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La patronal marroquí del textil-confección, Amith, eligió tres días de junio, del 20 al 22, para presentar en el Jnane Palace de la ciudad imperial de Fez una selección de la oferta de sus asociados especialistas de la Fast Fashion (respuesta rápida, actualización, circuito corto) en la que participaron 68 expositores, incluyendo un cierto número de organismos, compañías internacionales de cabecera implantadas en el país y empresas de servicios.

En sus fichas descriptivas, una cuarentena de las firmas presentes declaraba tener ya entre sus clientes a firmas o marcas españolas. Diecisiete decían trabajar para Inditex o alguna de sus enseñas (Bershka, Zara, Massimo Dutti); 11 para Mango; 8 para El Corte Inglés (Sfera), y otras tantas para Blanco; 5 para Desigual… En número inferior citaban a clientes como Saketex, Diagomoda, Star Textil, Custo, Lois, Induite, Hitex, Mayoral o Jocavi.

En cualquier caso, el mayor número de referencias internacionales aportadas, como cabía esperar, era el de empresas o marcas francesas, «partners» históricas del textil marroquí que seguirán teniendo una presencia notable (pero ya no predominante en valor). Lo que precisamente busca Marruecos es procurarse, además de un aumento del volumen de pedidos, una mayor diversificación de los dadores de órdenes.

De hecho, en los últimos ejercicios España ha rebasado a Francia como primer país comprador, en parte por la capacidad de absorción que tiene el operador español líder, es decir, Inditex. España y Francia (por ese orden) unidas absorben hoy día el 74% de las ventas marroquíes al exterior. Y al mismo tiempo Marruecos está derrotando claramente a Túnez en la disputa por liderar el abastecimiento, desde el Magreb, del mercado europeo de la moda rápida.

El nombre oficial de la manifestación, concebida como una cita complementaria de la ya tradicional Maroc in Mode (que se celebrará en otoño en Casablanca), era justamente Fès Fast Fashion Show, y se anunciaba como «la oferta de las regiones y las cadenas de producción marroquíes especializadas en la subcontratación y el co-desarrollo». La de Fez es una de esas regiones, que fue elegida para abrir la serie, y que en convocatorias sucesivas será seguida por otros emplazamientos. Aunque también había aquí alguna presencia de compañías de Casablanca, Rabat o Tánger.

Las empresas participantes esta vez son ya, todas, exportadoras de confección (formando parte de un colectivo de 850 firmas en el país), pero la mayoría no tienen presencia habitual en ferias. En esta ocasión, teniendo muchas de ellas su implantación industrial en la propia región, permitían concertar con facilidad las visitas de clientes potenciales a sus instalaciones. Aunque hay un factor limitador de esas posibilidades: la ciudad no ofrece una suficiente accesibilidad, hoy por hoy, a las redes de comunicación internacional.

La oferta comprendía colecciones de mujer, hombre y niño para los mercados clásico, casual y sports-wear, lencería, ropa de hogar, balneario, corporativo o laboral, incluyendo una sección ecológica y de comercio ético. Ofrecido todo ello en el momento óptimo para los pedidos de reposición, que a menudo conllevan actualizaciones de propuestas, o sugerencias de estilo de última hora.

Se contabilizaron alrededor de 600 visitantes profesionales, de los que 111 procedían del extranjero, sobre todo de España, Francia, Italia, Bélgica y Portugal. Se detectaron tanto representantes de grandes marcas de prêt-à-porter como compradores de las centrales de distribución.

Entre los españoles, se pudo observar la presencia de representantes de firmas como Amichi, Cortefiel, El Corte Inglés o Bimba y Lola; la del grupo Inditex en general o la de Zara en particular no era necesaria, puesto que disponen de una estructura permanente de aprovisionamiento en Marruecos al margen de las ferias. También eran reconocibles, por otra parte, los agentes de grandes marcas internacionales, como las italianas Max Mara o Marina Rinaldi, las francesas Etam o Promod, o la alemana Adidas.

CUADnaranjaCarnet de apuntes. La dimensión del salón era pequeña, ya se ha visto. Pero el contenido resultaba muy interesante. La manufactura era muy buena. Incluso con tejidos muy finos, de difícil tratamiento, la confección resultaba impecable. El industrial marroquí está muy bien predispuesto en cuestiones como la rapidez del servicio o la dimensión del pedido (número de prendas). Es decir: aplica criterios de flexibilidad. Su mentalidad, por otra parte, está muy próxima a la del consumidor europeo: es decir, se identifica con los gustos de su mercado.

Zara es una referencia de España muy buena. El sector confeccionista marroquí sintoniza mentalmente con esta marca. Todos parecen trabajar para ella (no sólo los que la citan en su ficha de empresa); es difícil diferenciar si están fabricándole algo ahora, o si se trata de la vivencia persistente de alguna relación anterior. En cualquier caso valoran positivamente la identificación entre Zara y su público: el consumidor de un producto de Zara percibe que la relación entre el artículo y su precio es correcta, y no se siente decepcionado (cosa que, al parecer, sí puede ocurrir con otro español, Mango).

CUADnaranjaTambién es importante la implantación internacional. Los organizadores prepararon la visita de la prensa extranjera a algunas de estas factorías que están situadas en la región de Fez. Un ejemplo de este tipo es el del grupo suizo-alemán de moda íntima Triumph, que estableció aquí en 1989 una fábrica de producto final (confección) en la que actualmente trabajan 2.500 personas, y que aporta un 10% de toda la producción mundial del grupo. Opera con la razón social Maroc Modis. Su fabricación es de 14 millones de prendas al año. Parte de los tejidos que utiliza proceden de la española Dogi, y por otro lado esta planta suministra parte de los artículos Triumph que se venden en el mercado español. Es un claro exponente de colaboración transnacional.

Otro caso notable es el de la fábrica de tejidos instalada por el grupo francés Roudière, que elabora un producto de mucha calidad: tejidos clásicos, pero de alta gama, destinados en un 60% a artículos de señora, y en un 40% a los de caballero, en mezclas de poliéster con lanas y viscosas. La producción alcanza los 5.000 millones de metros/año. Opera bajo la razón social Sefita, y se encuentra instalada en la región de Meknès.

Otra visita se efectuó a la firma confeccionista Vêtir 2000, en este caso exclusivamente marroquí y familiar, que posee la marca «Mod’elle», aunque básicamente trabaja «à façon» para terceros, con vestir de señora de punto muy fino y también de tejido a la plana. Entre sus clientes españoles está la cadena Blanco.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 202 — septiembre 2012 ].


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