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Lenzing

Desde sus orígenes, la fibra Tencel fue desarrollada pensando en criterios de sostenibilidad.


Las ferias textiles de París en septiembre, lo que comprende tanto el conjunto Première Vision del parque de exposiciones París Norte-Villepinte, como el bloque Texworld en el recinto de Le Bourget, constituyeron en septiembre un marco idóneo para una doble presentación de Lenzing, reunida en un solo acto con los medios.

Por un lado, para hablar de aplicaciones de Tencel para género de punto. Por otro, para repasar la situación de la productora e informar de la entrada en funcionamiento de una nueva planta industrial de Tencel, lo que constituye un hito remarcable en la trayectoria de esta fibra.

 

La historia de la fibra lyocell, que cronológicamente es la última celulósica desarrollada y, por tanto, la más joven, nace de una consideración medioambiental. Muchos fabricantes europeos de viscosa han abandonado desde entonces el negocio porque no veían posible un retorno a las cuantiosas inversiones necesarias para depurar las aguas utilizadas en el proceso. Lyocell nació con la sostenibilidad en mente, y fue desarrollada en paralelo por Courtaulds y Lenzing.

La primera montó una pequeña instalación productiva en Mobile, Alabama (EEUU) en 1992. Tuvo además la habilidad de ponerle una marca, que publicitó con éxito: Tencel. Lenzing utilizó el genérico más su propio nombre de productora: Lenzing Lyocell. En 2004 Lenzing logró allegar los recursos necesarios y compró los activos de Tencel, obteniendo tanto las plantas de producción como la marca.

 

Una fábrica de nuevo cuño, para 67.000 toneladas, ya a plena producción. Volviendo a la cronología, en 1993 la planta de Mobile obtenía unas 16.000 toneladas. Lenzing arrancó la producción en 1995 en la localidad austríaca de Heiligen Kreuz, donde alcanzó en 1997 una capacidad de 12.000 toneladas. Esta se amplió a 40.000 en 2004, justo el año de la absorción de Tencel, que por entonces tenía ya otras instalaciones en Grimsby, Reino Unido. Las tres plantas presentaban ligeras diferencias tecnológicas, además de distintas capacidades. Ahora, Lenzing ha apostado por aumentar la capacidad construyendo una planta totalmente nueva, con la peculiaridad de que las tres tecnologías precedentes se reúnen en una sola unidad productiva. Construida con gran rapidez, en sólo 24 meses, tiene una línea de producción «jumbo», ya que su capacidad es de 67.000 toneladas al año. La fabricación comercial comenzó hace pocos meses, y la fábrica está ya trabajando muy cerca de ese máximo de capacidad.

La sostenibilidad es innegable. La nueva factoría, que emplea a 140 personas, está en la localidad de Lenzing (la productora se llama igual que su sede), en un paraje donde nade permitiría hoy instalar una planta de viscosa. En cambio, esta planta fue bendecida y contó con apoyo financiero del Banco Europeo de Inversiones. La inversión ascendió a 150 millones de euros. Una curiosidad: tiene chimenea y de ella sale lo que parece humo blanco. No lo es. Lo que expulsa es vapor de agua.

La sostenibilidad de Tencel es también lo que animó al gran distribuidor de moda H&M a asociar su imagen con Lenzing, porque ayuda a crear una idea de responsabilidad social. En otro orden, la Coalición de Sostenibilidad hizo un estudio comparado de fibras, midiendo su huella tanto en la producción como en el uso y reciclado, y estableció que la fibra más ecológica es el polipropileno, pero no se utiliza en moda. La fibra de aplicación en moda más ecológica, y de lejos, es Tencel de Lenzing.

La marca es muy reconocida por los consumidores en Europa (sobre todo en el centro y el norte, no tanto en Francia y menos en Italia) y Norteamérica. Sólo ahora comienza a reconocerse en las ciudades de China. Llega allí con una ventaja casual. Resulta que «Tien-Cie», o algo así, en chino viene a significar «cielo y seda».

 

Nuevo director de Operaciones, en la presentación parisina. En Première Vision y Texworld se presentó ante los medios el nuevo CCO (primer director de operaciones) de Lenzing, Robert van der Kerkhof, un holandés con un vasto currículo en sus 25 años de experiencia con fibras, ya que ha sido especialista en composites, en fibras de moda y en fibras de alto rendimiento, principalmente dentro del grupo DuPont, habiendo trabajado con Lycra, con Kevlar, con Nomex, con Cordura... ha desempeñado funciones de ingeniería, de finanzas... prácticamente de todo.

En las presentaciones le acompañaron Dieter Eichinger, hombre también de larga trayectoria en Lenzing, actualmente director mundial de Desarrollo de Negocios, y Christina Kreuzwieser, jefe de Comunicación y Marketing Global.

Eichinger destacó la versatilidad de la fibra Tencel, que admite numerosas aplicaciones. En prendas de moda se precisan hilos muy finos, y el usuario está acostumbrado al algodón, cuyas propiedades iguala o supera Tencel.

 

Desde el denim hasta el género punto: una fibra muy versátil. En el mundo del denim es imposible satisfacer las exigencias del mercado con viscosa, pero Tencel las cumple, y permite abrir las colecciones a nuevos tactos y acabados. En género de punto, celulosa y algodón están perdiendo cuota para aplicaciones que precisan funcionalidad, pero Tencel les permite recuperarla añadiendo la gestión de la humedad. Su adecuación al mercado de la ropa de cama se descubrió casualmente al estudiar la «respirabilidad» de la fibra: cuando duermes, tu cuerpo no produce calor, por eso nos cubrimos; pero puedes sudar, y eso te enfría; Tencel permite enviar esa humedad al exterior, manteniendo el cuerpo seco. En fin, Tencel tiene aplicaciones en el mundo de la automoción, y no sólo para tapicería de vehículos, sino también como refuerzo de plásticos o en separadores de baterías.

En Première Vision de septiembre se quiso llamar la atención sobre la utilidad de Tencel para género de punto. Hasta ahora Lenzing ha promovido sobre todo los productos de tejido a la plana, pero «nuevos procesos de acabado y fibras especiales Tencel para género de punto nos llevan a percibir ahí un tremendo potencial». Las nuevas calidades, y particularmente la variante A100, garantizan, junto a una gran suavidad y un tacto distinto, buen brillo y absorción de color, con menos colorante (lo que es también un elemento de sostenibilidad, además de suponer un ahorro de coste), y con capacidad de asegurar prendas libres de arrugas.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 215 — octubre 2014 ].


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