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  • Pitti W ya no es un complemento de lujo marginal, sino una sección interna del Pitti Uomo.
  • Arte italiano e internacional, tanto en el contenido como en la audiencia.
  • Ucrania, nación invitada, personalizada en Mercedes Benz, el patrocinador universal.
  • Los públicos exóticos llenaron la Fortezza de color.

 

Pitti Uomo

 

El invierno ferial ha comenzado francamente bien.


El Pitti Immagine Uomo es quien da siempre, desde hace años, el pistoletazo de salida en la carrera anual de las ferias de moda europeas. Y de alguna manera marca también la temperatura ambiente que, con independencia del clima, va a caracterizar el primer período del año. Desde este punto de vista, el invierno ferial de 2014 ha empezado francamente bien, si lo comparamos con el precedente inmediato de unas ediciones marcadas por la crisis económica.

Se trataba en esta ocasión de la convocatoria número 85, que discurrió del 7 al 10 de enero. Comparecieron en la escena de la Fortezza da Basso, su recinto histórico, 1.047 marcas de indumentaria masculina (habían sido 1.020 el año anterior), a las que se unieron 73 colecciones de mujer (70 en 2013) en el vice-salón complementario Pitti W (que se llamó de salida Pitti Woman, pero cuyo nombre ha sido simplificado). Es decir, 1.120 protagonistas (contra un precedente inmediato de 1.090 un año atrás). En la situación actual de los mercados, todo aumento es un triunfo.

Respecto a la presencia femenina, desde el año pasado ya no está confinada en el escenario de la Dogana, externo a la Fortezza, donde Pitti W nació para que tuviera un marco ambiental diferenciado, sino que se ha integrado en la Fortezza misma, concretamente en la nave conocida como Arena Strozzi, es decir, más implicada en el meollo de la moda masculina imaginativa, vanguardia con vanguardia. Por otra parte, con el tiempo se ha ido ampliando el impulso de algunos genuinos expositores de hombre (situados en otros pabellones) de intercalar entre sus propias colecciones varoniles algunas propuestas rompedoras para la mujer.

Del total de la oferta, casi el 40% de los expositores eran extranjeros, procedentes de más de 30 países. De modo que un salón históricamente concebido como escaparate de la afamada moda masculina italiana abierto al mundo es, hoy día, pregonero, casi a partes iguales, de la creación italiana y la internacional. Sin dejar de tener en su ambiente, en su aire global, un profundo sentido latino.

Algo que los propios autores definen de este modo: «atmósfera única de negocios, cultura, placer y entretenimiento, guiándolo todo de modo cada vez más original a través de las mil interconexiones de moda, arte, deporte, diseño y música».

Los organizadores de Pitti Uomo describen a su audiencia como una amalgama de los negocios de moda de todo tipo y, en especial, de todos los department stores más importantes del mundo, trasplantados por unos días a la Fortezza y a Florencia.

Algunos de esos department stores se han convertido en cómplices a distancia. Por ejemplo, el japonés Isetan de Shinjuku-Tokio, uno de los mayores grandes almacenes del mundo, con 100.000 visitantes al día, que del 26 de diciembre al 14 de enero promocionaba la moda masculina permitiendo a los clientes de su establecimiento hacer pedidos, en exclusiva, de una selección de marcas expuestas en el Pitti, desde la propia sede japonesa (informando al mismo tiempo sobre los eventos y los protagonistas del salón italiano). Aunque ésta era un arma de doble filo porque,si las joyas de la nueva moda pueden ser compradas directamente desde allí, ¿para qué desplazarse a la capital toscana? En fin, las leyes del márketing son complejas.

 

Marcas y mitos, nombres estelares y lanzamientos de impacto. Siempre hay firmas que son especialmente protagonistas. Siempre las hay que, con su solo nombre, llenan un espacio. Y aquellas cuyo ingenio del momento ha hecho saltar la chispa.

Decir que Brunello Cucinelli es uno de los grandes de la moda masculina italiana es un lugar común. En ocasiones, sin embargo, su presencia resulta particularmente provocadora. Su espacio en la planta inferior del pabellón central de la Fortezza, ya de por sí predominante en todas las ediciones, lo era más en esta ocasión para acoger una colección completa, innovadora y diversa. Su presentación a compradores y prensa fue acompañada, además, por un acto social en la ciudad.

La histórica compañía británica Aquascutum acudió a Florencia una vez más con su estilo luxury heritage, que es una referencia internacional de calidad. La firma WP Lavori in Corso presentaba la première mundial de su nueva Baracuta Blue Label collection, diseñada ahora por el estilista inglés Griffin. La nueva «Fabbrica Sartoriale Italiana» desvelaba en el salón la última oferta de Carusso, un producto único creado a la medida del hombre italiano convertido en paradigma.

Estamos en la época de las colecciones cápsula. La «Golden Flece» para el relanzamiento de la histórica marca norteamericana de outdoor Spiewaak 1904, totalmente «made in USA». La aportada en primicia europea por Todd Snyder, figura del diseño estadounidense, en colaboración con Champion, un coloso del sportswear. La exclusiva serie T-Jacquet, innovadora en formas y colores, con la que Tonello da la versión para el próximo invierno de las prendas que hicieron famosa la marca en el mundo. Y otras.

El gigante holandés del denim, G-Star, presentaba en el Teatrino Lorenese sus colecciones denim selvedge y Raw Denim para el 2014, lanzando al mismo tiempo un nuevo retail concept, una forma de presentar y vender la ropa.

 

A veces, los grandes protagonistas no están en el catálogo de expositores. Al Pitti le gusta ser lugar de acogida de valores explosivos, además de recinto ferial. Desde los proyectos especiales de los diseñadores punteros, hasta los frutos de laboratorio de la investigación, hay propuestas que necesitan escenarios particulares.

La marca Diesel Black Gold era el invitado principal de Pitti Uomo 85 en el capítulo de diseñadores y, por tanto, un huésped especial. Presentaba en la Stazione Leopolda, escenario de los grandes desfiles, su nueva colección diseñada por Andreas Melbostad, de origen noruego, que ha fascinado a la comunidad internacional de la profesión con su interpretación de la moda urbana, en lo que se ha definido como el alma rock-chic presente en el DNA de una marca genuinamente contemporánea. Es habitual en la Leopolda que estas presentaciones vayan precedidas de un buen tumulto en el tiempo de acceso; es casi uno de sus alicientes. Aumentado en este caso por esperar a un importante hombre de negocios americano que venía hacia Florencia, vía Alemania, y cuyo avión no podía aterrizar por causas meteorológicas. Dijeron algunos que se le haría un desfile especial, expreso para él, al día siguiente.

El director creativo Melbostad describió su obra como la conjunción de una inspiración rock, propia de la marca, con una sensibilidad cosmopolita y un espíritu más sartorial. El presidente y fundador de Diesel, Renzo Roso, más bien heterodoxo en cuestiones de estilo, expresó su reconocimiento al Sistema Moda Italia por haber respaldado la promoción de los valores de Diesel en el marco del Pitti.

Diseñadores invitados eran también Barbara Casasola, brasileña radicada en Londres (en su caso huésped de Pitti W), con una obra escultural, hiperfemenina, de corte minimalista, presentada en el Palazzo Portinari Salviati; Chiara Boni, uno de los personajes más originales del made in Italy, florentina ella misma, que desfiló en la Dogana presentando la línea de prêt-à-porter «La Petite Robe» en lo que se definía como el Evento Especial del Pitti. Y, también en la Dogana, Stella Jean, seleccionada en el programa Pitti Italics, orientado a la promoción de las nuevas generaciones que crean y producen en Italia.

 

Ucrania, la nación invitada. En un espacio asociado al del Pitti W, en la Arena Strozzi, se instalaba esta vez la oferta de un país invitado que resultaba más bien chocante, puesto que su protagonismo en la materia es bastante incipiente, pero que traía el respaldo de Mercedes-Benz como patrocinadora-protagonista de los Días de la Moda de Kiev. Participaban media docena de diseñadores; y otro más exponía separado del conjunto, en la Sala Ottagonale, como parte del proyecto florentino The Latest Fashion Buzz. Parece ser que, por el momento, los modistos ucranianos venden sus creaciones expuestas en Kiev a compradores de Oriente Medio, Rusia y Estados Unidos. La aparición en Florencia debería ser un test para sondear otras posibilidades.

 

La participación española. Los expositores españoles eran 18 en el invierno de 2013, pero la difícil coyuntura del sector en nuestro país redujo esta vez ligeramente la participación: 16 firmas. Estaban, sobre catálogo: Bow-Tie (Madrid), Camper (Inca), Carmina Shoemaker (Inca), Castañer (Gerona), Desigual (Barcelona), Etnia Barcelona (Esplugues de Llobregat), Florentino (Lalín) que había cambiado de emplazamiento dentro de su pabellón habitual, Koike (Papiol), La Portegna (Madrid), A. Leyva (Linares), Lovat & Green (Bilbao), Magnanni (Almansa), Man 1924 (Bilbao), Olimpo (Manzanares), Pepe Mateu (Barcelona) y Zampere (Illueca). Como ya es habitual en casi todos los certámenes en que participa, la presencia de Desigual, en un pabellón independiente, era la más llamativa, tanto por su contenido como por su teatralidad escénica.

Las ausencias eran las de dos marcas de larga participación en este certamen: Fuentecapala (Madrid), de sastrería de alta calidad, y Torras (Caldes de Montbuy), de prendas de punto y piel.

 

Satisfacción de los organizadores, en el comunicado de clausura. El último día, los responsables del evento resumían su juicio: «otra edición de éxito, llena de energía, creatividad y negocio, para el salón italiano de la moda internacional».

Se contabilizaron 20.800 compradores (20.450 el año anterior), en un conjunto de 30.000 visitantes, con un retorno de los italianos que todavía no se esperaba (13.000 personas, con un crecimiento del 4%), y que psicológicamente es el dato más reconfortante después del largo declive del mercado nacional.

Los compradores extranjeros fueron 7.800, un récord. Aumentaron un 10% los compradores de Estados Unidos, un mercado fundamental, en términos de prestigio y de benchmarking. Crecieron un 5% los puntos de venta coreanos, la «nueva gran frontera asiática». Y dieron óptimos rendimientos Suecia, Holanda, la Europa del Este, Canadá, Australia, los Emiratos Árabes.

Acudieron hasta 120 países, incluyendo muchos que hasta hace poco tiempo hubiera sido impensable ver con tal proporción en un salón internacional de moda de alta calidad: del Asia central y oriental, del Oriente Medio, de Oceanía, de la América central y meridional, de África.

Numéricamente, los Top 10 del mercado exterior fueron: Japón (833 compradores), que se puso en cabeza en enero de 2013, y ha tomado posesión de esa plaza; Alemania (749), líder histórico desplazado; Turquía (582); Gran Bretaña (554); España (535); Holanda (456); China (431); Francia (372); Corea del Sur (323); Rusia (290).

España fue el segundo país visitante durante varios años, detrás de Alemania. Con la crisis su lugar bajó. Pero se ha mantenido en una posición muy digna, por encima de los 500 compradores, una excelente frontera, que por otra parte acredita que su devoción por la moda italiana no decae.

En otro orden de cosas, hay algo que los organizadores no dicen, pero que, como observadores críticos del hecho ferial, podemos añadir, y que fue sobre todo muy notable en la mañana del último día: la presencia de públicos muy heterogéneos de facciones y de indumentaria (sobre todo de esta última, esencial tratándose de un cónclave de moda), que ratifica la irradiación universal alcanzada por el Pitti Uomo y que, por otro lado, llena sus avenidas y sus plazas de colorista alegría.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 211 — febrero 2014 ].


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