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Outdoor

Practicar cada vez más deporte al aire libre («outdoor») es una tendencia clarísima en el mercado, dice Elena Moro, directora de la revista «Oxígeno». En 2010 una encuesta mostró que el 45% de las personas que practican deporte prefieren hacerlo al aire libre (frente a un 55% en instalaciones deportivas bajo techo), mientras que en 1990 ese porcentaje era de sólo un 19%. Así lo explicó el pasado 7 de junio en la primera de las jornadas que el Barcelona Moda Centre, BMC, de Sant Quirze del Vallès (Barcelona), dedicó al análisis del sector, dentro de la I Outdoor Week.

El encuentro fue organizado por BMC con el apoyo de la Asociación Española de Fabricantes y Distribuidores de Artículos Deportivos, Afydad, y su programa completo comprendió charlas y mesas redondas sobre «tendencias en outdoor, disciplinas de mayor crecimiento»; «impacto medioambiental en la industria outdoor: tejidos verdes»; «calzado outdoor, evolución y preferencas del consumidor»; «¿podemos vender más en internet?, claves para optimizar la venta online»; y «el negocio digital, la nueva cima del outdoor». En las sesiones intervinieron, entre otros, representantes de las firmas Polartec, Helly Hansen, The North Face, Icepeak, Löffler, Mammut, Ternua, La Fuma, Patagonia, Avery Dennison, Regatta Great Outdoors, Merell, Asolo y Lorpen.

Para Elena Moro, el outdoor no es un deporte sino un multi-deporte, que va del senderismo al barranquismo, y llega hasta el «mountain bike» y el piragüismo en kayak; y aquí se produjo una discrepancia con Panxo Pi Sunyer, fundador de Media Pro Dynamic y editor de «La Biblia del Outdoor», quien afirma que es necesario poner un límite a esta especialidad deportiva, y lo ha situado en la condición de que se practique con los pies tocando al suelo, lo que excluye a bicicletas y embarcaciones (aun reconociendo que los norteamericanos incluyen, sin embargo, al mountain-bike).

Elena Moro llama la atención sobre el hecho de que el concepto de aventura y viaje activo sea hoy más accesible que en tiempos no tan pretéritos. Ya es posible cruzar en bicicleta el desierto de Atacama o hacer una travesía de esquíes por la Antártida, cosas antes sólo concebibles en deporte expedicionario.

Si hay una tendencia clara dentro del outdoor en sentido propio —dice Elena Moro— es el auge del trial-running: cada vez más corredores se pasan a la montaña, y cada vez más montañeros se dedican a correr. Más que a competir, la gente sale simplemente a correr, pero también está aumentando el número de carreras competitivas de montaña (hay unas 130 en el calendario nacional), su variedad (kilómetro vertical, maratón, media maratón, ultra-maratón de montaña), y la afluencia de corredores. Y, dentro de ello, hay una subtendencia dentro del running, hacia «los ultras»: ya no corremos 5 kilómetros sino 100 ó 166.

Las marcas de artículos deportivos vienen prestando atención a este fenómeno desde hace tiempo, ofreciendo productos que mejoran el rendimiento y el confort de los deportistas. Existe otra sub-tendencia del running, el «nordic walking» (que utiliza bastones similares a los de esquí de fondo) y su variante de carrera «speed hiking», pero de momento no son de seguimiento masivo, y las marcas no le prestan tanta atención.

El día 7 se habló, dentro de esta Outdoor Week, sobre tejidos de alto rendimiento. Kari Gómez y Anna Ruiz, de la firma Goretex, realizaron una presentación específica de sus tejidos funcionales que conforman una de las «capas» (en este caso la capa exterior, por supuesto) con las que hoy se visten los practicantes de deportes al aire libre. Goretex ya no es un producto nuevo ni desconocido para el usuario. El desarrollo data de 1969, y el primer producto comercial apareció en 1976. W.L. Gore & Associates se constituyó en 1958, y su éxito viene de los desarrollos en fluoropolímeros. Inventora del PTFE (polytetrafluoretileno espandido), su aplicación bajo la forma de membrana en soluciones textiles mediante laminado ha logrado en lugar por derecho propio en el sector de indumentaria de alto rendimiento.

La base es una membrana bicomponente, homogénea, estable, ligera, químicamente inerte, hidrófoba, resistente bajo flexión y en condiciones temperaturas extremas, que facilita una acción cortavientos y antilluvia, al tiempo que mantiene seco el cuerpo por facilitar la transpiración. Compite con éxito con otros productos que tienen alguna función similar, como los revestimientos microporosos de poliuretano y las membranas no porosas que transpiran por capilaridad. Trabajan con Goretex más de cien clientes líderes del sector textil, y sus productos se venden en 25.000 tiendas de todo el mundo.

Goretex tiene cuatro divisiones, de las que sólo nos incumbre la de «Fabrics» (tejidos para vestir y calzado técnico). Hay además divisiones que aportan soluciones a productos electrónicos, médicos e industriales.

Para el segmento del outdoor, la empresa acaba de lanzar la modalidad «Active Shell» (concha activa), que no sólo propone una membrana especial sino que afecta al diseño y la construcción de la prenda completa, buscando que sea ligera, duradera y apta para todo clima. El laminado es «invisible al uso», y el diseño de la prenda es minimalista, con reducción del número de bolsillos y cremalleras. La membrana en sí es más ligera que el Goretex normal, y las prendas deben pesar siempre menos de 400 gramos.

En la mesa redonda que siguió, los expertos del sector discutieron sobre la pertinencia de comunicar beneficios técnicos complejos en prendas que, en la situación actual de crisis, acaban comprándose en una tienda de descuento al menor precio. No hubo conclusiones claras. A consignar que existen al menos dos tipos de consumidores: el de carácter técnico, que se interesa por las prestaciones de la prenda, y el «consumidor amplio», que sólo sabe lo que quiere pero no tiene idea de producto. Este último es el que pide erróneamente «un goretex que abrigue», o el que demanda «un forro polar para sitios ventosos».

Existe producto para todas las necesidades, y es función del vendedor (en las tiendas especializadas que todavía asesoran) ayudar al usuario a encontrar la mejor relación precio/ prestaciones, de acuerdo con sus necesidades concretas. Otra cosa es que vaya a un Decathlon y el usuario compre sin leer las especificaciones.

Interesante la constatación de que las prendas técnicas no sólo las adquieren los deportistas. Hay trabajadores de Mercabarna o de Mercamadrid que trabajan de noche y pasan un frío tremendo… o lo pasarían si no fuese porque utilizan prendas concebidas para la práctica de deporte en ambientes fríos.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 196 septiembre — 2011 ].


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