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InditexPablo Isla, presidente de Inditex.

 

Llegan competidores en el mismo posicionamiento. Y responde con tiendas almirante.


Cuando la crisis económica mundial es tan persistente y generalizada como la que el mundo está sufriendo en esta década, hasta los actores más fuertes del mercado acaban acusando sus efectos. Pero, evidentemente, la intensidad del daño no es siempre la misma.

En la segunda mitad de 2013, incluso el grupo español Inditex, uno de los líderes de la escena internacional, denotaba en sus informes periódicos una ralentización de su negocio. Sin embargo, cuando el 19 de marzo último dio el primer avance de resultados, para un ejercicio fiscal que discurrió del 1 de febrero de 2013 al 31 de enero de 2014, presentaba unos valores discretamente positivos: beneficio neto de 2.377 millones de euros, sólo un 1% más que el año anterior, y ventas de 16.724 millones, un 5% más (únicamente un 3% más en tiendas comparables), contra un 16% en 2012/13, con un ebitda plano, ahora, de 3.926 millones.

Estos datos, aunque positivos, eran tan magros que invitarían a una gran moderación en la aplicación de resultados. Y, sin embargo, la compañía anunciaba al mismo tiempo que el Consejo de Administración propondría a la Junta de accionistas incrementar el dividendo del ejercicio en un 10%, hasta un total de 2,42 euros por acción. Esto sólo puede hacerse cuando existe una fe absoluta en la evolución futura de la sociedad. El mercado lo captó así: bastó para que, en la Bolsa, los títulos de la compañía empezaran de inmediato a subir.

Las inversiones en 2013 fueron de 1.240 millones de euros, y se elevarán a 1.350 millones en 2014, creando entre 450 y 500 nuevos establecimientos. Al cierre del ejercicio recién transcurrido, la plantilla mundial del grupo era de 128.813 empleados, 8.000 más que un año antes.

Al estancamiento de la demanda en algunos de sus mercados faro se ha unido la concurrencia creciente de otras enseñas con el mismo posicionamiento de moda y precio, fenómeno que perjudica también a otro competidor de características muy parecidas: H&M. Como respuesta, Inditex ha hecho costosas inversiones en tiendas almirante de Zara en Berlín, Pekín, Madrid y Londres. Se pueden citar también otros establecimientos muy atractivos como el de Zara en Estambul, el de Pull & Bear en Berlín o el de Massimo Dutti en París (rue de la Paix).

El parque de establecimientos en funciones era de 6.340 unidades de venta al 31 de enero de 2014, en el mundo, mientras que se encontraban operativos 27 mercados on line.

Por otra parte, la meteorología ha comenzado con buen pie este año en Europa, y las ventas del período del 1 de febrero al 15 de marzo han crecido, para el grupo, en esta parte del globo, un 12%.

 

El incansable esfuerzo de la logística. Toda la mercancía del grupo se distribuye al mundo desde España, lo que quiere decir que buena parte de ella ha tenido que ser enviada antes a España desde los sitios de producción. Por otro lado, la misma Inditex sigue teniendo unidades de fabricación propias (en lo que se diferencia de Mango o Desigual) aunque cada vez es más una organización comercial.

Acaba de poner en obra un centro logístico nuevo de 130.000 m2 en Cabanillas, provincia de Guadalajara, de momento centrado en la marca joven Pull & Bear, pero con capacidad disponible para otros formatos. Invertirá aquí 150 millones de euros, y estará operativo en cuestión de meses. Será complementario del de Narón (Coruña), de 52.000 m2, de la misma enseña.

La marca faro del grupo, Zara, cuenta con varios centros de distribución: Arteixo (330.000 m2), en Galicia; Onzonilla (180.000 m2, incluyendo Zara Home), en León; y Zaragoza (150.000 m2).

Cataluña tiene el centro de Tordera (150.000 m2) para Massimo Dutti, Oysho y Uterqüe; de Palafolls (78.000 m2) para Bershka; y de Sallent (70.000 m2), para Stradivarius. El centro de Elche, con 160.000 m2, es utilizado por varias marcas a la vez para producciones determinadas.

La clave de funcionamiento para todos los centros, que deben suministrar a 87 países del globo, es: servicio en menos de 36 horas para todos los destinos de Europa, y en menos de 48 horas para todos los demás destinos del mundo.

 

Hablando de rendimientos: el primer accionista y el primer ejecutivo. Como antes se ha dicho, el Consejo de Administración anunció que propondría a la Junta general de accionistas del próximo mes de julio que, con cargo a los beneficios del ejercicio 2013-14, se distribuya un dividendo de 2,42 euros por acción, un 10% superior al que se pagó en el anterior año fiscal. Se pagarán 1,21 euros por acción el 2 de mayo de 2014 y otra cantidad igual el 3 de noviembre siguiente (abarcando dividendos ordinario, extraordinario y complementario, lo cual carece de importancia en la práctica).

El primer accionista del grupo, como se sabe, es su fundador Amancio Ortega Gaona, que posee un 59,294% de las acciones (más de 369,6 millones de títulos), lo que quiere decir que se bastaría, él solo, para decidir cualquier votación; las cuales gestiona a través de las sociedades Gartler y Partler. Por tanto, percibirá de la sociedad Inditex, como dividendo del último ejercicio, cuando se hayan pagado sus dos plazos, 894,4 millones de euros; es decir, aproximadamente 2,45 millones al día.

Por otra parte habrá recibido en 2013, como miembro del Consejo de Administración, una remuneración anual de 100.000 euros (que se repetirá en 2014 si sigue siendo consejero).

En cuanto al primer ejecutivo, obviamente es Pablo Isla y Álvarez de Tejera, presidente y consejero delegado (que, por cierto, tiene ahora justamente 50 años). Según el informe anual de retribuciones de los órganos de gobierno, remitido el 19 de marzo último por la firma Inditex a la CNMV, y correspondiente al ejercicio fiscal de 2013-14, Pablo Isla recibió un sueldo anual de 6,35 millones de euros, cifra inferior en un 2% a la del año anterior, cuando percibió 6,48 millones. La retribución de 2013 se desglosa en 3,35 millones de retribución fija y 3 millones de retribución variable.

A esa consignación de sueldo hay que añadir una aportación de 1,645 millones a su plan de pensiones, prácticamente la misma cantidad que en 2012. La dotación acumulada del plan se halla situada ya al nivel de 5,1 millones de euros.

Ni se computa ni se excluye aquí cualquier retribución que Isla pueda percibir por dividendos, en el supuesto de que posea acciones a título particular (como cualquier ciudadano), lo cual sería aleatorio y no controlable.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 212 — abril 2014 ].


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