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La crisis del textil es tenaz, pero los representantes de tejidos internacionales también lo son, y temporada tras temporada mantienen sus presentaciones en Barcelona de los nuevos muestrarios, dos o tres semanas después de que hayan tenido lugar las grandes exposiciones de París y Milán. En esta ocasión lo hicieron del 23 al 25 de febrero, mostrando las colecciones para primavera-verano de 2016.

En el recinto de las Reials Drassanes de Barcelona desplegaron su oferta 29 agentes integrados en el colectivo Stib BCN, que exponían los muestrarios de unas 250 marcas internacionales, con predominio abrumador (como ya es habitual) de las italianas, en este caso algo más de 200.

Otro colectivo de agentes era el titulado Galería Textil, también de larga tradición, aunque sensiblemente menor, integrado por 16 agentes (no habían editado catálogo de marcas representadas), cuya alma mater es Gioia Lisinicchia, alojados en un salón show-room del Trip Apolo Hotel.

A pesar de los tiempos, ambos grupos reconocieron haber tenido una concurrencia bastante satisfactoria, que ratifica el papel esencial que sigue desempeñando el representante de tejidos como articulador y eje de transmisión de este negocio, aunque la forma de trabajar actuales muy diferente de la que caracterizó al sector en la época anterior a la crisis.

Se producen algunas transformaciones muy curiosas de actores o de procedimientos. En parte, algunos de los clientes del representante, que eran boutiques de gran estilo, con colecciones breves para un público selecto, han cambiado de dimensión y de escenario, por transformación profesional del tipo de negocio. Han pasado a otra escala de actividad, aunque manteniendo el buen gusto creativo y la calidad del producto: cerraron la tienda, y se volvieron al piso que había sido su punto de partida, y en el que vuelven a recibir a su clientela, quizá de otra generación. En alguna medida, pierde protagonismo la boutique de escaparate en la calle, y renace la modista con el taller doméstico.

El representante sigue vendiendo tejidos, en metraje menor (y, desde luego, más fragmentado), y también complementos de alta gama, y hasta cierto punto sigue haciendo un negocio interesante, acorde con los tiempos. El progreso no siempre va en línea recta. Y al final se sabrá el balance.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 218 — abril 2015 ].


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