Nadie como los italianos para hermanar negocio y cultura; y, si nos ceñimos al ámbito textil, para hacer que la moda y el arte se transmuten entre sí. Como colofón de cada una de sus ediciones, Milano Unica lanza un mensaje de belleza que sintetiza el espíritu de lo que han sido tres días mercadeando con tejidos.
El acontecimiento culminante fue, el día 13, la final de la tercera edición del concurso de jóvenes creadores On Stage, organizado en colaboración con Woolmark, y que incluyó un desfile vespertino, en el canal Naviglio Grande, de los modelos presentados por los diez finalistas: Carlo Contrada (Italia), Uma Wang (China), Bragia (Italia), Vika Gazinskaya (Rusia), Rajwesh Pratap Singh (India), Isabela Capeto (Brasil) y Christopher Reaburn (Gran Bretaña) para mujer, y Matteo Molinari (Italia), Simon Spurr (Estados Unidos) y Antonio Azzuolo (Canadá) para hombre. Competición de la que quizá se podría obtener más rendimiento aún si se la aprovechara para poner en el pódium, fuera de concurso, algunas muestras de la excelencia creativa del estilo italiano.
O bien cambiando de algún modo el planteamiento. La lana es el elemento promotor para dar a conocer los nuevos diseñadores, pero éstos no estuvieron a la altura del marco que se les ofrecía, una pasarela sobre un canal. Sólo dos de los desfilantes se salvaron, uno de señora y otro de caballero; los demás no mostraron nada que pudiera llamar la atención. Quizá la lana podía haber aportado un cierre con un diseñador latino. El espectador se quedaba sin algo que parecía habérsele prometido y que se suponía iba a ser impactante.
Otra sesión de interés fue la del seminario de tendencias impartido el día 14 por Li Edelkoort, consultora independiente que es un personaje carismático en el mundo de la moda y del diseño, en esta ocasión bajo el epígrafe «El shopping del futuro».
El coordinador de la Comisión de Estilo de Milano Unica, Angelo Uslenghi, comentaba, sobre los tejidos expuestos en el Area Trend del certamen, la síntesis de tejidos y accesorios, elegidos con un criterio ecléctico y equilibrado, pero a la vez fantasioso y con ansia de evasión, para encarnar las tendencias del otoño-invierno 2013.
En cuanto al negocio, la impresión de los expositores era la de que se trataba de un salón muy trabajador; incluso el primer día, que parecía haber menos público, resultó my sustancioso.
Un expositor que había dejado de asistir y volvió estaba sorprendido del nivel que había adquirido el salón durante su ausencia, tanto en producto como en visitantes; había trabajado bien y estaba muy contento.
[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 197 — octubre 2011 ].