Con la misma discreción que le caracterizó en su actividad profesional y en la vida, el empresario Juan María Parés Serra, fundador de la actual Textil Santanderina, S.A., de cuya gestión ya se había retirado hace algún tiempo, se fue de entre nosotros en las primeras horas del 17 de mayo, en su casa familiar de Cabezón de la Sal (Cantabria), a la edad de 83 años.
Nacido en la localidad barcelonesa de Puigreig el 16 de junio de 1931, empezó a trabajar en la industria textil a los 14 años como aprendiz de mecánico, siguiendo al mismo tiempo los estudios de ingeniero técnico textil. En 1959, a los 28 años, recién casado con Pilar Boj Vilalta, llegó a Cabezón para encargarse de gestionar dos empresas textiles de la localidad (Cuitó y Cía., y González Cossío Hermanos), que databan de 1923 y atravesaban un período incierto, y que, tras una reconversión gradual, acabarían dando lugar a Textil Santanderina, S.A.
Juan María Parés estableció desde el principio su domicilio familiar en Cabezón de la Sal, donde pasaría el resto de su vida, y donde nacerían sus seis hijos. Cabezón lo declaró hijo adoptivo en 1983, y le concedió en 2006 la Medalla de Oro de la localidad. Tanto él como la empresa que refundó y dirigió han recibido a lo largo del tiempo numerosas distinciones y reconocimientos por sus aportaciones al desarrollo cultural y social de la comarca y de Cantabria. La identificación entre el empresario llegado de fuera y las gentes con las que iba a trabajar fue total.
Cuando la industria algodonera del Norte y Levante desplazó al «lobby» catalán. El poderío político del sector textil, derivado del papel que desempeñó tras la revolución industrial, alcanzaría su máxima expresión en los años de la posguerra española, cuando las grandes familias de la burguesía catalana, eminentemente representada por el sector algodonero, negociaban con los altos funcionarios de los Ministerios económicos en Madrid los términos de la política comercial. El ámbito del diálogo lo proporcionaba la barcelonesa Casa del Algodón, nombre popular del edificio donde estaba la sede de la Asociación de la Industria Textil de Proceso Algodonero (Aitpa).
Paradójicamente, la transformación económica que siguió a los planes de reconversión llevados a cabo a partir de los años 70 en el país causó el desfondamiento, económico y político, de la burguesía textil catalana. Muchos apellidos ilustres de la buena sociedad se fueron al traste. La presidencia de la Casa del Algodón pasó a estar en manos de los algodoneros del Norte: Textil Santanderina (es decir, Juan María Parés), en el período 1991-1995, y después, alternativamente con diversos mandatos y titulares, durante los años siguientes, la firma Tavex (sucesora de la histórica Algodonera de San Antonio) de Vergara. A la par con ellos se había desarrollado un importante frente empresarial valenciano, que prefería vehicularse a través de una asociación propia, de ámbito territorial, pero que también participaba en la patronal algodonera.
La vocación de Juan María Parés, sin embargo, no era la política (es decir, el poder); sino el servicio. Como lo demuestra el hecho de que ahora, al fallecer, aparte de su condición de expresidente de Aitpa, fuera presidente de la Inmobiliaria Textil Algodonera (la patrimonial Intasa) y patrono de la Fundación Textil Algodonera (FTA), una obra social y cultural. Lo que pudiéramos llamar las líneas de retaguardia del frente empresarial algodonero.
La Textil Santanderina de hoy, el desarrollo económico en acción. La sociedad creada por Juan María Parés Serra a partir de las empresas pre-existentes en Cabezón empezó a cobrar su principal trascendencia a partir de los año 70, cuando, además de llevar la gestión, la familia Parés empezó a tener el control del capital y a consolidar una fuerza económica con su dinámica propia. Esto fue particularmente efectivo a partir de los años 80. Y se reflejó también en la elaboración de una estrategia, con tres frentes: la ropa laboral, la moda y el denim. Por otra parte, evolucionó hacia la configuración de un grupo de empresas, creando subsidiarias para ámbitos de interés especializados.
Formalmente hay tres subsidiarias que forman ya parte del «árbol» familiar habitualmente citado: Gerona Textil, S.A., con sede en Salt (Gerona); Montsiá Textil, S.A., con sede en Masdenverge (Tarragona); y Vich Industrial, S.A., con sede en Vich (Barcelona).
Hasta ahora mismo, Juan María Parés conservó la presidencia de la sociedad anónima fundacional, la Textil Santanderina propiamente dicha. Pero a lo largo de los años había ido dejando progresivamente las funciones ejecutivas en manos de su hijo mayor, Juan Ángel Parés Boj (que prefiere llamarse simplemente Juan Parés, máxime ahora que ya no habrá lugar a confusión).
Por otra parte, Juan Parés hijo ya había sido formalmente nombrado presidente del Consejo de Administración de la sociedad, con ocasión de la última renovación de dicho Consejo, y también expresamente director general.
Y hace pocos meses tuvo lugar otro nombramiento que implicaba también cesión de poder ejecutivo: ha sido designado consejero delegado de Textil Santanderina, S.A., el segundo de los hijos varones del fundador, Conrado Parés Boj (hermano de Juan Ángel Parés), que por otra parte llevaba las riendas de la rama catalana de hilatura.
Y la Textil Santanderina periférica. Hasta aquí hemos mencionado las actividades y divisiones (y, en su caso, filiales) que forman parte de la Textil Santanderina convencional; la que, en los momentos del duelo por la ausencia del fundador, aparece como una estructura de unidad inequívoca.
Sin embargo, en los últimos años el grupo ha ido diversificando su actividad y multiplicando sus tentáculos de manera muy prolífica, de modo que hay una Santanderina diversa y envolvente que proyecta la sombra de la Santanderina de Cabezón sobre medio mundo.
Filiales suyas para actividades o misiones externalizadas son TS Garments (para prendas confeccionadas), TechS (para textiles técnicos), y al menos cuatro sociedades de producción en el exterior: dos en China, una en Marruecos, otra en Bangladesh.
Esto hace que el concepto de la cifra de negocios sea difícil de precisar en un momento dado. La facturación del núcleo era de 90 millones de euros, y la del conjunto, de 180 millones, en el 2010. En el 2012, respectivamente de 100 y de 220 millones. Las cifras recientes no han sido precisadas.
Santanderina es una empresa algodonera por definición. Dentro de eso, en esta época moderna su vocación más específica es el denim, un campo en el que se ha comprometido muy a fondo.
En ese marco, la proyección de España en el mundo la dan, en estos momentos, tres grandes firmas textiles «denimieras» propiamente dichas: la propia Textil Santanderina, Tavex (que sigue siendo una sociedad española con sede en nuestro país, aunque recientemente pareció que se expatriaría), y la valenciana Tejidos Royo; complementadas por las firmas de tecnología denominadas Jeanología e IberLaser, también levantinas; a las que acompañan también algunos especialistas de denim de menor tamaño.
En unas jornadas textiles celebradas no hace mucho tiempo, Juan Parés hijo proclamó su fuerte convicción de que el textil tiene un gran futuro, porque el desarrollo de nuevos materiales es, dijo, más fácil en este sector que en otros, siempre sobre la base de una buena, constante y eficaz tarea de innovación.
[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 219 — junio 2015 ].