Web Analytics

Del 19 al 21 de enero, el pabellón número 1 de la Puerta de Versalles alojó el universo de la moda íntima, en su doble certamen: el Salón Internacional de la Lencería, Lingerie, y la feria de materias y complementos para el sector, Interfilière París. Los dos discurrieron en una atmósfera de alto interés, los dos tuvieron que soportar el impacto negativo de la nevada, y ambos emitieron informes muy reconfortantes, paradójicos dado el contexto.

 

Lingerie: edición conmemorativa número 50. El área de recepción de invitados en el salón Lingerie era un espacio maravilloso para celebrar con numerosas animaciones su 50ª convocatoria, con la coreografía (polar, pero confortable) de un majestuoso palacio de hielo. En este caso, la nevada que sobrevino resultó estar muy acorde con el ambiente previo, aunque sus efectos fueran negativos: retroceso del 12% en el número total de visitantes, del 4% en los internacionales, del 16% en los franceses.

Hubo 16.372 compradores, extranjeros en un 72% (España fue el quinto país visitante), que pudieron vivir «un ambiente festivo de alta energía» según su informe final, compartido con los 550 expositores, una dimensión de oferta muy satisfactoria, incluyendo un centenar de firmas nuevas, detalle interesantísimo, puesto que en los últimos tiempos parecía que estuviéramos asistiendo a una disminución irremediable del sector.

También tenía una decoración espectacular el pabellón de tendencias, con un entoldado de siete metros de alto, en tejido de Lycra, remedando una catedral. Y había varias zonas especiales en el área comercial de la exposición, como el Agora de 600 m2 (espacio de acogida y homenaje a las boutiques de lencería de todo el mundo) o la Sweet Boutique que ofrecía multitud de recuerdos de la celebración jubilar. Hubo también un interesante programa de seminarios y conferencias, y una jornada especial de la Cámara Sindical de la Lencería de Túnez.

 

Satisfacción unánime en Interfilière. En el salón de materias participaban 150 expositores, una treintena de los cuales, encajeros, integrantes del sector Lace It, eran objeto de especial atención. Uno de ellos, Iluna, había sido elegido Creador del Año. Se había constituido, por otra parte, un nuevo espacio de carácter reservado, The Exception, para acoger a una decena de expositores que presentaban los desarrollos más innovadores. A este espacio sólo se podía acceder con una invitación especial nominativa decidida por los propios expositores.

Eran interesantes aportaciones el sector de oferta para el sourcing titulado «Intimates and beachwear by Fatex», el sector de Cosmetotextiles y el espacio de Lycra donde presentaba su último estudio sobre la lencería masculina.

La audiencia cayó un 13% en total, respecto a enero de 2012; un 15% para los franceses, un 9% para los extranjeros. No obstante, la dirección del salón afirma que «los grandes compradores han estado activos hasta el final, dando prueba de un gran profesionalismo, valorado por todos los expositores.

El informe final dice que «este buen salón permite esperar un buen comienzo de año, muy diferente del anterior, y con buenas perspectivas económicas para 2013».

Un portavoz de la firma Liebaert sintetizó sus impresiones así: «Nuestros clientes están muy interesados por las innovaciones técnicas. Buscan calidades que aporten un plus en términos de funcionalidad. Pero quieren también cosas que visualmente sean muy estéticas. Hay un profundo cambio de mentalidad. No es cuestión de hacerlo todo sin que importe el qué. Se parte menos de los grandes metrajes. Nuestros clientes quieren a menudo pequeñas series. Saben que es con colecciones cortas, pero bien concertadas, como tendrán el mercado expectante».

 

Síntesis: lo nunca visto. Esta nevada de enero, contemplada desde la óptica de estos dos salones (y también de Who’s Next, como se verá en el artículo correspondiente, e incluso de Bijohrca, salón de joyería y bisutería cuya crónica no recogemos aquí, pero que también estaba en el terreno y reaccionó con el mismo espíritu), nos muestra un panorama postferial quizá nunca visto: los organizadores de todas estas manifestaciones se declaran encantados, orgullosos, dispuestos a comerse el mundo… después de haber sufrido una caída de audiencia nada desdeñable. Toda una lección sobre moral de combate, cómo buscar el lado favorable de las cosas.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 205 — febrero 2013 ].


Cron Job Starts