TEXTIL EXPRES - EXTRA NUMERO 200
Por una curiosa coincidencia cíclica, las ferias de moda que se celebran en España, de distintas especialidades y localizaciones, han experimentado en los últimos tiempos un relevo de gestores casi simultáneo: en Valencia, Rafael Cubel sucedió a Pepa Ortiz al frente de Fimi; en Barcelona, Miquel Serrano relevó a Pere Camprubí en la conducción de The Brandery; y en Madrid, en fin, Francesco Malatesta tomó las responsabilidades de Pola Iglesias en el Simm y Modacalzado. En los tres casos se trata de certámenes organizados por instituciones feriales. Y Textil Exprés ha entrevistado a los tres gestores entrantes, incorporados en distintos momentos del 2011, para este número 200.
Pero no todas las manifestaciones que se celebran en el país son de responsabilidad institucional. Ha habido también, en diversos períodos, promotores privados con interesantes aportaciones. Y hay uno en concreto, que ha jalonado con una rica trayectoria de acontecimientos los últimos 50 años del textil español, y cuya aportación actual más relevante es Noviaespaña, el cual opera con el nombre empresarial de Moda Barcelona. También aquí hubo en los últimos tiempos un cambio de personas, aunque fue un relevo generacional dentro de la misma familia: el veterano Paco Flaqué, que es una institución por sí mismo, ha traspasado las funciones ejecutivas a su hijo Alex.
El equipo de los Flaqué no sólo trabaja para la moda. Cuando Textil Exprés mantuvo esta conversación (no una entrevista en el sentido convencional) con Paco sobre la Noviaespaña que tendría lugar dentro de un mes, Álex Flaqué andaba ocupándose de la marcha de Anticuarios, «uno de los salones más bonitos que se celebran en Fira de Barcelona», que estaba celebrándose bajo su responsabilidad en aquellos días.
Por otra parte, su despacho es en cierto modo la consulta del experto: minutos antes de este encuentro, padre e hijo habían recibido en el citado despacho al actual responsable de la Generalidad para el proyecto 080 Barcelona: bajaba éste la escalera cuando Textil Exprés llegaba. A media mañana de un día laborable, seguro que no era sólo una visita de cortesía.
Con la perspectiva que te da tu larga experiencia, ¿cómo calificarías el tiempo actual?
—Indudablemente, de muy difícil. Hubo una etapa emocionante, que se prestaba a desplegar iniciativas. Hubo momentos de inquietud en los que, sin embargo, se veía que eran pasajeros y se intuían las salidas. Pero ahora la economía está con encefalograma plano, y no es fácil encontrar los derroteros que te conduzcan a un buen resultado.
Sin embargo, vosotros seguís manteniendo un compromiso a fondo con el sector nupcial.
—Es que en este sector se sigue produciendo el milagro de los panes y los peces. Sólo así se comprende el éxito que ahora mismo está teniendo la convocatoria del próximo salón, en un momento como el que atravesamos.
¿No se nota un cierto parón de las bodas, al menos desde el punto de vista del gasto?
—Bueno, en cierto modo sí. Pero, al mismo tiempo, se da el efecto contrario. El salón se nos quedaba pequeño, y hemos tenido que decir que no a mucha gente. Y hasta la directora de prensa ha tenido que ceder parte de las instalaciones que tenía preparadas para acoger a los medios de comunicación, a fin de poder colocar el stand de un nuevo expositor.
En novias hemos seguido una política muy buena de apoyar lo que tenía un sentido práctico. Siempre estamos al lado de la Administración cuando promueve cosas pero, al mismo tiempo, hay que emplear el sentido común. Hay que apoyar el diseño cuando toca, pero a veces, como ocurre ahora, lo urgente es sostener a las industrias que generan empleo.
La campaña de la Moda de España de los años ochenta, poniendo el acento en el diseño, fue una cosa grande y entonces era lo que tocaba. Ahora lo que importa es facilitarles crédito a las empresas y que los talleres no paren.
Y, desde este punto de vista, vemos que en Barcelona (y en otras partes de España) hay un sector que factura mucho, aunque sea por el precio unitario y no por el volumen de producción, y tiene un gran interés económico. Por eso hay que darle herramientas para salir adelante. Se pueden encontrar camisetas de Zara a 300 euros, por decir algo, pero un traje de novia, aunque sea barato, no te lo baja nadie de 4.000 ó 5.000 euros. Es un sector rentable por naturaleza.
Y el crecimiento de novias de este año, ¿es del sector nacional o de expositores internacionales?
—Estamos al 50%. Sobre esto hay cosas que tampoco se entienden bien. Todos sabemos que Grecia no funciona; y el otro día se nos inscriben las cinco empresas de novias más importantes de Grecia para venir conjuntamente. Tanteamos a los expositores españoles, se lo decimos al comité, y nos dicen que sí, que vengan.
Pero el secreto de nuestro éxito con las novias fue la idea que tuve hace tiempo de invitar, no tanto a los expositores, sino a los compradores extranjeros. Para lo cual siempre hemos tenido ayudas de los organismos oficiales, de una forma o de otra, y también ahora a pesar de los recortes.
En algún momento intentasteis ir vosotros al exterior; por ejemplo, hacer una feria en Moscú.
—Sí, eran cosas del Icex, que te estimulaba a ir aquí y allá, pero luego vienen los recortes y no puedes tener continuidad. Y sin dinero no se puede ir a ningún sitio.
Nosotros no somos el Bread & Butter, pero aquí, en pequeño, somos el Bread & Butter del sector, guardando las distancias. ¿Sabes por qué tenemos tantos expositores extranjeros? No por el mercado nacional, sino precisamente porque saben que hay otros muchos extranjeros que vienen a comprar aquí. Hay expositores italianos que han dejado ya de exponer en su feria nacional y vienen a Noviaespaña para venderles a los italianos. También es verdad que somos la primera feria del año en el calendario.
En cuanto a visitantes extranjeros, algunos piensan que no serían tantos si no fuera por la aportación de clientes que hace Pronovias con motivo de su Convención, los cuales son en cierto modo visitantes cautivos.
—Tenemos una buena entente con Pronovias. Es cierto que procura retener a su gente, pero también la deja circular. Por otra parte hay concesionarios de Pronovias que tienen además otras marcas. Al margen de este colectivo, te asombraría ver la lista, por países, de otros extranjeros que llegan de los sitios menos imaginables como, por ejemplo, Tanzania. Hacemos un seguimiento muy próximo de este fenómeno porque con frecuencia tenemos que expedir cartas para que las embajadas concedan los permisos de salida de profesionales de sus países.
En los últimos tiempos es muy interesante la afluencia de iberoamericanos, sobre todo de brasileños (buenos compradores) y colombianos. Aunque en el sector novia se llevan la palma los rusos, ¡nuestros rusos!, a los cuales la feria de Barcelona les encanta.
Algunas puntualizaciones relativas a la irradiación internacional fueron perfeccionadas por la responsable de prensa de Noviaespaña, Silvia Rodríguez (asistente a la conversación), por su implicación personal en el tema a lo largo del año. Y muy particularmente se refirió, por indicación del propio Paco Flaqué, a las impresiones que obtuvo el año pasado en su visita a la feria homóloga milanesa, Sposaitalia, considerada hace algún tiempo la mejor de Europa.
Esto era cierto, dice Silvia, hace cinco años. Pero actualmente Noviaespaña va muy por delante, en el número de los expositores y de los visitantes, en la calidad de los desfiles, en el glamour de la ambientación… y así se lo corroboraban a la propia Silvia las periodistas italianas que eran conocedoras de ambas manifestaciones.
[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 200 — marzo-abril 2012 ].