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Ya ocurrió el año pasado, pero en 2015 resulta más relevante: el gran protagonista del textil italiano no está siendo ningún dirigente empresarial del sector, ni tampoco ningún creador de moda, sino un político. En el año que corre, concretamente, es el viceministro de Desarrollo Económico, Carlo Calenda, que empezó su actuación en enero inaugurando el salón florentino de moda masculina Pitti Uomo (como ya dijimos en su momento), y la continuó en los meses siguientes donde quiera que hubiese un evento sectorial, y sobre todo ferial, del mundo del vestir (el textil como idea general, pero también, por asimilación, el de la piel).

Calenda va por todas partes predicando su buena nueva de que tiene dinero de fondos públicos para repartir y, como se sabe, el efecto de una llamada de ese tipo ha sido siempre, y será por los tiempos de los tiempos, realmente mágico.

La ayuda económica que el viceministro gestiona se dirige a la promoción internacional, y utiliza como canales de inversión preferidos a las organizaciones feriales del sector moda. Ayuda a costear la proyección exterior de sus eventos, lo que puede materializarse de dos formas: subvencionando la salida de las propias ferias a escenarios lejanos para presentar la oferta en aquellas latitudes, o costeando el desplazamiento a Italia, como invitados, de los compradores potenciales de esos países para que conozcan la oferta (y a ser posible hagan los pedidos) en el escenario original.

La organización ferial más favorecida, porque promueve diversas manifestaciones de elevado interés para determinados sectores, es la florentina Pitti Immagine, organizadora de los salones que llevan el nombre corporativo Pitti (de los cuales el Gobierno subvencionará los de hombre (Uomo) y niño (Bimbo). La segunda es la Feria de Milán, en cuya órbita se llevan a cabo, sea en la propia sede ferial o en escenarios complementarios, los certámenes Milano Unica (de tejidos), Filo (de hilados) y dos del mundo de la piel: Mipel y Lineapelle. El órgano ejecutivo es la oficina de promoción del comercio exterior, Ice, que opera en conexión con las entidades corporativas del mundo empresarial, la principal de las cuales es el Sistema Moda Italia.

En el ámbito de la sede ferial de Milán, los eventos de moda textil promovidos son, como acabamos de decir, Milano Unica y Filo, en sus respectivas ediciones metropolitanas, pero también en su acción a distancia. Milano Unica ya está exponiendo tejidos italianos en la feria Intertextile de Shanghai, a los que ha incorporado por primera vez a diez hiladores de Filo en la edición que acaba de celebrarse esta primavera, y para el otoño de 2015 prevé crear una monográfica en Estados Unidos que se llamará Unica Usa.

Y ahora pasaremos a hablar de la 43 edición de Filo en Milán, celebrada los días 18 y 19 de marzo, ya beneficiada por la ayuda gubernamental, en este caso trayendo a su sede milanesa a compradores y periodistas internacionales, que han sido una veintena en esta primera ocasión.

 

Buscando sinergias en la cabecera, para una mayor eficacia común. El escenario de esta edición fue, como en los años precedentes, el Centro de Congresos conocido como Le Stelline, en el Corso Magenta. El director, Paolo Monfermoso, se congratuló, en las palabras de apertura, de la voluntad de colaboración alcanzada en las recientes negociaciones con los promotores del salón de tejidos Milano Unica (a las que se acaba de aludir), actitud que beneficiará a todos los integrantes de la cadena textil en Italia y en Europa. Y también, obviamente, de las ayudas directas en la sede nacional.

El lema de esta edición era «De los archivos a la innovación», queriendo resaltar la importancia del patrimonio histórico de cada empresa en el desarrollo de las nuevas colecciones, marcadas siempre por un grado de excelencia que cada año se incrementa, y que honra la cultura textil de esta parte del mundo.

El nombre completo de la manifestación Filo, quizá demasiado genérico, es el de «Exposición Internacional de Hilados y Fibras para Tejidos a la Plana y de Punto, para Confección, Tapicería y Textiles Técnicos». Al margen de esta denominación formal, se considera como «la única feria “business to business” dedicada al producto de alta gama». Lo que quiere decir que se cultiva mucho el negocio directo bilateral sobre el terreno, más que el trabajo de representantes de zona.

La sede permanente (es decir, la secretaría general) de Filo está en la ciudad de Biella, o sea, en el centro vital de la industria textil lanera del Piamonte, lo que sin duda marcará, aunque sea involuntariamente, una afinidad de sensibilidades. Las empresas líderes del Piamonte son de alguna manera la aristocracia del sector. Y la presidenta de la Unión Industrial Bielesa, Marilena Bolli, fue la que presidió la recepción de Filo a los huéspedes en el segundo día ferial.

En esta edición hubo 79 expositores, prácticamente igual que en la del otoño pasado, de los que 60 eran italianos y 19 extranjeros, una proporción relativamente alta si se tiene en cuenta que Filo no ha hecho hasta ahora una promoción internacional particularmente activa. Los españoles eran tres: Antex (de Anglés), Gerona Textil (de Salt), ambos gerundenses, y R. Belda Llorens (de Banyeres de Mariola, Alicante).

La participación de expositores en la edición de enero último (su temporada ferial es distinta) del salón de hilados de Florencia (Pitti Filati), muy orientado de suyo al género de punto, era de 124, incluyendo algunos de manualidades. Como se trata de universos diferentes, quizá no tiene mucho sentido una comparación directa. La clientela de Florencia, por otra parte, es el resultado de haberse granjeado a lo largo de los años cierta popularidad por todo el mundo.

Curiosamente, el Pitti Filati no tiene expositores españoles desde hace algún tiempo, habiéndolos tenido en el pasado; porque en España casi ha desaparecido la producción de hilados de fantasía, que son los que caracterizan al certamen de la Toscana.

 

Los negocios a debate, en una época incierta. Siguiendo lo que parece ser una tradición interna del certamen, la primera jornada estuvo dedicada (aparte, obviamente, del trabajo ferial de comprar y vender) a una sesión académica, que en esta ocasión se titulaba «El Filo de la innovación: factor de competitividad sobre los mercados exteriores», y cuyo desarrollo corría a cargo de la agencia ICE, del Sistema Moda Italia y del propio Filo, buscando profundizar en el tema de la innovación en los hilados y tejidos como ventaja competitiva en los mercados exteriores, con la intervención de diversos oradores.

Obviamente se dijeron muchas cosas interesantes, aunque no es seguro que todas lo fueran. Se puso énfasis en la importancia de la innovación, que formaba parte del enunciado mismo de la jornada, pero distinguiendo conceptos: hay la innovación tecnológica, ineludible hoy día; pero hay también la innovación conceptual, que es una evolución a partir de un fondo histórico, de una tradición, y aquí los hilados y tejidos italianos tienen una fuente inagotable de gran valor en los archivos de sus empresas, para las cuales la creación más genuina es la de revivir, con apasionamiento e imaginación, su propio pasado (aplicándole las técnicas de hoy). Hay que encadenar con acierto los factores de tradición y de innovación, para que el resultado sea un negocio.

Por una parte existen las referencias históricas, pero se las debe usar inteligentemente. Siendo repetitivo sin talento, se puede caer en la super-novedad aparente que es, de hecho, la Nueva Mediocridad. Hoy nos encontramos con una mediocridad difusa a nivel planetario.

En términos prácticos, del negocio día a día, algún conferenciante ponía el énfasis en la necesidad de hacer un buen márketing. Que Italia recupere su excelencia en esta materia. No deja de ser curioso, porque se suponía que el márketing italiano para vender su moda era excelente: ¿cuándo lo ha perdido? Por el estilo oratorio de ciertos intervinientes, daba la impresión de que lo que Italia ha perdido, o ha dejado que se perdiera, es el tiempo. En ese caso, se trata de recuperarlo.

Por otra parte, los mercados ahora, a fuerza de ser internacionales, son casi inabarcables: enormes y, a la vez, difusos. Es preciso llegar a todo el mundo. El sector textil-moda italiano es la segunda industria del país. No puede conformarse con un mercado pequeño. Ahora bien: si se centra mucho en conquistar los nuevos mercados también puede ocurrir que, entre tanto, los competidores de Italia (que han crecido precisamente en esas zonas nuevas) se dediquen a quitarles a los italianos su mercado histórico.

Aclaración para el lector: en estos párrafos se mezclan cosas que se han dicho en la jornada con reflexiones de Textil Exprés sobre eso que se dijo. La sesión daba mucho de sí.

 

Y hablando de la feria…. Filo es un certamen de dos días. Pero más bien de día y medio, el primero de ellos muy intenso. Con mucha afluencia de gente, ya fuese circulando por los pasillos, ya trabajando en los stands. Para los expositores es importante la presencia, y también el grado de compromiso, aparte del negocio directo (que más bien se hace a través de los representantes).

El salón no da cifras de audiencia por países. Parece lo que pudiéramos decir un salón muy italiano, aunque se supone que el negocio es internacional. Y en todo caso un encuentro muy profesional. Los hilados que se presentan (lanas, sedas, sus mezclas…) son preciosos; el toque de las muestras elaboradas con ellos es una delicia. La creatividad es sutil, pero muy real, porque la excelencia no siempre es cuestión de fantasía.

La segunda jornada, menos densa, ya con un ambiente distendido, puede ser muy útil para rematar operaciones.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 218 — abril 2015 ].


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