Un juicio confirma que Zara plagió a una marca británica de calzado.

La condena se quedó en una declaración sin efectos prácticos.

Hace unos años, Giorgio Armani envío un dardo irónico a la cadena Zara, del grupo Inditex, al reconocerle el mérito de haber hecho asequibles para el gran público sus creaciones originales, que Zara copiaba y vendía a precios sensiblemente inferiores a los de la marca italiana. Hoy ya se haba poco de esa capacidad de plagio o imitación de la cadena de moda rápida, pero ello no obsta para que haya una conciencia extendida de que buena parte de su equipo de diseño sigue dedicándose a escanear las creaciones ajenas para luego incluirlas, más o menos reinterpretadas, en sus propias colecciones.

Ahora, un jurado y un juez han dado carácter oficial a esa calificación del grupo Inditex, esta vez manifestada en su cadena Pull & Bear, y plasmada en un caso que ha sido objeto de condena este año. La sentencia es meramente simbólica y sin efecto práctico, pero supone un baldón para Inditex (suponiendo que estas cosas le preocupen).

La denuncia fue interpuesta hace dos años ante un juzgado de California por la firma británica de calzado Dr. Martens, por presunta infracción de derechos de propiedad intelectual en ciertos modelos de zapatos que mostraban detalles típicos de la demandante, tales como unos pespuntes amarillos y una suela acanalada. Inditex sostuvo que esos elementos decorativos eran meramente genéricos. Pero en un veredicto pronunciado en el verano, el jurado ha estimado que no lo son, por lo que, en efecto, Inditex violó la legislación de propiedad intelectual.

Hemos dicho que la sentencia no tiene efectos prácticos, ya que, en virtud de la misma, el juez ha sentenciado que Inditex no podrá seguir diseñando, fabricando o comercializando calzado que sea «confusamente similar» al de Dr. Martens y le obliga a retirar del mercado el producto que tenga en el mismo con esas características. El caso es que el grupo gallego hace meses que no vende esos modelos. Y, aunque el denunciante había solicitado el pago de una compensación económica, el juez no ha dispuesto tal cosa. Resumiendo: una riña de profesor a alumno descarriado y nada más.

Publicado en TEXTIL EXPRES - Boletín 794