Eroski comienza a compensar las pérdidas del año de la pandemia.

Se confirma el ascenso de Rosa Carabel, aunque no será presidenta.

2020 fue, para Eroski, un año de fuertes pérdidas. El año de la pandemia. Aunque no a todos los comercios de alimentación les fue mal. De hecho, como dejamos de comer en restaurante o lugares próximos a la oficina, volvimos a cocinar en casa, y compramos los alimentos a los súper. Pero Eroski, que no solo vende alimentación y gran consumo, le fue mal.

Las pérdidas acumuladas eran de 251 millones de euros. Por fortuna, el resultado de 2021 fue positivo por 56 millones, que íntegramente se dedicarán a compensar pérdidas anteriores. En la asamblea recién celebrada en Baracaldo, Vizcaya, a la que asistió medio millar de cooperativistas, se explicó que es de prever que en cuatro años (que, sumados a este ejercicio ya cerrado, son los cinco contemplados legalmente para lograrlo) se logrará compensar lo que falta, mediante beneficios de cada año, sin necesidad de proceder a una aportación de capital de los socios.

Tal come se había anticipado en los medios, el presidente actual, Agustín Markaide, se jubilará el 30 de junio. Y le sucederá, el 1 de julio, Rosa Carabel, actualmente directora general. No será presidenta sino consejera delegada, ya que el cargo anterior desaparece. Existe una Presidencia, del Consejo Rector; no es ejecutiva, y equivale a la Presidencia del Consejo en una sociedad de capitales; la desempeña Leire Mugerza. La empresa es distribuidora de bienes de consumo en general. Tiene algún peso en el sector de textiles, aunque su fuerte es alimentación.