El primer día de Première Brasil se celebró una conferencia de prensa con participación de directivos del salón y representantes de la industria brasileña. A destacar en sus intervenciones:
Alfredo Emílio Bonduki, presidente de Sinditêxtil, patronal sectorial de São Paulo, resaltó la importancia de la industria textil y de la confección de su estado, dentro de la federación brasileña, pero reconoció con alarma que el de Santa Catarina le ha superado el año pasado en importación de textiles, y del mismo modo le preocupa el diferente trato fiscal que los distintos estados del Brasil dan a esas importaciones.
Aguinaldo Diniz Filho, presidente de la patronal del sector en el conjunto del país, Abit, se mostró crítico con el aumento de las importaciones. Se ha reunido con varios ministros para hallar soluciones a esa invasión de producto textil, que califica «de relevancia brutal, oceánica». «No estamos contra las importaciones en sentido general, pero sí contra las importaciones desleales». Brasil es un mercado poderoso que, con la prosperidad de una clase media que se ensancha día a día, se ha situado ya en un consumo de 12,5 kilos de textiles per capita, y el presidente de Abit no descarta que se ponga en 18 kilos para el año 2014. «Si en el futuro sobreviene una situación crítica como la que ahora padecen Europa o los Estados Unidos, nuestra gran fuerza es el mercado interno, por eso no podemos entregarlo ahora a las importaciones desleales».
La pérdida de mercado interno sería una de las razones de que la inversión anual de la industria se haya reducido a 500 millones de dólares en el primer semestre, después de haber alcanzado los 2.000 millones en el año anterior. Otro factor que explica ese cambio en la trayectoria de las inversiones es el hecho de que, ante la crisis financiera mundial de 2008, el Gobierno tomó medidas anticíclicas y favoreció la inversión nueva, mientras que ahora su prioridad es contener la inflación, y la inquietud de la industria es el estancamiento del mercado, que además se disputan de forma agresiva las importaciones.
El modisto Gustavo Lins, responsable del vestuario de las azafatas de Première Brasil, es en sí mismo un ejemplo de globalización. Brasileño de nacionalidad, estudió arquitectura en su país y se formó en costura en París, donde reside. Los uniformes para PB los diseñó en su taller, donde hizo el patronaje, y se confeccionaron en el Brasil con proporciones milimétricamente iguales de tejidos europeos y brasileños. Hace veinte años, cuando visitó a un expositor italiano en Première Vision, éste le envió unas muestras, y él preguntó por qué lo hacía: «porque todo diseñador es un futuro posible creador de colecciones». Así nacen grandes relaciones de proveedor-cliente.
Cuando un europeo habla con un brasileño, queda maravillado de la energía gestual de su interlocutor. La energía de las personas es más importante que las minas y el petróleo, y Brasil debe sacar partido a ese valor humano.
Lins cree que, en períodos defensivos como el que parece vivir estos meses el textil brasileño, la mejor defensa es un buen ataque, y para ello sugiere la conveniencia de, quizá en colaboración con Europa, proponer al mercado nuevos códigos de moda.
Al margen de estas declaraciones, Textil Exprés recogió impresiones entre empresarios brasileños, fabricantes de tejidos, que exponían en Première Brasil.
Todos coinciden en que desearían exportar más, y que les interesa particularmente Europa, pero que el momento es difícil: la demanda europea está en un momento de debilidad, y la de los EE.UU. no es boyante; en cambio, el mercado brasileño, aunque no crezca tanto como en tiempos recientes, y a despecho de la presión de las importaciones, es muy apetitoso.
Cedro es una empresa con más de 130 años de existencia. Produce 10 millones de metros al mes, divididos por tercios en denim, sargas y tejidos para ropa de trabajo. «Vendemos fuera de Brasil, pero hoy, con las dificultades del cambio, está muy complicado, mientras que el mercado nacional está muy fuerte, así que en el exterior mantenemos los clientes que ya teníamos, pero no estamos abriendo nuevos mercados ni expandiéndonos en exportación; de momento no es posible», dice Alessandra S. Andrade Leonel, gerente de Exportación. La empresa solía exponer en Première Vision de París, pero hace dos años dejó de acudir para concentrarse en América del Sur, «hasta que la situación del dólar se estabilice».
Canatiba produce 12 millones de metros mensuales de denim de alto valor añadido, sobre todo para jeans pero también para una gama casual, y está en proceso de ampliación con objeto de introducir nuevas líneas de producto. «Trabajamos en todos los continentes. Brasil es ahora un punto muy fuerte en nuestro programa de ventas. Tenemos obviamente comercialización en América latina, del Sur, Central y del Norte (Argentina es muy importante); en África del Sur, en Marruecos; y ahora en Europa, empezando un trabajo con un nuevo equipo de representantes» —dice Marli Vernille Guth, responsable de Marketing—. La empresa trabaja mucho en desarrollo de telas Premium, ya sea por su composición o por su aptitud para nuevos lavados; así como en prospección de tendencias e información de moda a sus clientes. En ese sentido considera vital el desarrollo de innovaciones en colaboración con consultores de Italia, países europeos, Marruecos, Túnez y la propia Brasil.
La firma Dalila es una empresa de géneros de punto del estado de Santa Catalina, con 19 años de vida, que fabrica de 500 a 600 toneladas al mes, y que sobresale por la calidad de su producto (jersey, muletón, piqué, punto de cruz). Tiene una coordinadora de Exportación-Importación, Gisele Melchioretto Uzinski, quien sin embargo reconoce que la exportación no pasa del 10% de su cifra de negocio, y sólo vende a Bolivia, Uruguay y Paraguay. Limita su presencia ferial a Première Brasil, y le satisface comprobar que asisten compradores de esos países, así como de Chile y Perú, adonde proyecta vender en el corto plazo.
Savyon Têxteis es una firma de género de punto de São Paulo que produce entre 50 y 55.000 kilos al mes, fuerte, exportadora, conocida en Europa. Comenzó a vender con ímpetu en Europa hace pocos años (en particular Francia y Alemania), así como en Estados Unidos, pero el comienzo de la crisis en esos dos grandes mercados supuso la desaparición de clientes, que simplemente cerraron, así que ahora la empresa se ha concentrado en las Américas: Canadá, América del Norte, Méjico, Colombia, Perú, Argentina.
Su responsable de exportación es Laurent Prout, un francés que en tiempos fue comprador de la cadena de tiendas Pimkie, y que en razón de ello conoce bien, entre otros, el textil español y en concreto el género de punto del Maresme. «Con 55 máquinas de jacquard, en Savyon tenemos un producto que ya hacen pocas empresas; en Mataró, por ejemplo, lo hacía Mecotex, pero ya no existe. El hecho de que estemos casi solos en el mercado hace que podamos subir precios y conservar el mercado incluso en tiempos de dólar débil».
Savyon era expositor en Première Vision, y por esa razón, en cuanto supo de la creación de Première Brasil, participó en la feria desde su primera edición, y está muy satisfecho. También acude a Première New York. No sólo vende jacquard en tela de punto, cosa que depende mucho de las modas. Trabaja cuatro segmentos: prêt-à-porter, swimwear («ressorts»), lingerie y fitness. «En Brasil el fitness es especialmente importante, no sólo como indumentaria de ejercicio, sino como moda de calle».
Interesante también la visita al showroom de Vicunha, una firma potente que expone en Première Vision, y que sólo participó en la primera edición de Première Brasil. Lleva más de 40 años en el mercado, tiene fábricas en los estados de Ceará, Río Grande do Norte y São Paulo, una planta de producción en el Ecuador y oficinas de ventas en América del Sur (Argentina) y Europa (Suiza). Es responsable del 40% de la producción brasileña de tela de mezclilla índigo (denim), y es uno de los mayores productores del mundo de la especialidad. Está en permanente proceso de inversión, habiendo adquirido este año una planta de producción en la Argentina, en la que invertirá 40 millones de dólares para modernizar la maquinaria y aumentar su producción a dos millones de metros por mes.
El showroom es impresionante en novedades (ideas de lavado y acabado para el tejido de la marca) y en tráfico de clientes que lo visitan, mientras a varios kilómetros de allí se celebra Première Brasil. Vicunha es claramente una empresa exportadora, y su filial europea difunde con asiduidad información sobre los últimos desarrollos disponibles. Entre ellos, los más recientes: acabados de aspecto cuero envejecido (una modificación de la línea Carbolumen), y apuestas renovadas por la sostenibilidad: mejor fijación del tinte, apoyo a la Iniciativa de Mejor Algodón (Better Cotton Initiative, BCI) y al algodón orgánico, y apuesta por la tendencia a tonos de color más naturales, menos intensos.
[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 196 septiembre — 2011 ].