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Del 4 al 6 de marzo se celebró en el recinto ferial de Ifema, en Madrid, la primera edición de un salón nuevo que en realidad es uno de los más antiguos de los que dicha entidad ferial organiza: el del sector del calzado. Durante muchos años se llamó, en su versión simplificada, Modacalzado. Ocurrió que paralelamente se celebraba otro salón de la moda textil igualmente veterano, llamado SIMM, y en un determinado momento Ifema pensó, seguramente buscando la simplificación de costes, que sería mejor unificarlos bajo el nombre de Momad Metrópolis, donde la expresión Momad es una forma apocopada de «Moda de Madrid».

La experiencia de los tres últimos años ha demostrado que la fórmula no era tan satisfactoria como se había pensado, sobre todo en lo concerniente al sector del calzado, que se sentía perjudicado en términos de imagen (había perdido visibilidad como sector, y por tanto personalidad) e incluso en términos de oportunidad (ya que la coordinación en fechas con el calendario ferial del calzado italiano es para los zapateros españoles mucho más importante que la que puedan tener o no con el calendario del textil español).

De modo que Ifema ha optado en el actual ejercicio por restablecer la separación de certámenes y fechas, aunque manteniendo una semejanza de nombres: el textil seguirá llamándose Momad Metrópolis, pero añadiendo la expresión Salón Internacional de Textil y Complementos, y su primera edición ha tenido lugar del 5 al 7 de febrero (la correspondiente crónica se podrá ver también en este número), y el zapatero se denominará Momad Shoes, Salón Internacional de Calzado y Complementos, programado para los días del 4 al 6 de marzo, al que se dedica el presente reportaje. El director de ambas manifestaciones es Jaime de la Figuera.

 

Un buen punto de partida para una nueva etapa.

En los pabellones 6 y 8 del recinto de exposiciones de Ifema, territorio ya bien conocido como escenario de los salones de equipamiento personal, los expositores de Momad Shoes presentaron la oferta de 230 firmas (de ellas, 129 de nueva incorporación, cifra muy relevante) con 470 marcas, básicamente españolas aunque también con representación de otros nueve países, que recompusieron su oferta de este modo:

Un surtido genérico Fast & Young en el pabellón 6, con representación de todo el calzado (especialmente el deportivo y actual de las firmas más jóvenes) y el complemento urbano en general.

En el pabellón 8 los sectores enfocados a públicos específicos:

Casual: un calzado más informal, urbano, fisiológico o de confort, con las colecciones relajadas y cómodas para todos los públicos.

Contemporáneo: las últimas colecciones de una tendencia basada en la artesanía y el cuidado de los materiales, poniendo en alza el trabajo bien hecho, cómodo y ajustado a las directrices del calzado internacional.

Espacio Metro: grandes marcas de la industria del calzado y el bolso (nacional e internacional), desde el zapato de pura tendencia al casual, con la impronta del diseño único y genuino que proporciona una marca detrás. Con la segmentacióndeterminada por el comercio al que se dirigen, con un amplio abanico de estilos.

Ego: el espacio para conocer a los nuevos nombres de esta industria, tanto en la vertiente del propio calzado como en la de los complementos.

Kids: la moda infantil con las últimas aportaciones en los ámbitos casual, deportivo y de eventos.

Añadiendo el amplio abanico de los bolsos, de los accesorios en general y de los servicios para el punto de venta.

La superficie ocupada, de 9.000 m2 netos, fue el doble que la asignada al calzado en la feria bisectorial unificada (textil+calzado) de febrero de 2015.

 

La feria como ámbito de comunicación.

Para los organizadores ha sido estimulante comprobar que había acudido gente específica del sector, a comprar. Pero también confirmar un ambiente de reencuentro del sector. Ahora habrá que trabajar en estas dos direcciones, para que en septiembre este ambiente positivo sea ya una realidad sobreentendida desde la apertura misma del certamen.

Varios diseñadores de moda femenina de pasarela o personajes con proyección pública tuvieron encuentros especiales con los clientes, en los stands de las marcas de calzado para las cuales diseñan o avalan colecciones con firma de autor. Así, por ejemplo, el diseñador Francis Montesinos, con la firma Nicoboco; el actor Jesús Castro, con la marca Bass 3D; el presentador de televisión Pedro García Aguado con la firma T-Man; Hannibal Laguna, en su propio stand… Y la firma portuguesa, delicadamente creativa, Flex&Go.

Y hubo diversas conferencias sobre temas relacionados con las nuevas formas de comercialización (cuestión que se comenta en otra nota de este número) y los cambios en la comunicación social.

Los visitantes profesionales registrados fueron 5.461, extranjeros en un 10%. De los nacionales, un 28% eran de la Comunidad de Madrid, y un 18,5% de la Comunidad Valenciana; es decir, la mitad de la audiencia nacional.

 

En el horizonte, todavía, la crisis internacional.

Aparte de los avatares, feriales o extraferiales, que el sector haya podido experimentar en los últimos años, el empresario José Monzonís, presidente de la patronal del calzado español, Fice, ha recordado durante esta feria la dura trayectoria que la crisis mundial imprimió a dicho sector en un orden de cosas mucho más grave, y que todavía no se ha superado:

En el año 2007, España producía entre 130 y 140 millones de pares de zapatos al año; en 2015, aun habiendo superado ya el punto más crítico, la cifra fluctuó entre 105 y 110 millones. Estamos muy lejos todavía, en cantidad, del volumen de producción previo al desastre. Y esto a pesar de que en 2015 hemos alcanzado un nuevo récord en el valor de las exportaciones: 2.900 millones de euros (el presidente no ha citado el valor de referencia anterior).

Afortunadamente, aunque vendemos menos, lo hacemos a un nivel de precio medio (por tanto, de calidad) muy superior.

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[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 224 — abril 2016 ].


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