La feria de moda de Madrid, que en una sucesión de nombres, contenidos y escenarios, pero con una voluntad de identificación permanente, anda en torno a los cuarenta años, tantos como la propia institución ferial, con la denominación actual de Momad Metrópolis es muy joven, pues acometía este invierno su cuarta edición.
Superpuesta en el calendario a los días centrales de la Pasarela Mercedes Benz (que se había iniciado primero y se acabaría más tarde, y creaba el evento espectacular), MM operó del 8 al 10 de febrero como centro de negocios, descrito en uno de los comunicados de prensa distribuidos por esos días como «una salida comercial a la pasarela madrileña». Esto, sin embargo, es una hipérbole, porque sólo dos de los protagonistas de la pasarela (Roberto Verino y el peletero Jesús Lorenzo) tenían presencia como expositores en la feria, aunque de una manera indirecta lo hacían algunos otros (sobre todo Devota & Lomba) cuyos licenciados presentaban sus creaciones.
La feria ocupó los pabellones 12 y 14 del recinto ferial para la oferta general apellidada Cosmo, y el pabellón 4 para el sector denominado Fast & Young. La denominación que abarcaba a la totalidad de la oferta era la de Salón Internacional de Textil, Calzado y Complementos, actualizando una denominación clásica. Se mantenía la fórmula de los Showrooms en recinto separado, en el pabellón 2, abiertos desde el día 7, para los representantes de marcas internacionales.
Las cifras globales eran francamente satisfactorias: 1.200 expositores con un aumento del 14% sobre febrero de 2014 (y del 4,6% en términos de superficie ocupada). Las firmas extranjeras llegaron al 50%, procedentes de 18 países, destacando la presencia de Francia, Italia y Portugal. Se han alcanzado récords de participación y de internacionalidad.
En consecuencia, los organizadores no dudaron en calificar su certamen como una de las principales superficies dedicadas a la promoción de la moda en Europa, y la mayor ibérica.
Un relevo de gestores, que no fue un trauma, sino todo lo contrario. Fue el 1 de diciembre cuando se produjo un relevo inesperado al frente de los salones de moda de Ifema, con la súbita despedida de Francesco Malatesta, profesional de origen italiano que se había incorporado a la Institución Ferial de Madrid en 2011 para ocupar la dirección de la Semana Internacional de la Moda de Madrid, SIMM, que pertenecía a Ifema, y el certamen Modacalzado (que previamente había incorporado a Iberpiel), también realizado por la Feria de Madrid pero cuya propiedad compartían los entes gremiales del Calzado (Fice) y de los Artículos de Piel (Asefma). Su equivalente corporativo para la moda de vestir era la federación confeccionista Fedecón, pero las relaciones con esta entidad eran meramente amistosas, no de soberanía, porque la propietaria de la SIMM era la misma Feria de Madrid (que la había creado en su día) y no la patronal del ramo.
En los tres años que Malatesta dedicó al cargo logró que Ifema se convirtiera en propietaria también de Modacalzado y unificó este certamen con la SIMM, convirtiendo el conjunto en Momad Metrópolis, manifestación única para los sectores de moda en la capital (siendo Momad una contracción de «Moda de Madrid»). La operación hubiera resultado muy bien, si no fuera porque una parte del sector del calzado, operativo desde su órgano gremial Fice aunque hubiera perdido la titularidad del certamen, manifestó pronto su desacuerdo con las iniciativas de Malatesta al frente del que había sido su feudo.
El enfrentamiento fue muy notorio porque, a lo largo de las tres ediciones transcurridas desde la fusión, se había ido haciendo cada vez más patente el alejamiento de muchas de las empresas líderes del sector del calzado, que buscaban (aunque con poco éxito) lugares y modos alternativos de presentar sus colecciones.
En este punto Ifema necesitaba recuperar una clientela ferial perdida; ésta necesitaba volver a un redil que le había sido cómodo y fructífero, pero sin que ello implicara una claudicación. Lo único factible era provocar la revocación del «transformista» incómodo. Toda esta explicación es una construcción de hipótesis realizada por Textil Exprés, ante el silencio de las partes, con el posible riesgo de errores parciales y, en cualquier caso, respetando todas las posiciones.
Lo cierto es que llegó la edición número cuatro de Momad Metrópolis (la que acaba de tener lugar ahora), se desarrolló normalmente (con un grado importante de recuperación de presencias), y parece que la situación se ha encarrilado.
Hasta el momento en que escribimos, no se ha procedido a un nombramiento formal de nuevo director. Está llevando la responsabilidad que pudiéramos llamar gerencial Carlos González García de la Barga, director de Desarrollo de Negocio de Ifema, también citado a veces como Director Comercial general, y del que se mencionan sus excelentes relaciones con los órganos corporativos Fedecón, Fice y Asefma, circunstancias estas últimas que ya hemos comentado en diciembre, al dar cuenta del relevo.
Como directores comerciales para el trabajo de campo de Momad Metrópolis continúan los que Malatesta había nombrado en su día: Ana Rodríguez para el sector textil, y Félix Pérez-Fajardo para el sector de calzado y complementos. Y en esta edición actuó como asesor, sin nombramiento oficial, Jaime de la Figuera, del que se dijo que era un consultor independiente, pero que, en cualquier caso, había llegado para quedarse.
La distribución del contenido. En el pabellón 2 estaban los showrooms, con la participación de 126 marcas presentadas por 25 expositores. Por dimensión destacaban los espacios de Treperte Moda, Cantallops y Albert S. Lasry.
Los sectores Fast (moda pronta), el espacio del grupo Bestseller (con áreas individualizadas de siete marcas) y Young (moda joven, incluyendo calzado), donde se integraba la feria autónoma de moda infantil Little Barcelona, esta vez con mayor presencia (anteriormente habían acudido algunas firmas), ocupaban el pabellón 4, en total 125 stands.
Los pabellones 12 y 14 alojaban el grueso de la oferta, bajo la denominación genérica de Cosmo. El 12 acogía calzado, accesorios y moda en piel (hasta cierto punto, el universo que antaño definió a la feria Modacalzado), con 180 stands. El pabellón 14, el vestir en general, con los sectores Cosmo Casual, Cosmo Contemporáneo y Cosmo Evento (incluyendo novia y comunión); 196 stands.
La organización computó un aumento del 14% en el número de expositores y la entrada de 274 nuevas firmas. El salón en su conjunto se veía muy concurrido, y en particular el área de calzado que había recobrado su personalidad.
El balance final. Los servicios de la Feria contabilizaron 21.829 compradores, un 4% más que en la convocatoria del año anterior. Su distribución por días fue irregular. La primera jornada resultó extraordinaria, animadísima, con un aumento del 40%. Madrid, Valencia, ambas Castillas y Cataluña aportaron los contingentes principales.
El 9% de los compradores fueron internacionales, procedentes de 63 países, predominando los de Portugal, Francia, Italia y Reino Unido (estos dos últimos fueron los de mayor crecimiento).
Una vez más hubo el Foro Momad Retail, el «área de conocimiento» del salón, y un evento destacado fue la presentación por parte de Fedecón de una Plataforma de Proveedores que se ha constituido para servir a la industria de la moda.
La industria de calzado retornada a la feria después del distanciamiento de las últimas ediciones declaraba haber tenido mejores negocios que los que conseguía en las presentaciones en hoteles.
No obstante, al final del certamen se dijo que había habido conversaciones entre el sector del calzado y los directivos feriales sobre la posible organización, en el invierno de 2016, de un evento denominado Momad Metrópolis Shoes, que podría llevarse a cabo a mediados de marzo, después del Micam milanés, cuando los fabricantes de zapatos podrían tener mejor definidas sus colecciones, reservando la convocatoria de febrero para la confección.
En todo caso, estas predicciones se hacían a un año de distancia: en febrero de 2015 para febrero/marzo de 2016.
Entre tanto, debe celebrarse otra edición intermedia: la de septiembre de 2015, que tendrá su propia problemática y, aunque sean provisionales, sus propias soluciones. Pero de esto se trata en otro artículo de este número.
[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 218 — abril 2015 ].