Dicen que cronómetro, flexibilidad y credibilidad son actualmente las tres bazas principales del grupo Inditex en su carrera internacional.
Desde hace ya algunos años, alrededor de veinte, el grupo español Inditex y el sueco H&M han venido disputándose el liderazgo mundial en el mercado de la fast fashion, que ellos en cierto modo han contribuido a definir en el mundo, con una organización y una estrategia diferentes que, a la altura del año 2018, han acabado ya clarificando situaciones y, por derivación, posibilidades: parece indiscutible que Inditex ha tomado una posición de ventaja, y que, como se suele decir en estos casos, la suerte está echada (y no es una apuesta de Textil Exprés por la españolidad compartida con uno de los competidores, sino una convicción bastante generalizada de los analistas europeos, sobre todo desde febrero/marzo, una vez conocidas las cuentas del último ejercicio de ambos protagonistas).
H&M (Hennes & Mauritz) había sido creada en 1947 por Erlin Persson. Inditex fue fundada en 1975 por Amancio Ortega y Rosalía Mera. Sus orígenes distaban mucho entre sí. Pero su competición internacional comenzó en los años 90; fue en esa década cuando ambas aparecieron en Francia. Y a partir de ahí se fue generando una confrontación que se haría patente en los 2000. Al mismo tiempo que se desarrollaba el concepto del fast fashion en los mercados.
A continuación recopilaremos una serie de juicios de distintos autores, expresados en los últimos meses, que contribuyen a encuadrar la situación: «las reglas del juego han evolucionado, e Inditex ha sabido aprovecharlas mejor», «el sourcing de proximidad de Inditex le permite presentar colecciones constantemente», «sus pequeñas series circulan con más rapidez que la producción masiva de H&M en la gran importación, que tarda más en llegar a las estanterías», «el Adn de moda de Inditex y sus comercios muy cuidados le protegen contra la competencia de las nuevas cadenas de low cost, mientras que H&M es atacada frontalmente», «el grupo sueco sufre la dura presión del e.commerce, contra la cual sólo ha tenido una reacción tardía», «Inditex ha sabido declinar el éxito de Zara diversificando sus enseñas antes que su rival».
Con todo, en los últimos tiempos los dos grupos han ido bastante a la par en el empeño de multiplicar sus aperturas para cubrir todo el planeta, aunque Inditex marcha por delante: hoy está en 96 países, y H&M en 69. En ambos casos, los competidores locales que ya existían, o los que han intentado desarrollarse como respuesta, se han encontrado con grandes dificultades.
Una diferencia muy importante (que incide en su logística) la tienen en sus fuentes de aprovisionamiento: los talleres de Inditex están principalmente en la Península Ibérica y en el Norte de África, muy cercanos a los mercados esenciales (o, quizá más importante, muy cercanos a sus centros logísticos centrales), con una impresionante flexibilidad de servicio; los de H&M, en China, Vietnam, Indonesia o Bangladesh. En las tiendas de Inditex, la renovación muy frecuente es habitual. La rapidez de renovación y de servicio, por otra parte, le ha permitido presentar en las tiendas los nuevos modelos pocos días después de que la tendencia haya sido vista en los desfiles de París, Londres, Milán o Nueva York. Su respuesta a las pasarelas es inmediata, y esa es quizá su baza más importante.
Se ha dicho que las ventajas de Inditex en las que nadie le supera son tres: su manejo del cronómetro (todo se hace al instante), su flexibilidad de servicio, y su credibilidad en moda (si lo propone Inditex, eso es la tendencia).
Últimamente ha empezado a valorarse, entre los observadores que siguen a Inditex, el protagonismo que concede a las personalidades susceptibles de tener un rendimiento publicitario. Por ejemplo, ha sido muy comentado el abrigo negro de Zara, adornado con perlas, que llevaba Ivanka Trump, la hija del presidente americano, que acudía a una reunión en la Casa Blanca (hecho que las redes sociales y las revistas populares comentaron adecuadamente).
En los años 2000 la cadena H&M está recurriendo también a las cápsulas de creador, que tienen su repercusión en un buen éxito comercial, pero están menos inscritas, hoy por hoy, en el nivel de último grito de la actualidad.
Y luego hay que tener en cuenta la diferencia de imagen en las tiendas. A este respecto, el presidente Pablo Isla ha dicho que en las tiendas flagship, donde se mezcla la innovación arquitectónica y la tecnología de último grito, hay que crear un ambiente chic y preciosista que el cliente valore (mientras que H&M últimamente ha optado, al parecer, por una escenografía más bien discreta, aunque en España tenemos algunos ejemplos contrarios).
Daremos, para terminar, la semblanza más elemental de ambos grupos hoy:
Inditex: 9 cadenas/marca, 7.475 establecimientos, más de 25.000 millones de euros de facturación, 3.400 millones de euros de beneficio neto.
H&M: 7 cadenas activas y 2 en desarrollo, 4.739 establecimientos, algo más de 20.000 millones de euros de facturación (H&M suele priorizar en sus comunicados una cifra mayor, que en 2017 habría superado los 23.000, pero que no es comparable ya que incluye IVA), 1.600 millones de euros de beneficio neto.
Publicado en TEXTIL EXPRES - Revista Número 236
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