Por las razones que sean, y aunque las condiciones políticas que motivaron el parón no han cambiado, el mercado del lujo se reactiva.
Fue a finales del año 2012 cuando el presidente chino Xi Jinping lanzó su política de anticorrupción, que frenó, por ejemplo, la compra (y obsequio) de regalos demasiado fastuosos, provocando una contracción importante del comercio, entre otras cosas, de relojes y joyas. A finales del recién transcurrido 2017, por las razones que sean, y aunque el presidente sigue siendo el mismo, se ha suavizado esa política. Las consecuencias se han notado enseguida: las ventas de productos de lujo, en el conjunto del mercado chino, según el gabinete de estudios francés Bain & Co, crecieron en 2017 un 20%, la subida más importante desde 2011, alcanzando los 18.000 millones de euros. Y el mercado del lujo chino se está reinventando a toda velocidad.
Los jóvenes de entre 20 y 34 años, y sobre todo a partir de los 30, realizan ya la mayor parte de las compras según su propia decisión, y este relanzamiento del gasto se está notando sobre todo en prêt-à-porter femenino (+24%), cosméticos y perfumes (+28%) y joyería (+27%). Para canalizar esta nueva demanda, la práctica omnicanal y la comunicación por la red social china WeChat se imponen. La joven generación de los millennials aporta todo su vigor a este nuevo consumo y, por lo que se refiere a la oferta para la ocasión, los franceses están dispuestos a marchar en cabeza.
Hermès ha inaugurado el 9 de enero su primera tienda almirante en Hong Kong, que es su cuarto comercio en la antigua colonia británica, pero con mucho el más emblemático, con 850 m2 en tres plantas en el prestigioso paseo Landmark Prince’s. Por su parte Galeries Lafayette (que no es necesariamente lujo, pero se arropa bajo el halo del estilo francés, siempre exquisito), ha anunciado para final de 2018 la apertura de su segundo establecimiento en la China continental (25.000 m2 en cuatro plantas, en el Pudong Mall de Shanghái). En el horizonte de 2025 está prevista la apertura de diez puntos de venta más de esta red en las seis principales ciudades, tales como Canton o Shenzhen.
Por lo que se refiere a la venta online, la mayoría del lujo francés (o, en su caso, inglés) pasará por los dos canales especialmente habilitados por China al respecto: Luxury Pavilion en Alibaba (el caso de Burberry y Hugo Boss) y Toplife en JDCom (el caso de Saint Laurent y Alexander McQueen), pero algunas casas francesas de alta costura habilitarán canales propios.
Elisabeth Ponsolle des Ports, delegada general del Comité Colbert (el órgano corporativo del lujo francés), lleva la supervisión de esta estrategia.
El mercado del lujo en territorio chino sólo significa en estos momentos el 8% del mercado mundial del lujo, tercera posición en el mundo como mercado geográfico, detrás de Estados Unidos y el Japón. Sin embargo, los ciudadanos chinos dentro o fuera de China significan el 32% del gasto mundial que se hace en artículos de lujo. Claro que el mercado interno chino está llamado a ocupar el primer lugar; y, según el Comité Colbert, eso ocurrirá en diez años. Sus tres grandes demandas en estos momentos son: novedades, marcas de nicho y personalización.
Aparte de la aparición de los millennials en la escena interna del consumo de lujo chino, el Comité Colbert toma nota de la rapidez con la que los chinos en general están evolucionando como demandantes de lo mejor en todas partes del mundo, es decir, de su predilección creciente por las cosas excelentes. Consecuencia: se están convirtiendo en los turistas más rentables en términos de calidad, una característica que, antes de ellos, caracterizó a los japoneses.
Publicado en TEXTIL EXPRES - Revista Número 236
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