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Momad, de conferencia en conferencia y de moda en moda: dos momentos a destacar.

Desde que existe la Institución Ferial de Madrid, Ifema, ha habido en ella certámenes de moda. De hecho, aunque en Madrid se habían celebrado otras ferias, como institución Ifema nació con y para estos salones de indumentaria. ¿Alguien se acuerda de Moda del Sol, Imagenmoda, Ibermoda? En fin, han tenido, según las épocas, diversos nombres. El último cambio es relativamente reciente, aunque el tiempo vuela: hablamos de Momad, del que acaba de celebrarse la octava edición (la famosa y entrañable SIMM dejó aparcado su nombre ¡ya en 2013!).

Una de las características más frecuentes de estos eventos ha sido la presencia de desfiles (cosa inherente a la moda) y de conferencias, de las cuales, en esta última edición, hubo muchas, de interés variable como es normal; pero, entre ellas, dos de gran calibre, porque, siendo de asistencia abierta, tenían la sala llena y mucha gente de pie.

Una la impartía Ana Díaz del Río, de la empresa Marketiniana, con el tema Estrategias para vender moda online y fidelizar clientes, con una exposición muy interesante, amena y ágil, enriquecida por ejemplos visuales de lo que se debe hacer y lo que no, brindando a la sala, repleta y con gente de pie, una lección que se podría calificar de magistral, interesante y práctica en todo su contenido.

Otra ponencia sin desperdicio fue la de Daniel Domecq, responsable del departamento de Formación de Sartia, que dio una charla viva, con frases dichas por alguien que vive observando y captando lo que sucede a su alrededor e interpretándolo. El tema era de Tendencias de Invierno, pero era más que una descripción; había mucho de interpretación.

Según Domecq, los jóvenes ven a las marcas como algo viejo; las de lujo están recurriendo a trucos para rejuvenecer sus clientelas; en un desfile en París, si no llevas zapatillas (playeros, deportivas), que cuestan entre 2.000 y 2.500 euros, te miran mal; los jóvenes van en busca de marcas que no se vean (“mola” que te pregunten de quién es); las marcas reducen los logotipos, porque es lo que los jóvenes consideran joven; las tipografías van a ir a más; se busca la funcionalidad de las prendas (que no pesen). En el conglomerado del lujo, una moda hoy dura de tres a cuatro años.

Una observación muy curiosa: la moda actualmente —afirma Domecq—nace en Seúl, con una juventud (de ambos sexos) que tiene recursos, muy consumidora y muy apasionada por la innovación; les gusta que se fijen en ellos; visten mucho de negro, con aditivos que ellos mismos aplican. También aquí las zapatillas imperan, y son muy importantes como factor de moda.

Estas indicaciones respecto al calzado coinciden con lo manifestado el mes recientemente en Madrid por la especialista en diseño del salón italiano de calzado Micam: la ropa hoy queda en segundo lugar como factor de moda, y toma vida la zapatilla por su diversidad de diseño en colorido y línea.


[Publicado en TEXTIL EXPRES - Revista Nº 230 - ABRIL 2017 ].

© TEXTIL EXPRES - Revista - 2017


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