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El negocio con el sector minorista de la moda o, lo que es igual, el comercio entre el fabricante de textil-confección y el tendero (que remataba la venta al consumidor), siempre había sido en nuestro país un asunto basado en el conocimiento mutuo, una relación de confianza entre industrial y comerciante.

El extraordinario desarrollo adquirido por el comercio de moda con la aparición, a mediados del siglo XX, del prêt-à-porter, que imponía una nueva dinámica de reposición comercial, ampliaba el abanico de sujetos implicados en el negocio, y diversificaba tanto las fuentes de aprovisionamiento (los confeccionistas) como los agentes del mercado (los detallistas), diluyendo el riesgo y haciendo más compleja la gestión.

De ahí que se desarrollara, a partir de países más evolucionados que el nuestro en prácticas comerciales modernas, lo que pudiéramos considerar una nueva rama de la ciencia contable y financiera: el factoring.

En 1994 —acaban de cumplirse 20 años— apareció en España un promotor de nuevas técnicas de negocio, Olivier Arrighi, que creó una empresa denominada Fidancia, S.L., definida por él como una fiduciaria internacional de servicios, para hablarles de factoring a los agentes del negocio textil español, prometiendo resolver un problema de transacciones económicas con cobro diferido que, según dice, se planteaba entre las empresas proveedoras de la cadena y sus clientes de los eslabones inferiores, que suministraban al consumidor.

La descripción de Fidancia es, hoy, la siguiente: «Gestiona el cobro de facturas en todo el mundo. Ofrece a los clientes (que para él son los confeccionistas) una completa externalización de las cuentas por cobrar. Estudia la solvencia de las tiendas, informa del resultado y da a los clientes la posibilidad de asegurar los cobros». Tiene presencia significativa en Europa, especialmente en España, Francia e Italia. Un equipo de más de 40 personas, con multiculturalidad, voluntad y capacidad para operar en mercados internacionales. Y oficinas centrales en Barcelona, desde las cuales se realizan todas las operaciones, incluida la asistencia jurídica.

Fidancia ha firmado un acuerdo con el primer factor europeo, BNP Paribas Factoring, para facilitar el acceso a la financiación sobre la base de la cartera de clientes cubiertos y garantizados por su Compañía de Seguro Crediticio, Crédito y Caución, concertada al efecto.

Esta combinación de capacidad operativa entre el primer factor del mercado europeo, Paribas, y el primer asegurador del sector, CyC, ambos gestionados por Fidancia, única entidad con capacidad operativa para moverse en un mar de facturas de entre 1.000 y 2.000 euros (la dimensión de negocio habitual de los comerciantes minoristas de ropa), crea la herramienta más eficiente para solucionar los problemas de cobro en un sector tan fragmentado y diverso como es el europeo (incluido obviamente el español).

La estructura de Fidancia incluye un departamento legal de asesoría jurídica, indispensable en una actividad que puede generar tantas situaciones contenciosas entre actores de distintas jurisdicciones nacionales.

En la lista de clientes de Fidancia en el mundo de la moda se pueden ver marcas como Twin-Set (ropa femenina italiana), Dickies (moda joven norteamericana), Munich (calzado deportivo español), Ecoalf (ropa y complementos de hombre y mujer) o La Portegna (accesorios de artesanía hispana). Todas ellas transnacionales en su ámbito de mercado, pero perfectamente gestionables por el equipo humano de Olivier Arrighi, organizado justo al nivel geográfico adecuado para garantizar su eficacia en los plazos precisos.

El resultado es seguridad de cobro en un plazo razonable, con el menor coste posible y sin trastornos innecesarios para el librador.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 219 — junio 2015 ].


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