infantil y Juvenil, Fimi, nacida y crecida en Valencia, ciudad-cuna (nunca mejor utilizado el concepto, puesto que hablamos de niños), en la que alcanzó el verano pasado su edición número 77, es la manifestación ferial más antigua de España en el campo de la moda, pues ninguna otra de las que existen hoy en el país, de la especialidad que fuere, ha tenido una continuidad mayor.

Y esa continuidad se mantiene en lo sustancial, es decir, el contenido, pero no en las circunstancias. Se mantienen el nombre y la serie numeral (acaba de tener lugar la edición 78), pero cambia algo tan definitorio como es el lugar: ciudad, recinto, entorno. En esta ocasión la feria se ha hecho itinerante. De momento a Madrid, donde no le ha ido mal, y donde quizá repita el próximo verano. A partir de ahí ya se verá.

En principio se ha diluido el mito de que entre Valencia y los niños había un vínculo sentimental. La gente de Madrid, y la de España y el extranjero, en cuanto visitantes, han respondido bien al traslado. Y como, al fin y al cabo, se trata de un negocio (que ante todo, debe ser más pragmático que romántico), probablemente los directivos de Fimi, en este primer momento, han acertado. Persistiría la incertidumbre, si se mantuviera la idea inicial de la itinerancia, de si es posible estabilizar la imagen de una feria trashumante y asegurarle una regularidad de negocio.

En esta primera etapa, ciñámonos al caso de Madrid, que ha resultado bien.

 

Marco, contenido y circunstancias. La Feria de Valencia se ha mantenido como propietaria del nombre y organizadora del evento. A su frente estaba, en el plano ejecutivo, la directora Alicia Gimeno, que lo había sido en las dos últimas ediciones valencianas. Y en el plano institucional el presidente Javier Rodrigo, de la firma Barcarola, estrenado en la edición de julio y promotor de la revolución. Las fechas fueron del 24 al 26 de enero de 2014, dentro del abanico temporal en que solía tener lugar.

Podría haber resultado problemático encontrar el escenario adecuado. Pero no estuvo mal: el pabellón Madrid Arena, con 21.800 metros cuadrados (un 25% más que el ocupado en la Feria de Muestras de Valencia), en el Parque Ferial de la Casa de Campo. Se disoció la pasarela de desfiles, pero de ella se hablará más adelante.

Participaron 350 marcas, un 20% más que en enero de 2013. Procedentes de España y de doce países extranjeros: Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, India, Inglaterra, Italia, Portugal, Suecia, Suiza y Estados Unidos. Sobre la participación nacional, la asociación Asepri informó de que acudían 46 de sus miembros, lo que significaba duplicar la presencia de la edición equivalente del año anterior.

Al espacio tradicional de Fimi, con las empresas de confección de moda infantil y juvenil que pudiéramos considerar consustanciales a esta feria, se añadía el espacio New Fimi, para nuevos emprendedores y empresas de reciente creación, y todo ello con una diversidad sectorial muy superior a la que hasta ahora se recogía, abarcando todo el universo infantil: artículos de bebé, seguridad, complementos, artículos textiles, regalos y decoración, calzado, colchas y sábanas, canastillas, cosmética e higiene, libros y cuentos, joyería, juguetes y mobiliario.

Con esta diversidad temática, que en cierto modo absorbe a la anterior feria de puericultura (ya satélite de la de moda en las últimas ediciones), y hasta en algunos aspectos la rebasa, la Fimi de este año no se apellidaba Feria de Moda Infantil y Juvenil, sino Universo de la Infancia, The Universe for Children, expresión que hace referencia a un horizonte de productos muy amplio.

Sin olvidar los apartados See Me, de innovación y vanguardia; Nuditos, plataforma de lanzamiento de jóvenes promesas del diseño de moda infantil, más de 50 estudiantes de diseño (con su propia pasarela), que uno de los días recibieron la visita de los diseñadores profesionales Modesto Lomba y Fernando Lemoniez para mantener un coloquio; y los showrooms para agentes y distribuidores. Así como espacio de desfiles para firmas individuales, con independencia de la pasarela institucional de la que se hablará aparte.

La propia organización relacionaba, entre las firmas y marcas nacionales y extranjeras destacadas, a Ancar, Agatha Ruiz de la Prada, Barcarola, Bóboli, Foque, José Varón e Hijos, Larrana, Tuc Tuc, Villalobos Kid, Catewalk, Donna Karan, Zadig & Voltaire y Jottum.

Y de manera muy especial al grupo Mayoral, con un gran espacio para las colecciones de sus tres firmas: Mayoral (ropa infantil en general), Mayoral Shoes (calzado) y Mayoral New Born (bebé); y al grupo CWF (Children Worldwide Fashion), con sus cuatro marcas más emblemáticas: Billieblush, Lee, Boss y DKNY. El primero con 8.000 puntos de venta y 16 filiales en más de 70 países; y el segundo con una red de tiendas propias en 74 mercados nacionales de Europa, Oriente Medio, Asia y Norteamérica.

Hay que añadir las presentaciones individuales a la prensa de marcas o colecciones, las demostraciones de tendencias, las conferencias, y otros diversos eventos.

 

El recinto y el ambiente. El Pabellón Arena, con la muestra distribuida en tres plantas comunicadas por ascensores, cada una con visión en balaustrada sobre el espacio central, ofrecía una buena panorámica, una satisfactoria visión general. Había algunas deficiencias de servicio en escaleras y ascensores, y en el área de restauración, corregibles en caso de que se repitiera la convocatoria en Madrid.

Había buen producto en los stands, y una importante afluencia de público, probablemente favorecida por el poder de convocatoria y la facilidad de acceso que ofrece la capital. En consecuencia, la feria producía muy buena impresión.

Los confeccionistas españoles de indumentaria infantil trabajan sus colecciones con mimo, realizando en el país tanto la creación como la manufactura. Ahora bien: echan a faltar productores de tejidos para niños en España, que antes había. Tienen que trabajar con telas pensadas para adultos, y realmente logran hacer prendas muy bonitas e infantiles, lo cual es, en ellos, un mérito adicional.

 

La Real Fábrica de Tapices, escenario para la pasarela institucional. La Pasarela institucional de Fimi, independientemente de los desfiles singulares que en determinados momentos han podido organizar algunas marcas, siempre ha sido el acontecimiento principal de cada convocatoria, y ha tenido lugar, sin apenas excepciones, en el interior del recinto ferial valenciano.

Sin embargo, la propia organización ferial había trasladado a Madrid a comienzos del verano una manifestación especial, consagrada al sector de Comunión y Ceremonia, con sus propios desfiles de esta especialidad, que se ubicó en la Real Fábrica de Tapices; y el resultado fue tan satisfactorio que los organizadores quedaron prendados de esta ubicación hasta el punto de que, al efectuar ahora un nuevo traslado a Madrid de mucha mayor dimensión para acoger a toda Fimi, decidieron segregar no obstante la Pasarela de la zona expositiva y emplazarla en la Sala Goya de la citada Real Fábrica.

Se hicieron allí dos desfiles (es decir, dos ediciones de un mismo desfile). Una el 23 de enero (la víspera de la apertura ferial) a las 18 horas, y otra el día 24, primera jornada ferial, a las 20 horas, es decir, al cierre.

En ellos participaron, en un ambiente bucólico y con una organización perfecta (como corresponde al bien saber hacer, tradicional de Fimi), con las colecciones para otoño-invierno de 2014-2015, un total de quince marcas nacionales y extranjeras: Agatha Ruiz de la Prada, Barcarola, Bóboli, Elisa Menuts, Foque, I-AM, José Varón, Lea Lelo, Lourdes, Mayoral, M + V Nieves Alvarez + Villalobos, Name It, Oca Loca, Sanmar y Tuc Tuc.

En las colecciones participantes había una presencia notoria de reminiscencias de la Rusia zarista y algunas referencias al estilo árabe, sin duda porque, tanto en el Pitti Bimbo de Florencia como en Fimi, se ha extendido la certeza de que Rusia y el Oriente Medio son hoy los principales mercados de la moda infantil europea (en este número se podrá ver una crónica sobre el Pitti Bimbo que lo ratifica) y se les quiere cautivar halagándoles. Pero sería lógico suponer que, si vienen a buscar aquí las ideas para vestir bien a sus niños, será porque aprecian la moda occidental y no para comprobar lo bien que reproducimos lo que ellos ya tienen y saben hacer.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 211 — febrero 2014 ].


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