La Bridal Week es «Bridal» y es «Fashion»: Moda y Novia, para un público multipaís.
La feria barcelonesa de la moda nupcial, fundada en 1990 (por lo que el año pasado celebró sus propias bodas de plata), aunque tuvo siempre un desarrollo muy vinculado a los escenarios de la Fira de Barcelona, había nacido por inspiración de un promotor privado ajeno a la entidad ferial, Paco Flaqué, muy activo por entonces en el ámbito catalán de la moda, al que aportó numerosas iniciativas en diferentes períodos y subsectores (la de las novias era sólo una de las vertientes), que desarrollaba a través de su gabinete empresarial Moda Barcelona.
En el ámbito de las bodas, Flaqué creó la combinación del salón Noviaespaña (lo cual era una forma de replicar a Sposa Italia, el ejemplo milanés, único existente entonces) y la pasarela Gaudí Novias. El nombre del arquitecto catalán era carismático en aquellos momentos y, por lo que concierne a la moda, Flaqué lo asoció a muchas de sus iniciativas, generalmente (pero no sólo) en pasarelas, de distintos subsectores (hombre, mujer, niño).
Cuando Fira de Barcelona asumió en 2014, coincidiendo con la disolución por razones particulares de la entidad privada fundadora, la titularidad y gestión de la feria nupcial para continuarla, potenció la expresión inglesa Barcelona Bridal Week, que Flaqué ya había empezado a usar discretamente, y que se aplicaba al conjunto de salón (Noviaespaña) y pasarela (Gaudí).
Ha sido ahora, en 2016, cuando la Fira ha unificado, en cuanto a denominaciones, los diversos aspectos del evento, feria y pasarela («professional trade fair» y «fashion shows»), con el nombre general de Barcelona Bridal Fashion Week aplicable al conjunto, desapareciendo –inclusive para los desfiles, y especialmente para ellos– las referencias a Gaudí y Noviaespaña, al tiempo que se introducía la voz Fashion para reforzar en el propio enunciado la vinculación con el sector de la moda. Es decir: la internacionalidad lingüística ha terminado por superar al casticismo (calificación muy válida en este caso, aunque el concepto de lo castizo sea de uso más común en Madrid que en Barcelona) que suponía la permanencia del nombre del arquitecto.
Por cierto que en algunos momentos se había sostenido que la verdadera titular del registro de marca comercial Gaudí para el ámbito de la moda era precisamente Fira de Barcelona, y que los diversos usos que se hacían eran por su concesión o benevolencia. Lo cierto es que la Fira ha sido siempre muy discreta sobre este punto, mientras diversos colectivos usufructuaban el nombre del artista.
La verdad es que, por lo que respecta a novias, suprimidas del uso ordinario las que pudiéramos llamar las dos señas de identidad original de la manifestación, sus marcas históricas, Noviaespaña y Gaudí, es cuando realmente el certamen adquiere la verdadera universalidad. De algún modo esa circunstancia determina el nacimiento de una feria nueva, que acaba de ocurrir.
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[Publicado en - Junio 2016 ].
© TEXTIL EXPRES - Revista - 2016