Una organización de derechos humanos se querella contra cinco «minoristas».
Ya hemos informado en meses anteriores de los problemas que en la cadena de suministro textil está generando la sospecha de que el algodón de la región china de Sinkiang (en grafía internacional inglesa, Xinjiang) está siendo recolectado por mano de obra «esclava», de personas pertenecientes a la minoría uigur que objeto de programas de «reeducación» en campos de concentración. Una de las empresas denunciadas ha sido el grupo Inditex, en Francia.
Recientemente el Centro Europeo de Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR, en su sigla inglesa) ha presentado una querella o, propiamente, según la información en inglés, una denuncia penal en Alemania, contra las marcas y organizaciones de distribución minorista Hugo Boss, Lidl, C&A, Aldi Nord y Aldi Sud, a los que acusa de lucrarse con el trabajo forzoso de la población musulmana uigur en la región de Xinjiang. La denuncia se basa en información pública disponible sobre las cadenas de suministro de las empresas.
Según Miriam Saage-Maas, directora del programa de Derechos Humanos y Empresas de ECCHR, la denuncia destaca la «posible participación sistemática de empresas europeas en presuntos trabajos forzados patrocinados por el Estado en la Región Autónoma de Sinkiang». Añadió que considera inaceptable «que los gobiernos europeos critiquen a China por las violaciones de los derechos humanos, mientras que las empresas europeas pueden beneficiarse de la explotación de la población uigur. Ya es hora de que los responsables de las empresas rindan cuentas si se confirman las sospechas de trabajo forzoso». Dijo además que es probable que las cinco empresas mencionadas sean solo la punta del iceberg de un problema mucho más amplio y sistemático, y que «es muy probable que haya muchas más empresas que se abastezcan de la región».
Informes de inteligencia sugieren que hasta tres millones de uigures, kazajos, kirguisos y otras minorías étnicas habrían sido internados en campos de concentración en Sinkiang. El Partido Comunista Chino niega las acusaciones y ha modificado el nombre de los campos de trabajos forzados, que ahora son centros de «facilitación de empleo».
El Grupo Aldi ha respondido que las acusaciones de trabajo esclavo se basaron en las actuaciones de su antiguo proveedor Turpan Jinpin Knitting, que dejó de suministrar producto a la cadena de supermercados en 2019. Lidl indicó que ha dejado de trabajar con algunas empresas después del comienzo de las investigaciones. C&A niega haber comprado materiales de Sinkiang. Y Hugo Boss, además de negar las acusaciones, reitera que los valores y estándares de la empresa se han cumplido en la producción de sus productos, sin cometer violaciones legales.
Como se sabe, empresas occidentales que anunciaron que dejarían de utilizar algodón del Sinkiang han sido víctimas de boicoteo promovido por las autoridades chinas. De manera que el asunto se está convirtiendo en una auténtica tormenta para los negocios, que perjudica a los protagonistas, tanto si su cadena de suministro comprende abastecimiento de algodón del Sinkiang como si se cortan las compras.
Publicado en TEXTIL EXPRES - Boletín 787 -
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