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A veces la historia se acelera inesperadamente. Así ha ocurrido, casi por sorpresa.


El Corte InglésDimas Gimeno.

El 31 de agosto, último domingo del mes, siguiendo una larga tradición de la casa, el presidente de El Corte Inglés, entonces todavía Isidoro Álvarez, presentó a la Junta de Accionistas el informe anual correspondiente al ejercicio fiscal de 2013-14, cerrado el 28 de febrero anterior.

Esto sucedía al mismo tiempo que ultimábamos el cierre del Suplemento número 214 de Textil Exprés, en el cual incluimos el tema «Las cuentas de El Corte Inglés: un ejercicio de ajuste y reacción, aunque la recuperación ha comenzado».

Aparte de la reseña económica propia de la naturaleza del acto del que informábamos, añadíamos un comentario sobre un movimiento ocurrido en la composición del Consejo: la incorporación a este órgano de un nuevo miembro, Manuel Pizarro, que había sido reclutado personalmente por Isidoro Álvarez en junio anterior como asesor personal adjunto a la presidencia, y que con este motivo pasaba a ocupar un puesto en el propio Consejo.

En la ocasión equivalente del año anterior, también en el último domingo de agosto, se había incorporado al Consejo el entonces recién nombrado director general del grupo (cargo que nunca había existido), Dimas Gimeno, también adjunto a la presidencia, el cual era, por otra parte, sobrino del propio Isidoro Álvarez.

Aparecían de ese modo dos consejeros adjuntos al presidente, sin prelación entre sí (aunque uno de ellos alto ejecutivo de la compañía, y el otro sólo asesor privilegiado), que dejaba una situación algo ambigua sobre cuál sería, en caso de conflicto, el número 2. Lo que en aquel momento no era más que una hipótesis.

Pero a veces la historia se acelera. Isidoro Álvarez, siempre parco en gestos y palabras, se había mostrado en la Junta del 31 de agosto más cansado y triste de lo habitual, pero quizá no particularmente alarmante. De todos modos, algo no iba bien. El 8 de septiembre ingresó en el Hospital Universitario Puerta de Hierro, de Majadahonda, aquejado de una crisis respiratoria y, aunque pareció evolucionar favorablemente, una crisis cardíaca inesperada acabó con su vida al mediodía del 14 de septiembre. Quince días después de la Junta de agosto.

Había llegado, pues, la ocasión de esclarecer lo que hasta entonces sólo era una curiosidad periodística: ¿quién ocupaba, en El Corte Inglés, el Número Dos?

El Consejo de la compañía, reunido el 16 de septiembre, formado por 8miembros, acordaría por unanimidad elegir como nuevo presidente ejecutivo al hasta ahora director general (cargo que en el nuevo nombramiento no aparece citado y que históricamente nunca había existido), Dimas Gimeno Álvarez, de 39 años (único joven en un Consejo en el que todos los miembros rondan o superan la edad de 70 años).

En cuanto a Manuel Pizarro, ha sido ratificado por unanimidad como consejero, pero sin cualificación específica. Será una decisión posterior de Gimeno la de considerarle adjunto a la presidencia o no.

Sobre estos acontecimientos hemos informado minuciosamente en los boletines quincenales de Textil Exprés de septiembre. Pero aquí haremos ahora, a propósito del cambio de era genealógica en la compañía, un informe sobre lo que ha sido y sigue siendo el fenómeno más relevante en la historia del comercio español.

 

Todo empezó en Cuba. El devenir histórico de estas décadas nos ha permitido ver que todo lo relacionado con El Corte Inglés es una saga de tíos y sobrinos, es decir, un asunto genuinamente cubano y de la emigración.

Dos primos del concejo asturiano de Grado, Pepín Fernández y César Rodríguez, emigraron por separado, antes de la guerra civil española, a Cuba, y trabajaron en los grandes almacenes El Encanto, entonces los más prestigiosos de Hispanoamérica. Más tarde regresaron a España habiéndolo aprendido todo sobre el comercio moderno y dispuestos a emprender sus propias trayectorias. Uno era Pepín Fernández, que crearía Sederías Carretas y Galerías Preciados. Otro, César Rodríguez, que en diciembre de 1935 compró una sastrería madrileña llamada El Corte Inglés, al frente de la cual puso a Ramón Areces Rodríguez, uno de los varios sobrinos que había llevado a Cuba y que regresaba a España tras trece años de aprendizaje en La Habana, desde barrer la tienda y hacer recados. César Rodríguez, que no había tenido hijos, retuvo el paquete de control de El Corte Inglés pero puso a Areces como gerente y director general desde 1936. En 1966 pasaría a ser (como heredero) presidente y mayor accionista. Areces se había casado, pero enviudó en 1968 sin haber llegado a tener hijos. Probablemente hubiera contraído nuevo matrimonio con Esther Romero, viuda de Ernesto Koplowitz, con la cual había iniciado una relación, pero falleció ella prematuramente.

 

Isidoro Álvarez, directamente de Grado a Madrid. En la misma aldea familiar del concejo de Grado nació en 1935 Isidoro Álvarez Álvarez, cuando su tío-abuelo César Rodríguez regresaba de Cuba y nombraba gerente de El Corte Inglés en Madrid a su tío Ramón Areces. El mismo se trasladó a la capital española en 1952, para estudiar Económicas en la Universidad y trabajar en los almacenes El Corte Inglés (donde empezaría descargando camiones en la calle de Preciados, como era tradición de la familia). Tenía 17 años y era el mayor de tres hermanos; acababan de perder a su padre en un accidente ferroviario, en la localidad asturiana de Trubia, cercana a su pueblo de Grado.

En 1959, a los 24 años, fue nombrado consejero de la sociedad, en El Corte Inglés, y se puede decir que ese fue su empleo vitalicio, ejercido en diversos grados. En 1966 pasó a ser consejero director general, al mismo tiempo que su tío Areces ocupaba la presidencia.

Y en 1989, coincidiendo con el 75 aniversario de la compañía, sobrevino el fallecimiento del propio Ramón Areces, pasando Isidoro Álvarez a ser presidente, cargo que ocuparía durante veinticinco años.

En 1995, El Corte Inglés absorbió al imperio rival Galerías Preciados, creado por Pepín Fernández en 1935, que había tenido una época esplendorosa, seguida por una fase de aguda decadencia económica. Preciados fue disuelta y su activo integrado en el patrimonio del comprador.

La política de Álvarez en la gestión del grupo estuvo marcada por la diversificación, abriendo formatos comerciales distintos y multiplicando la cobertura territorial. En cambio desmontó la estructura industrial que el grupo había llegado a crear en el sector confeccionista. Inició la proyección internacional, pero con menos decisión de la que otros colaboradores hubieran deseado, ya que se limitó a Portugal. Parece que ahora se proponía emprender una reactivación en este campo, que Gimeno podrá pilotar muy bien, puesto que ya tiene una experiencia exterior.

Otra faceta que absorbió su atención en los últimos tiempos fue la transformación financiera del grupo, que en un futuro no muy lejano podría llegar a la entrada en Bolsa. Ahí era donde quería contar con la ayuda de un especialista muy cualificado, el nuevo consejero Pizarro.

 

La faceta desconocida de Isidoro Álvarez, el hombre. A Isidoro Álvarez se le conoció como el gran soltero. Sin embargo, lo fue sólo en parte, pues en los años 90, siendo ya casi sexagenario, se casó con María José Guil Navarro, viuda de Alfonso del Rey Cámara. Este matrimonio había sido el propietario del restaurante madrileño El Riscal, muy frecuentado por la burguesía y la clase política madrileñas de los cincuenta y sesenta. Isidoro contrajo allí amistad con el matrimonio. María José quedó viuda pronto, con dos hijas muy pequeñas. Más adelante María José e Isidoro se casaron, y él (que ya era presidente de los grandes almacenes) adoptó a las dos hijas, que prácticamente no recordaban al padre biológico, y que desde entonces llevan sus apellidos.

Ambas, que han formado sus propias familias, son actualmente empleadas de El Corte Inglés y, desde septiembre, las titulares, por herencia, del paquete accionarial del fallecido presidente.

 

Fisonomía humana del nuevo presidente.Dimas Gimeno Álvarez, el presidente recién proclamado de El Corte Inglés, es el menor de los tres hijos de María Antonia Álvarez, hermana de Isidoro Álvarez, y de su exmarido Miguel Angel Gimeno, empresario y escritor de libros.

Dimas estudió Derecho mientras trabajaba en la sección de camisería de los grandes almacenes. Tras licenciarse hizo un máster en Dirección de Empresas. El resto de su vida discurrió a plena dedicación en El Corte Inglés, en España y Portugal.

En el Consejo de la compañía representa a la sociedad de cartera Ingondel, una de las sociedades corporativas que se han ido creando para representar a los paquetes accionariales herederos de cofundadores desaparecidos (en este caso, representando a un 6% del accionariado). Otras sociedades de cartera con paquetes de fundadores son Mancor y Corporación Ceslar, esta última gestionando el legado personal de Areces.

Dimas Gimeno está casado con Mónica Esteban Morán, profesional de la publicidad, presidenta de la Fundación Juegaterapia. El matrimonio tiene dos hijos varones, niños todavía. Parece que aquí se interrumpirá la saga de los gestores sin descendencia directa.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 215 — octubre 2014 ].


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