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Portugal

A finales de octubre hubo en el Centro de Congresos de la Alfândega (antigua aduana) de Oporto, un acontecimiento de moda con dos componentes, con denominaciones muy parecidas pero ámbitos muy dispares, que discurrían en paralelo o, dicho más exactamente, con el segundo inscrito en la fase final del primero; es decir, parcialmente superpuestos.

El que servía de marco general era Portugal Fashion, de ámbito nacional. El superpuesto era Porto Fashion Show, aparentemente de ámbito local (puesto que sólo invocaba a la ciudad de Oporto) y de calendario más breve; pero de hecho internacional, porque reunía a jóvenes protagonistas del diseño europeo (de él se habla en otro tema). Entre los dos componían lo que podría llamarse la Semana de la Moda.

 

CUADnaranjaLa edición número 29 de Portugal Fashion. Celebrada desde hace quince años, Portugal Fashion es la pasarela de los creadores de la moda portuguesa, que cada temporada presentan sus colecciones, a veces (como fue en esta ocasión) en Oporto, o más habitualmente en Lisboa, y que ahora alcanzaba su edición número 29.

La pasarela, que últimamente atravesaba momentos de debilidad, fue promovida en su día por la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios, ANJE, que actualmente preside Francisco María Balsemão, con Manuel Texeira al frente de la comisión ejecutiva; entidad que había nacido diez años antes al margen del corporativismo institucional de los sectores, cuyo principal exponente es hoy día (después de algunas transformaciones que se han producido) la ATP, Asociación Textil y de Indumentaria de Portugal, la cual, por otra parte, ha colaborado en esta ocasión con aquélla en la convocatoria de la semana. Es decir, que no hay rivalidad sino cooperación.

 

CUADnaranjaA la búsqueda del «Start Up». Acabamos de referirnos a cierta pérdida de vitalidad, en parte debida a la situación económica del país, en parte a un cansancio de la fórmula. Para contrarrestar ese momento depresivo, los organizadores quisieron infundir un espíritu revitalizador, simbolizado por el lema «Start Up», asociado a la «firme intención de inyectar sangre nueva en la moda portuguesa».

El programa abarcó cuatro días, del 23 al 26 de octubre. Hubo 24 desfiles de diseñadores, del tipo tradicional, sobre pasarela, y 14 performances de moda, presentaciones no convencionales en un contexto multiartístico, en el Espacio Bloom, dedicado a figuras emergentes de la moda portuguesa, valores potenciales del mañana, que nunca habían recibido tanta atención en los programas de Portugal Fashion. Esta incorporación supuso también la puesta en valor de las Escuelas de Diseño, de las que procedían.

Entre los diseñadores consagrados se pudieron ver las colecciones de Alves/Gonçalves, Anabela Baldaque, Ana Salazar, Felipe Oliveira Baptista (mucha alegría, pasarela con glamour y prendas muy bien realizadas), Fátima Lopes, Júlio Torcato, Luís Buchinho (que abrió el programa), Miguel Vieira (decepcionante respecto a unos años muy buenos que tuvo en el pasado reciente), Katy Xiomara… De los nuevos, Pedro Corte (colección muy buena, con encanto, para una mujer que se precie de serlo), Andreia Lexim (muy imaginativa, femenina y encantadora)... Fernando Lopes y Hugo Veiga estrenaban su nueva firma de pareja LiV.

 

CUADnaranjaY, al lado de la creación individual, el papel de la empresa. Además de los creadores individuales desfilaron en Portugal Fashion nueve marcas de vestuario, seis de calzado (un sector muy dinámico ahora) y nueve de joyería, lo que supone un flanco muy nuevo en el planteamiento de estas promociones.

Entre las empresas de confección con marca comercial, a veces asociadas a un diseñador «en propiedad», figuraban Dielmar, Lion of Porches, Vicri, Concreto (by Helder Baptista), Dom Colletto, Mad Dragon Seeker (by Alexandrine Cadilhe y Daniel Simões), Meam (by Ricardo Preto)...

Al hablar ahora con los industriales portugueses se capta un optimismo nuevo, lejos del pesimismo de temporadas anteriores. Sin duda esto se traduce en las colecciones, pues irradian agilidad, colorido, reflejo de unas ganas de salir adelante a pesar de la crisis. Y también mucha calidad en la confección, propia de una industria que está trabajando muy bien.

Por otra parte, al lado de la moda con nombre propio que se muestra en las pasarelas, la facturación portuguesa del textil-confección está creciendo por el negocio de subcontratación, al haber recuperado en buena parte su papel de taller de la moda europea, que China le había arrebatado. Los costes chinos están dejando de ser tan agresivos cono habían sido, y Portugal está jugando muy bien la baza de la flexibilidad y la rapidez de servicio en las pequeñas series, fundamentales en el mercado actual.

Las grandes marcas internacionales de la moda de masas, e incluso algunas del sector del lujo, han vuelto a centralizar en Portugal una parte significativa de sus aprovisionamientos, en una política de «sourcing» de proximidad. Algún medio de información ha dicho que habían «instalado centros de confección en Portugal», es decir, como si ellas mismas hubieran montado fábricas, estrategia poco verosímil.

Entre las plataformas españolas de distribución de moda, en particular las gallegas que, aunque sólo fuese por la comodidad que da la cercanía, se habían abastecido mucho en Portugal con anterioridad y luego habían desaparecido, hay al menos dos que han vuelto a la fuente de aprovisionamiento lusa para algunas de sus enseñas: Inditex y Lonia.

El consumo interno se ve afectado en estos momentos por la crisis del país, pero la producción y la exportación (que representa, esta último, el 60% del negocio del sector) están subiendo desde 2010, como Textil Exprés reflejó recientemente con ocasión del salón Moditissimo de octubre. Por cierto que España absorbe, ya, un 30% de esas exportaciones.

Operaciones como la de Portugal Fashion, sin embargo, tratan de revalorizar la importancia de la creación propia; es decir, quieren jugar en otro plano. Sin duda más difícil.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 198 — diciembre 2011 ].


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