Una incidencia insuficientemente explicada provocó un desbarajuste similar al ocurrido en el país vecino.
El 23 de octubre informamos de lo que había pasado en Francia el sábado 20 de dicho mes, en una noticia que titulábamos de este modo: «Caos sabatino en el comercio físico en Francia: colas y abandono de carrito». Aludía a la caída de la red del proveedor de soluciones de pago electrónico Worldline, que había impedido o dificultado los pagos con tarjeta. Se pensó en un problema de «crackeado» (es decir, «hackeado» maligno, ya que la palabra de uso común «hackeo» no implica en sí misma una intromisión delictiva). Pero luego se informó que no. Es decir, que se trató de un problema meramente técnico.
Pues bien, un problema muy similar se ha producido este pasado fin de semana en España, con duración aproximada de una hora y media o dos horas, según los casos, en lo que parecía una réplica calcada de la incidencia de un mes antes en Francia.
En efecto, sobre la una del mediodía (13:00h) el sistema de pagos de la plataforma gestora de pagos online Redsys registró una caída masiva, haciendo imposibles los pagos con tarjeta de crédito o mediante la aplicación de pagos telefónicos Bizum, lo que afectó a todos los comercios, establecimientos de restauración, y cualquier negocio que acepte pagos mediante tarjeta. También cayó la disponibilidad de retirada de dinero en cajeros automáticos. Las entidades bancarias afectadas fueron, al menos, Caixabank, Santander, BBVA, Bankinter, Sabadell, Unicaja, Ibercaja y Kutxabank.
En algunos momentos esto creó situaciones de agitación en las cajas de pago de grandes establecimientos comerciales, al forzar el cambio al pago en efectivo, que no todos los clientes estaban en disposición de ejecutar, con el riesgo de abandono de carritos, tanto online como en puntos de venta físicos. Por otro lado, en algunos establecimientos esto coincidió con el cambio de turno de cajeras/cajeros, y con la imposibilidad de efectuar el arqueo de caja en ese relevo.
Lo más curioso de estas caídas es que, tanto en Francia como en España, y hasta donde hemos podido conocer, no se han dado explicaciones suficientes sobre la naturaleza de lo ocurrido, lo que puede dar pábulo a los rumores sobre un eventual ciberataque.
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