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ARTÍCULO PRIME
TEXTIL EXPRES - REVISTA 254
  • Marta Ortega llega con un nuevo estilo. Probablemente Ana Botín no habría posado
  • para el WSJ del modo en que lo hizo la heredera de Inditex.
  • Dos enseñanzas de Amancio Ortega que Marta recordaba ante el WSJ: «sé grande en el trabajo
  • y pequeño en la vida». Y busca a los mejores para formar equipos.

La próxima nueva presidenta ha proyectado hasta el momento un perfil de socialité».

Relevo en Inditex (3): No basta con heredar (aunque llevarlo en la sangre ayuda). La sucesión, un asunto de familia (Nuevo Contenido).

 

La próxima nueva presidenta ha proyectado hasta el momento un perfil de socialité», lejos de la discreción mediática del fundador. Pero tiene otra dimensión profesional, hasta ahora desconocida.

 

Marta Ortega Pérez cumple en enero 38 años. Nació en Vigo en 1984, cuando su padre, Amancio Ortega Gaona, todavía estaba casado con Rosalía Mera, quien ignoraba la relación de su esposo con Flora Pérez Marcote, empleada del grupo, en el que entró en 1970 como costurera y, durante los años 80, dirigió una tienda Zara en Vigo. El divorcio se produjo en 1986, y no fue amistoso.

La boda de Amancio con Flora se demoró algo más, unos nueve años, pues no llegó hasta 2005, el mismo en que Inditex salió a Bolsa y fueron creadas la sociedad Pontegadea (a la que Amancio pasó la mayoría de sus acciones) y la Fundación Amancio Ortega. La ceremonia tuvo lugar en el Pazo de Ancéis, propiedad de Amancio, donde su hija Marta contraería también su primer matrimonio en 2012 con el jinete Sergio Álvarez, de quien se divorciaría en 2015.

Actualmente, Flora Pérez es vicepresidenta primera de Pontegadea Inversiones (el presidente es Amancio Ortega), y presidenta de Pontegadea Inmobiliaria (filial de la anterior), Pontegadea GB 200 (activos en Reino Unido, creada recientemente para gestionar las propiedades tras el Brexit), y de la Fundación Amancio Ortega.

La rama familiar materna de Marta Ortega Pérez ocupa diversas posiciones dentro del grupo. Son tíos de Marta (y hermanos de Flora) Óscar y Jorge Pérez Marcote, respectivamente directores de las cadenas Zara y Massimo Dutti, y estarán en el nuevo Comité de Dirección. Menos implicado actualmente está un cuñado de su madre, Carlos Mato López (casado con María Luisa Pérez Marcote), que fue presidente de la sociedad Zara España y continúa como administrador de varias sociedades del grupo, pero personalmente ha optado por volver a las raíces rurales (agrarias y ganaderas) de la generación anterior.

De la rama familiar paterna, la hermana del fundador, Josefa Ortega Gaona, que tuvo un papel importante en los primeros años (como la primera esposa, Rosalía Mera, fallecida en 2013), y de quien se dijo que en su momento que no vio bien el desliz extramatrimonial de su hermano, había dejado el Consejo ya en 2002, tras haber cumplido 68 años. Uno más que los que cuenta actualmente la esposa de Amancio, el cual a su vez cumplirá los 86 en marzo próximo.

La hija de Amancio y Rosalía, Sandra Ortega Mera, es la segunda accionista de Inditex con un 5,05%, pero no está en el Consejo. Su marido, Pablo Gómez Avilés, una persona tan discreta como su esposa Sandra, sí que trabaja en Inditex como directivo, pero nunca (que sepamos) ha trascendido en qué posición exactamente.

Por ello, como hemos dicho, es la rama familiar de la segunda esposa de Amancio la que acumula más poder dentro del grupo. Y también la que arropará a Marta Ortega en su nueva función como presidenta.

Se ha publicado en estas semanas en distintos medios (quién sabe si bien informados o no) que esa rama familiar ha sido decisiva a la hora no solo de acelerar el cese de Pablo Isla sino de nombrar al nuevo consejero delegado. Se afirma que del nuevo Comité de Dirección se ha excluido a los directivos de Sostenibilidad, Sistemas y Comunicación que habían tenido una relación más estrecha con Pablo Isla.

Pieza clave en todo el sistema de relaciones de poder es José Arnau, vicepresidente segundo de la Fundación Amancio Ortega y vicepresidente de Inditex, auténtico hombre de confianza del propio Amancio y de Flora.

Todos ellos harán más fluida la transición en la Presidencia y servirán de apoyo a Marta Ortega, cuya figura en sí misma no inspira sentimientos claros entre los inversores.

De Marta sabemos que es una mujer preparada, cosa que es buena pero no suficiente, ya que su padre hizo una fortuna con escaso bagaje formativo. Estudió bachillerato en el internado suizo de Aiglon, situado prácticamente al pie de una estación de esquí en Ollon, cantón del Valais, cuyo el idioma oficial es el inglés (idioma del instituto, pues en el cantón ser habla francés, excepto en su parte más alpina, de lengua alemana). Se graduó en Negocios Internacionales en la «European Business School» de la Universidad Regent de Londres.

Y tuvo un primer empleo en ventas en la tienda Zara de King’s Road. Después recorrió distintos lugares de la geografía internacional de Inditex, y desempeñó responsabilidades poco concretas. Últimamente estaba en Zara Woman con funciones sin precisar, relacionadas con diseño y desarrollo de producto. En cualquier caso, mano a mano con la directora general de Zara Mujer, Beatriz Padrín Santos, que es una de sus grandes valedoras y apoyos dentro de Inditex.

Por lo demás, hasta ahora su proyección pública tenía más que ver con la prensa del corazón y las vanidades sociales que con la economía y la gestión. Mientras que su padre Amancio fue durante muchos años un personaje extraordinariamente reservado, cuya primera foto publicada fue un robado de juventud con pose huraña, encontrada por un periodista cuando Amancio ya estaba entrado en años; y mientras que su hermanastra Sandra Ortega Mera apenas sale fotografiada en la prensa; por el contrario Marta Ortega Pérez ha sido una habitual del papel couché.

Su afición juvenil por la hípica, su boda y su divorcio con un jinete asturiano, ocuparon varios números de revistas. La segunda boda, con Carlos Torretta, hijo del diseñador de moda Roberto Torretta, fue todo un evento mediático. Precedido por los relatos estilo «jet set»: lo conoció en la fiesta de cumpleaños de la modelo Eugenia Silva cuando Carlos dirigía una agencia de modelos, y luego lo visitaba en Nueva York los fines de semana viajando en avión privado. Si al primer enlace de Marta Ortega asistieron unas 200 personas, al segundo acudieron 400, con personas famosas, fiesta en el centro hípico de Arteixo, actuaciones de Jamie Cullum, Norah Jones y Chris Martin (vocalista de Coldplay), y música grabada a cargo del DJ Mark Ronson.

En definitiva, a Marta se la conoce más por sus actos de sociedad que por su ejecutoria profesional. Incluso la acción mediática de septiembre que preparaba el relevo, cuando concedió una entrevista al Wall Street Journal y se declaró dispuesta a asumir aquello que el Grupo Inditex quisiera encomendarle, fue algo parecida a una entrevista con una «socialité» que con una ejecutiva. Fotografiada por Steven Meisel (fotos en Vogue, en el libro «Sex» de Madonna), estilismo de Karl Temper (experiencia den Vogue, New York Times, publicidad de moda), y una pose personal de modelo de moda reclinada y mirando seductoramente a la cámara... parecía apelar más al protagonismo estético que a la personalidad profesional. Dicho de otro modo, no parecía en absoluto el posado de Ana Botín (Banco Santander), ni siquiera cuando esta se hallaba en la treintena.

En fin, el perfil mediático de la que pronto será nueva presidenta de Inditex, hasta ahora más enfocado en la vertiente que podríamos calificar de frívola, no aporta nada que pueda inspirar (ni quitar) confianza sobre el futuro del grupo, sino que es más bien neutro. De ahí la expresión «no basta con heredar». Pero también es pertinente lo de que «llevarlo en la sangre ayuda». Marta Ortega cuenta, como hemos dicho, con una formación importante, una experiencia ya larga aunque difusa, lo aprendido por convivencia con los padres, lo que pueda ir en los genes, y el amplio arropo de directivos files y la familia, particularmente la materna.

En ese sentido, cabe destacar dos piezas de las confidencias que Marta Ortega compartió en septiembre con el Wall Street Journal.

La primera, lo que le dijo su padre y le ha servido de inspiración en la vida: «sé grande en el trabajo y pequeño en la vida». Y se sobrentiende que tendrá que ver con la calidad humana, más que con la proyección mediática y la alegría festiva, que son compatibles con una humildad interior («que no se te suba a la cabeza tu apellido»).

La segunda, muy importante: Marta destacó que las cosas no dependen de una persona, sino de un equipo, y que su padre «fue el mejor en encontrar a la mejor persona para hacer cada cosa».

Así sucedió con José María Castellano en su día, Pablo Isla hasta hace poco, y con los distintos directivos (recordemos a Juan Carlos Rodríguez Cebrián), de varios niveles, que lo han acompañado desde la creación de Confecciones Goa, germen de Inditex. Es de suponer que, también ahora, todos los implicados en la renovación han priorizado la formación de equipo. Y que todos habrán tenido como meta asegurar el mejor futuro de la compañía en la hora de una sucesión que, antes o después, tenía que darse, habida cuenta de la edad del fundador del imperio.

[Amancio Ortega controla el 50,01% de Inditex a través de Pontegadea Inversiones. Y otro 9,28% a través de la patrimonial familiar Partler Participaciones. La familia y un puñado de directivos de confianza gestionan con eficacia esos paquetes].

 

La Zariña
Probablemente ustedes sepan que, desde hace unos años, a Marta Ortega se la viene conociendo en Galicia como la «zariña». Afortunado juego de palabras. Un diminutivo «galeguiño», una evocación de la cadena Zara, y una equivalencia con la mujer del zar o emperador de todas las Rusias. Así se ha recordado de nuevo ahora en los medios.

 

Madrid o Coruña (la distancia de Arteixo)
Con motivo de la famosa entrevista de septiembre en el Wall Street Journal, se informó que Marta Ortega reside en Coruña, en un dúplex, con su actual marido (Roberto Torretta, segundas nupcias) y dos hijos (uno del matrimonio anterior, otro del actual); lo que es más compatible con su imagen de cercanía al cuartel general de Inditex en Arteixo, y aquello (que también se dijo) de que come a diario en el comedor de la empresa. Pero Voz Pópuli ha publicado que donde vive realmente es en un «espectacular piso» en un conjunto residencial de lujo en la madrileña calle General Castaños, con vistas a la Plaza Villa de París. ¿Quién tiene razón?
Es lo que tiene convertirse no solo en una gran empresaria sino en una estrella para la prensa de sociedad... o del corazón.

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