Durante los últimos meses el mundo de las pasarelas de moda se ha visto muy agitado por corrientes contradictorias que ponen en discusión la pertinencia o no de celebrarlas y, en todo caso, la validez de su formato histórico, sobre todo atendiendo a los profundos cambios que se están produciendo en los medios de comunicación. Ya hemos reflejado este estado de cosas en otros de nuestros espacios informativos.
Aunque el comienzo de este debate es muy reciente, sus efectos en los círculos de opinión se han difundido con rapidez y han empezado a notarse ya en algunos de los escenarios donde los propios eventos tienen lugar, en esta temporada de invierno que acaba de transcurrir.
En esta materia, cuando hablamos de España es obvio que nos referimos a la pasarela de la Mercedes-Benz Fashion Week, de Madrid, sucesora de la histórica Pasarela Cibeles, que ha ido teniendo, para cada temporada, un desarrollo de alternancia (días antes, días después) con los salones de moda de Ifema, en el período actual denominados Momad Metrópolis, de la temporada respectiva. Mercedes-Benz, por otra parte, es la única manifestación de este tipo que queda en España desde la desaparición de los Gaudí (los desfiles del 080 son otra cosa).
En la convocatoria de este invierno, el salón madrileño correspondiente (del que también se informa en este número) había tenido lugar del 5 al 7 de febrero, y la pasarela, que celebraba su edición número 63, discurriría a alguna distancia detrás del certamen, del 19 al 23 del mismo mes, en el pabellón 14.1 de la Feria de Madrid.
Pocos días antes de la apertura de su programa se conoció la baja de un desfilante histórico, y notable en el sector español de la moda: Roberto Verino; que justificaba su decisión por algunas de las razones que empezaban ya a ser comentadas en los círculos internacionales, sobre todo en Nueva York, relativas a la interferencia de los medios de comunicación modernos con los propios desfiles. Se temió que generara otras bajas por imitación. De hecho no fue así, pues el programa de la 63ª semana de Mercedes-Benz contó con la presencia de 43 creadores y marcas, en algunos casos recuperando nombres antiguos como Felipe Varela, y la edición número 62 había reunido en su día a 42 protagonistas. Por tanto, la posible baja de partícipes, en caso de darse como consecuencia del nuevo estado de ánimo, no se traduciría en cifras hasta el próximo septiembre.
Por otra parte, quince diseñadores emergentes exhibían sus propuestas en el show-room de Samsung Ego, en el Cibelespacio, para venta al público.
Algunas pinceladas del desarrollo del evento.
El 18 de febrero, víspera de la apertura del programa, se realizó una gran foto de familia de los diseñadores participantes, a los que se incorporó una diseñadora checa, Tereza Rosalie Kladosova, ganadora del Premio Mercedes-Benz Fashion Talent de la edición anterior. Con ocasión de ello, la Pasarela informó de que, desde el comienzo de estos desfiles (al principio llamados Cibeles) en 1985, 300 creadores españoles han utilizado este podio de lanzamiento.
Por otra parte, la firma Desigual organizó en esa jornada previa del día 18 un acto muy especial: un recorrido por el barrio de la Justicia, de Madrid, para realizar un Re-see de sus colecciones de Otoño-Invierno 2016/17, con una escena sorprendente e innovadora: algunos de los establecimientos de la calle Santo Tomé, junto a la Plaza de las Salesas, se convertían en auténticos pictogramas explicativos, para impartir con gráficos, texturas y color, y sobre todo con originalidad, señas inequívocas del estilo Desigual.
El diseñador Davidelfín abrió el calendario de desfiles de la pasarela número 63, el día 19. Un programa que se cerraría el día 23 con un desfile doble de peletería de Miguel Marinero y Jesús Lorenzo. En ambos casos, figuras ya tradicionales.
El día 22 tuvo lugar un pase especial del desfile de Devota & Lomba (su colección número 60) dedicado exclusivamente a la prensa especializada y a la comunidad de «instagramers» de toda España como únicos invitados.
Otro trabajo muy singular fue la colección «Fashion Reliquary» elaborada por Francis Montesinos en homenaje a siete creadores de los que se declara admirador y cuya obra evoca en los modelos presentados: Manuel Piña, Jesús del Pozo, Elio Berhanyer, Manuel Pertegaz, Mariano Fortuny, Paco Rabanne y Cristóbal Balenciaga. La escenificación del pase contó con la colaboración de dos «bailaores».
Los ganadores de los Premios L’Oréal fueron Jorge Vázquez como mejor diseñador y Paula Willems como mejor modelo. Por otra parte, el galardón Mercedes-Benz Fashion Talent fue para la mallorquina Ela Fidalgo. La audiencia fue de 55.000 visitantes.
Al cierre del programa, queda en el aire la posible evolución, en todo el mundo, de este tipo de acontecimientos.
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[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 224 — abril 2016 ].